Un sueño guajiro
¬ Augusto Corro viernes 5, Abr 2013Punto por punto
Augusto Corro
A ningún capitalino le agradó el incremento en las tarifas de transporte público, menos a las personas de escasos recursos económicos.
¿Alguna inconformidad? Todas. Principalmente por los panistas que, ahora sí, se sintieron defensores del pueblo.
Los legisladores blanquiazules en el Senado pusieron el grito en el cielo e inmediatamente anunciaron medidas para contrarrestar las acciones del gobierno capitalino.
La senadora Mariana Gómez del Campo dijo que su partido “promueve la interposición de juicios de amparo en contra del alza en el transporte público, ya que no solo fue un “madruguete” que afecta los bolsillos de la ciudadanía, sino que está fuera de la ley”.
Recalcó que se trata de un acto violatorio por parte del jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Angel Mancera, que transgredió la ley de transporte y vialidad. Seguro que los panistas tienen la razón de manifestar sus inquietudes, pero eso de andar amparado para subirse a las peseras, se me hace un sueño guajiro, es decir, algo sin sentido.
Los blanquiazules tendrán que buscar otras formas para contrarrestar lo que ellos consideran acciones violatorias por parte de Mancera, quien, aquí entre nos, sus primeros meses de gobierno han estado llenos de errores. Claro, para que se autorizara el alza en las tarifas, los transportistas acordaron, supuestamente, realizar acciones que mejoren la prestación del servicio.
¿Y qué creen? Pues que serán los asambleístas perredistas quienes verificarán que los concesionarios cumplan con los acuerdos firmados.
A partir de hoy, los diputados locales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) harán recorridos en transporte público por todas las rutas de la ciudad, para comprobar que los concesionarios cumplan su compromiso con el gobierno del DF.
Desde luego, será muy interesante ver a esos asambleístas lejos de sus coches y sus guaruras darse un “baño de pueblo”, y verificar que ahora sí, los conductores de micros dejarán de ser los trogloditas a bordo de las máquinas de la muerte.
Los concesionarios aceptaron cumplir los siguientes puntos:
Las unidades de transporte público deberán contar con las condiciones que garanticen la seguridad de los usuarios.
Presentar y aplicar un programa de operación a través de un esquema de paradas fijas obligatorias por ramal, por ruta y por derivación.
Garantizar que las unidades no porten elementos prohibidos que causen molestias a los usuarios, tales como: equipos de sonido o bocinas adicionales que generen ruido excesivo, vidrios polarizados, engomados que impidan la visibilidad, etc.
Realizar la prestación del servicio sin acompañantes a fin de evitar distracciones que puedan provocar accidentes.
Vigilar que los operadores de las unidades cuenten con experiencia mínima de 5 años, a fin de que la edad mínima para los conductores de transporte colectivo sea de 23 años.
Nadie en su sano juicio, podría pensar que esos choferes del transporte público se van a transformar, de la noche a la mañana, de “diablos” en “santos”.
¿A poco alguien ha creído, realmente, que los trogloditas de los micros subirán a los pasajeros en los sitios marcados por los discos de ascenso y descenso del pasaje? Muchos años han pasado desde que en el gobierno capitalino les entregó la ciudad a las mafias de concesionarios. Estos convirtieron a la ciudad en un gran escenario para realizar toda clase de atropellos con sus unidades.
Y así seguirán porque no hay poder humano que pueda meterlos en cintura. Total, el incrementó a las tarifas del pasaje ya se autorizó y punto. Es decir, palo dado ni Dios lo quita. La actitud de panistas y perredistas no pasará de acciones demagógicas, sin resultados y sin sentido. Todo acabará en un sueño guajiro.
Feliz fin de semana.