Escenarios venezolanos
¬ José Antonio López Sosa lunes 15, Abr 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Al cierre de esta columna no se conocían aún los resultados de la elección presidencial venezolana; la moneda está en el aire.
Durante estos días hemos pensado en dos escenarios, ambos muy poco favorables para la realidad venezolana, como consecuencia de un régimen autoritario y con verdaderas negligencias en el ámbito económico en la última década.
Un escenario es que gane Henrique Capriles; en ese caso el reto para la oposición como gobierno será mayúsculo, al tener que coadyuvar con una crisis económica y un desastre político tras la muerte de Hugo Chávez.
En realidad, ignoramos si Capriles y su gente tengan el talento y la posibilidad de transitar a un régimen democrático, de libertades y poder controlar las crisis que a Venezuela se le vienen encima. En realidad, sería injusto que a Capriles le responsabilizaran de lo hundido que está hoy Venezuela si llegase a tomar el poder. Por otro lado, es incierto si tenga las tablas políticas para crear un grupo de lealtad y honestidad, que pudiera verdaderamente cambiar las cosas en Venezuela.
Otro escenario es que gane Nicolás Maduro, quizás el más probable. En este caso el régimen puede colapsar por sí mismo, es decir, de no ser derrotados en las urnas, la derrota puede ocurrir en el ejercicio del poder, es muy complicado, dado el régimen unipersonal de Chávez, que existan cuadros -Maduro incluido- que puedan sortear la crisis económica, política y social que toca la puerta en Venezuela. Maduro no es Chávez y el chavismo corre un grave riesgo: la cisma. No hay lealtades postmortem y resulta difícil pensar que los seguidores de Chávez dentro del poder político puedan tener acuerdos sostenidos y duraderos sin comenzar una rencilla por el poder en el poder y desde el poder.
Lamentablemente los dos escenarios que planteamos son negativos para Venezuela, ello no es responsabilidad de esta elección ni de sus votantes, las causas son la forma en que Chávez gobernó y tomó decisiones. Sin lugar a dudas hubo cosas buenas, pero las cosas malas doblaron la balanza, las consecuencias son visibles a corto plazo.
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