Roberto Carlos festeja a sus “amadas amantes”
Espectáculos lunes 10, May 2010El cantautor brasileño celebró a las mamás mexicanas s que abarrotaron el Auditorio Nacional para aclamar a este “Dios del romanticismo”
Gloria Carpio
El cantautor brasileño Roberto Carlos es un gran artista y lo comprobaron las 10 mil almas que asistieron al primero de tres concierto en el Auditorio Nacional.
Roberto Carlos, además de su gran desempeño profesional, es un gran ser humano y lo demostró al ofrecer un inigualable recital al que concurrieron mujeres de diez generaciones, acompañadas de sus esposos, hijos y familiares.
El hombre, que por problemas de carácter técnico tuvo que comenzar su recital con 1 hora de retraso, trocó la inquietud de la gente habiendo estudiado a su audiencia y su equipo de producción sabía lo que hacía, pues a media función puso rosas blancas y rojas en las manos de las madres de distintas edades, las cuales beso antes de entregarlas, con lo cual el público casi lloraba.
Fue capaz de proyectar su sensibilidad desde que salió vestido de blanco arrancó y visiblemente emocionado arrancó con su tema “Amante a la antigua” y continuó con el poema hecho canción “Qué será de ti”. Por supuesto que era infaltable dirigirse a las madres y se refirió a la suya (que hace poco tiempo falleció) y dijo “a mi madre y a todas las madres del mundo dedico esta actuación y que Dios las bendiga siempre”.
Su blanca figura contrastó con los tonos de la orquesta y las luces multicolores y de inmediato se dio la simbiosis, pues las mujeres, como buenas mexicanas, corearon de principio a fin las 17 canciones que conformaron el repertorio esta vez.
Pero la gente, que a lo largo de 50 años ha seguido la trayectoria de este compositor, le pidió “Lady Laura”, a sabiendas que esa melodía se la había compuesto a su madre y el hombre con voz casi ahogada, respondió que le resultaba difícil cantar ese tema, sobre todo en una función dedicada al “Día de las Madres”, pero aceptó interpretarlo hasta el final, situación que provocó el más fuerte aplauso de la noche, que se prolongó por tres minutos, pues la gente comulgaba cada instante del compositor.
La audiencia del Auditorio Nacional no fue a ver al artista, fue a cantar con el artista y el Coloso de Reforma retumbó con “Cóncavo y Convexo”, con “Yo te propongo”, “El día que me quieras”, “Un gato en la oscuridad” y no hubo una sola garganta que se quedara sosegada cuando se despidió con “Amigo” y “Jesucristo” (con estas melodías el público no pudo contener las lágrimas), y la gente pedía más, en razón de que había repertorio para que siguiera ese memorable concierto y dos veces lo hicieron regresar al escenario y en las dos ocasiones le aplaudieron por más de un minuto y, en efecto, había canciones para muchas horas y se despidió con “Amada amante” y con “Un millón de amigos”.
La categoría del cantante quedó manifiesta cuando le dijo al público:
“Quiero agradecer a los mexicanos el cariño con el que siempre me han recibido a lo largo de mis 50 años de carrera artística; este es un espacio increíble y gracias por todo su amor”, con ello la gente verdaderamente se le entregó y el hombre interrumpió los aplausos con el tema “Detalles”.