Una maldición ancestral
¬ Augusto Corro martes 9, Abr 2013Punto por punto
Augusto Corro
El candidato a la presidencia de Venezuela, Nicolás Maduro, seguramente sabe muy bien lo que hace al lanzar discursos fuera de lo normal.
Es decir, aprovecha todos los recursos de la demagogia para ganar votos. No le importa caer en el surrealismo ni en la mentira. En una ocasión dijo que Hugo Chávez, el presidente que murió víctima del cáncer, se le había aparecido en forma de un pajarito chiquitico. Obvio, el aspirante presidencial se convirtió en la botana de los tuiteros.
Otra vez, en un discurso manifestó que Chávez había intercedido ante Dios para que se eligiera al primer Papa latinoamericano.
Anteriormente, el recién fallecido mandatario, Maduro en su calidad de presidente interino, manejó la idea de embalsamar el cadáver del líder venezolano para exponerlo al público, para su veneración, como ocurrió en Rusia con Lenin.
Alguien le aconsejó que no era lo más conveniente lo que pensaba hacer con los restos de “su padre” y mentor Chávez. Afortunadamente escuchó y no se expuso más al ridículo. El deceso del multicitado Chávez obligó a realizar comicios presidenciales el próximo 14 del presente mes.
Y en esos apuros se encuentra Maduro, que como se ve, no le hace ninguna acción que le favorezca a su apellido.
LA ÚLTIMA REGADA DE TEPACHE
Durante un mitin en la Amazonia venezolana, con penacho y todo, el candidato dijo:
“Si alguien del pueblo vota contra Nicolás Maduro, está votando contra él mismo, le está cayendo la maldición de Maracapana”. La batalla de Maracapana, nos explican, fue un hecho histórico en el que 300 españoles que encabezaban a 18 mil indígenas se enfrentaron a los nativos y los vencieron. Ya sabrán cómo les fue a las etnias en aquella región.
En síntesis, la maldición de Maracapana “es ser esclavizados y asesinados todos”. ¿Eso les ocurriría a quienes no sufraguen a favor de Maduro? Desde luego que no. Lo único que ha hecho el candidato es reflejar la pobreza de su discurso.
Y así lleva su campaña política el aspirante Maduro entre el surrealismo, los rezos a San Francisco de Asís y una revoltura de misticismo y socialismo, para impresionar a los incautos.
Por el lado de la oposición, a Maduro sobran quienes no pueden ver ni en pintura al sucesor de Chávez. El salsero venezolano, Willie Colón, uno de los críticos más severos de Chávez, también lanza hoy su música contra Maduro. Al reggaetón “te pintaron pajaritos en el aire”, en alusión directa al discurso de Maduro y para burlarse de él, Willie Colón señala lo siguiente en la letra de su nueva canción:
“Tanto billete y tanto tiempo con el poder, hoy Venezuela menos problemas debía tener, que no falle la luz, que tampoco se vaya el agua, menos malandros y unas casitas que no se caigan”.
En esta campaña política Capriles tampoco ha salido bien librado de los ataques de sus adversarios. Lo menos que le dicen es que en medio de su analfabetismo político no se ha dado cuenta que en Venezuela hay una “revolución en marcha”. Lo que aseveró sobre la lucha política, en el sentido de que Chávez no es su enemigo sino Maduro, los críticos le dicen:
“No Henrique, no. La campaña no es sólo entre tú y Nicolás Maduro: esta campaña es entre tú y Chávez, y Chávez somos todos, todo el pueblo… ese que jamás votará por quienes como tú, sólo representan los intereses de la vieja clase política y la élite económica de siempre…”.
Al analizar, detenidamente, los discursos de ambos candidatos, se concluye que ninguno propone los grandes cambios para Venezuela, a leguas se nota que se trata de una lucha política por coronar sus intereses personales.
Ni el propio Chávez pudo sacar a Venezuela de la pobreza y la violencia, menos su imitador, y peor su adversario político, que también basa su campaña en la frivolidad. El pueblo, como en todas partes del mundo, es sabio y sabrá escoger al menos peor de los aspirantes a suceder en el cargo al controvertido Hugo Chávez.