Por remunerar el trabajo doméstico
¬ Claudia Rodríguez lunes 10, May 2010Acta Pública
Claudia Rodríguez
No es una petición feminista, ya son varios los académicos, funcionarios públicos, representantes de organizaciones internacionales y de agrupaciones sociales, quienes aseguran que el trabajo doméstico de las mujeres debe ser visibilizado y valorado en las políticas públicas para que, en un futuro cercano, sea remunerado.
Esto tiene sentido cuando un gobierno implanta leyes y políticas reales para combatir la pobreza. No es posible minar o reducir paulatinamente el flagelo de la miseria en diferentes modalidades, sin contemplar de forma seria el caso de las mujeres que tienen a su cargo un trabajo doméstico no remunerado.
El pasado mes de enero durante el segundo Seminario Internacional sobre Género y Pobreza, se hizo el llamado a que en el análisis de la pobreza hay que incluir el concepto del uso del tiempo ya que este está distribuido de manera inequitativa entre hombres y mujeres. Pero también entre las mujeres de acuerdo a múltiples características, el uso del tiempo tiene una diferenciación abismal.
Dejemos por el momento el hecho de que en general el hombre mexicano de manera casi intuitiva piensa que es la mujer la encargada de las faenas del hogar, en donde se incluyen, en su caso, el cuidado y la crianza de los hijos.
A querer o no, por gusto o necesidad, es la mujer mexicana la que cuida y forma a los hijos. Pero no todas las madres dan a su uso del tiempo el mismo destino.
No es lo mismo ser madre con recursos económicos a administrar y sin necesidad de laborar, o madre trabajadora por la exigencia de llevar dinero al hogar, y tampoco se compara el uso del tiempo de una madre con necesidad de laborar y sin posibilidad de hacerlo.
Hay mujeres que emplean alrededor de 12 horas del día entre traslados y trabajo. De entre ellas, las menos, tienen obligaciones ejecutivas o de dirección, pero la gran mayoría está fuera de su hogar más de la mitad del día por una cuestión de sobrevivencia, luego entonces, tiene que atender sin posibilidad de escape, las labores y trabajos de su hogar.
Las madres mexicanas en general, se encuentran pendiendo de un estado de vulnerabilidad en donde la obligación de la crianza de los hijos se hace la mayoría de las veces, en condiciones desfavorables.
Se ha escuchado varias veces, incluso hasta con tesis científicas, que el trabajo doméstico puede ser placentero para las mujeres. Seguro existen miles o hasta millones de esos casos, pero eso no impide que se reconozca y remunere el tiempo empleado a las tareas del hogar.
¿O acaso basta con festejar el 10 de mayo?
Acta Divina… María de la Paz López, consultora regional del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), señala que en México se ha logrado reunir muy buena información a través de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo, levantada como módulo de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH); sin embargo, falta que esta información sea utilizada en las políticas públicas y económicas.