Que sí… que no… que
Roberto Vizcaíno jueves 11, Abr 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- No hay sorpresas, Cordero y su Sancho Panza Barbosa, amenazan al paquete de telecomunicaciones
- Napoleón Gómez Urrutia le gana de nuevo a los panistas y a Germán Larrea
Dominado por la veleidosa batuta del calderonista Ernesto Cordero y secuestrado por una extraña alianza de opositores que entre si representan lo contrario uno de los otros, el Senado de la República se apresta a vivir las últimas dos semanas del actual período legislativo bajo una presión quizá sin precedente en las que tendrán que decidir si aprueban o no la reforma de telecomunicaciones.
Considerada hasta por los monopolios que afecta como una buena nueva norma para abrir el sector de la telefonía, la televisión y la radio a una competencia que promete generar muchísimas oportunidades de negocios y de desarrollo para México, la reforma que ya fue aprobada por la mayoría casi absoluta de la Cámara de Diputados, se encuentra en la mesa de operaciones de los senadores del PAN, PRD, PT y Movimiento Ciudadano –que en conjunto tienen 66 votos de los 128 que cuentan en esa cámara–, bajo la amenaza de sufrir severas mutilaciones y transformaciones.
Ayer mismo, luego de casi dos semanas de inactividad, las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, de Estudios Legislativos, de Comunicaciones y Transportes, y de Radio y Televisión se pusieron de acuerdo sobre el método y la ruta que seguirá el dictamen de dicha reforma.
¿Alcanzarán 20 días para abrir mesas de diálogo, para escuchar a decenas, quizá cientos de interesados, para recibir propuestas y para debatir entre ellos los múltiples y complejos temas de esta reforma? Ni idea.
Lo que se ve es que el panista Cordero, su Sancho Panza Barbosa y el resto de aliados, lo que quieren es elevar el costo de su aprobación hasta lo casi imposible frente a quienes integran el Pacto por México y el gobierno de Enrique Peña Nieto.
En medio de este juego queda atrapado de nuevo el coordinador de los senadores del PRI, el yucateco Emilio Gamboa y su bancada que, junto con la de su aliado el PVEM apenas llega a los 62 votos.
Mientras tanto, todos hacen como que hacen y para no evidenciar lo perverso del juego en que están metidos, el habilidoso y astuto abogado Raúl Cervantes, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, anuncia la integración de un grupo de trabajo “estratégico” de senadores del PRD, PAN y PRI “para estudiar y llegar a acuerdos que permitan la elaboración del dictamen por parte de las comisiones correspondientes en este rubro”.
Por lo pronto, y para darle curso a las cosas, dijo que en lo que resta de esta semana –es decir, entre hoy y el viernes o sábado–, se convocará a especialistas, autoridades y actores ligados al sector de las telecomunicaciones a participar en “foros públicos” donde se discutirá la iniciativa de reforma de telecomunicaciones.
La nota amarga para los priístas y el gobierno de Peña Nieto sobre el futuro de esta iniciativa la dieron sin embargo los senadores de Acción Nacional durante un encuentro con el titular de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, a quien le anunciaron que ellos modificarán la minuta de la reforma de telecomunicaciones que les envió la Cámara de Diputados, para crear un órgano autónomo que evite que el Presidente de la República sea el que otorgue las concesiones de radio y televisión.
De nada valió que el funcionario les explicara que el diseño del Instituto Federal de Telecomunicaciones debe conservarse como lo previeron los diputados federales porque corresponde a un esquema probado ya en otras naciones y porque así se tendría en México un instrumento fuerte, que haga la función de Estado, que sea realmente un regulador de las telecomunicaciones.
Lo cierto es que no hay sorpresas. La minuta de reforma de telecomunicaciones sigue dentro del Senado la misma ruta que ya han cruzado otras para toparse con el saboteo de Cordero, Sancho Panza y el resto de esa alianza.
Al final las reformas salen, ¿pero alguien sabe a qué costo?
Bueno, sí, Videgaray, Osorio Chong, Peña Nieto sí lo saben.
