“Saltimbanquis”
¬ Augusto Corro lunes 15, Abr 2013Punto por punto
Augusto Corro
En julio habrá elecciones para renovar legislaciones locales y presidencias municipales en algunos estados. Sólo en Baja California se elegirá nuevo gobernador. Ante la aproximación de esa fecha, se iniciaron los movimientos políticos en los partidos para seleccionar a sus candidatos. Llega, pues, la temporada del “chapulineo” que consiste en saltar de un puesto a otro en los cargos públicos. En Veracruz, 12 alcaldes solicitaron licencia para participar como aspirantes a diputados.
En Puebla, ocho regidores se separaron de sus cargos en busca de legislaturas o alcaldías.
En otros estados ha ocurrido lo mismo. En Chihuahua, cuatro diputados buscan las alcaldías. En fin, estamos en la temporada del “chapulineo” previa a elecciones, en la que los políticos reafirman sus ambiciones para “crecer”, es decir, para vivir como parásitos.
Últimamente, las diputaciones son los puestos más buscados por los políticos, porque representan la perfección de una manera de ganar un sueldo sin ninguna responsabilidad, sin los problemas de las grillas laborales y con las prestaciones sociales propias de una monarquía.
Porque alcanzar una diputación es casi lo mismo que estar en el paraíso. El legislador puede faltar cuantas veces lo desee a las sesiones. Violar todas las leyes posibles. Además, el mismo se encuentra en condiciones de fijarse su salario (que no es mínimo) y su aguinaldo (que sí es mayúsculo). Con el pretexto de ir a resolver problemas de su interés, cuenta con boletos de avión que no le cuestan un centavo. También tienen temporadas largas de vacaciones que el mismo se autoriza. Además, como no tienen ni la menor idea de su misión, se ayudan con una larga lista de asesores.
Son pues, los diputados esa casta privilegiada que aunque cada vez es más denostada, no deja de tener miles de aspirantes que saben que llegar a las cámaras es arribar a Jauja. Nada les obliga a asumir actitudes dignas en defensa de aquellos que emitieron sus votos para llevarlos a los recintos parlamentarios.
¿Y la ideología? ¿Cuál ideología? A la vista se encuentra el trabajo de los legisladores que aprueban leyes al por mayor, pero que no se ven los beneficios sociales por ningún lado en los estados. Los legisladores y los alcaldes viven en contubernio para exprimir a la población.
Un ejemplo de lo anterior lo podemos ver en el endeudamiento estratosférico de estados y municipios. El saqueo al erario en diferentes entidades. ¿Dónde estaban los legisladores cuando presidentes municipales y gobernadores consiguieron endeudarse ilegalmente?
Volvemos al tema. Son tan estimulantes las condiciones en que se encuentran los legisladores, que en época de desempleo, permanente como la que tenemos en México, una chamba de diputado es algo parecido a ganar el premio gordo de la lotería, para toda la vida.
Recientemente, leímos que a pesar de que Suecia es una monarquía, son los políticos quienes se encargan de la orientación de la vida pública, pero no tienen ningún privilegio, tampoco lujos.
Los legisladores suecos no tienen secretaria particular, asesores, guaruras o vehículo oficial. Cuando tienen que estar en Estocolmo, la capital del reino, “viven en departamentos personales de 18 hasta 40 metros cuadrados, cuentan con una cocina y centro de lavado comunitario”. Ellos mismos se encargan de la limpieza y de lavar y planchar su ropa.
¿Qué ocurriría en México se los diputados vivieran en la austeridad? Ni pensarlo. Aquí, ya lo ve usted: diputado o senador en vehículo blindado seguido por guaruras y asesores, siempre en condiciones de estar lejos de sus representados. ¿O no?