GANA NAPO
Con casi 7 años de exilio en Vancouver, Canadá, el líder minero Napoleón Gómez Urrutia volvió a derrotar a Vicente Fox y Felipe Calderón, y sus ex secretarios del Trabajo así como a su más peligroso enemigo, al empresario Germán Larrea al lograr que la central de Interpol, en Lyon, Francia borrara de sus archivos y listas la Ficha Roja que tenía abierta en su contra.
La central de Interpol determinó que el gobierno de Felipe Calderón y su secretario del Trabajo, Javier Lozano, usaron informaciones falsas para intentar que esta agencia actuara en contra de Gómez Urrutia.
La agencia policiaca internacional indicó que luego de analizar el caso, no tiene duda que el dirigente de los mineros mexicanos sufrió de persecución política.
La Ficha Roja le impedía a Gómez Urrutia viajar fuera de Canadá.
Durante los siete años anteriores el dirigente le ha ganado uno a uno los juicios que le abrieron los gobiernos panistas con el muy presumible objetivo de doblegarlo e impedirle seguir manejando el gremio minero desde Canadá.
Sin embargo, Gómez Urrutia no sólo ha logrado desechar los juicios abiertos en su contra, sino que ha mantenido su liderazgo con vocaciones absolutamente mayoritarias en asambleas en las que participa vía Skype –un sistema de teleconferencia– por el cual se comunica con sus agremiados.
Las elecciones en las que ha sido ratificado, han tenido que ser reconocidas por todos los secretarios del Trabajo del panismo, a pesar de que se intentó por todos los medios desechar las “tomas de nota”.
Prácticamente, sin denuncias probadas en su contra, es muy posible que este paso de Interpol sea uno de los últimos para poder regresar a México.
Desde Vancouver Gómez Urrutia ha logrado a su vez unificar en una alianza estratégica de acciones comunes, a los sindicatos de las empresas mineras que tiene Grupo México en Canadá, Estados Unidos, Chile y Perú.
En las empresas mexicanas, principalmente las localizadas en Cananea, Gómez Urrutia ha mantenido una larga huelga en contra de Grupo México y su dueño, Germán Larrea, paro que le ha significado a esta empresa una pérdida multimillonaria.
De regresar sin presiones a México, seguramente que Gómez Urrutia comenzará a cobrarle cuentas a Larrea.
SUSTO EN LA CNOP
Localizado en la popular calle de Lafragua, que desemboca en la plaza donde se encuentra el monumento a la Revolución, el viejo edificio de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares se estremeció ayer en medio de un estallido que provocó la ruptura de vidrios y pánico entre sus ocupantes y sus vecinos.
Fue tal la conmoción que en los primeros momentos se habló, obviamente, de un atentado.
Pronto llegaron los servicios médicos aunque no hubo por fortuna lesionados que atender, y detrás de ellos los de Protección Civil del gobierno de Miguel Ángel Mancera en el DF.
No pasó mucho sin saberse que todo se debió a la explosión de una bomba de agua localizada en el estacionamiento del sótano.
El secretario general de la CNOP, el senador Emilio Gamboa, ordenó de inmediato limpiar el desastre y darles un descanso a quienes trabajan en este edificio, a fin de que un equipo de ingenieros y otros técnicos determinen si hubo daños estructurales que ameriten otras acciones.
Gamboa, coordinador de los senadores del PRI, le encargó a Jorge López Portillo Basave, coordinador Ejecutivo de la CNOP, darle seguimiento al peritaje en el que participará además Protección Civil de la delegación Cuauhtémoc.
FUE EBRARD
El ex jefe de gobierno del DF y aspirante al liderazgo nacional del PRD, Marcelo Ebrard, fue vapuleado ayer de nuevo por la administración de Miguel Ángel Mancera al informarse que por un error en la planeación financiera del gobierno anterior, hoy circulan por las calles de esta capital unos 50 mil vehículos con placas de papel.
“Se calculó mal la adquisición. Se tenía previsto adquirir 300 mil placas. Sólo se compraron 230 mil y hubo un déficit de 70 mil, no se pudo cumplir con los requerimientos del primer trimestre”, explicó Rufino León secretario de Transporte y Vialidad.
Es decir, el culpable de que 50 mil carros no tengan placas de metal, es Ebrard.