El microuniverso político
¬ Augusto Corro miércoles 27, Mar 2013Punto por punto
Augusto Corro
El municipio, la célula más importante del microuniverso político, se encuentra abandonado y cada alcalde hace lo que le ordena su criterio y, principalmente, sus intereses personales, por lo general mezquinos.
En los últimos años, los presidentes municipales han sido víctimas de todo tipo de agresiones, debido a su caprichosa forma de gobernar: algunas veces coludidos con los narcos, otras empeñados en saquear al erario.
Así, vemos que un sinnúmero de estados no cuentan con la tranquilidad para pensar en el progreso. Por ejemplo, ayer hablamos de la triste situación que se vive en Guerrero, donde el gobernador Ángel Aguirre hace gala de su ineptitud. El coalicionista no ha logrado que la paz regrese a esa entidad.
Y lo mismo ocurre en Oaxaca, un estado flagelado por los malos gobiernos y sus representantes que se dedicaron a manejar el dinero público para su beneficio. ¿Nombres? José Murat y Ulises Ruiz Ortiz.
Los oaxaqueños tienen que resolver sus problemas sin la atención de las autoridades, lejos del gobernador en turno. Las propias etnias se ven obligadas a actuar al margen de los gobiernos estatales, porque no son escuchadas. Así ocurre con los triquis de la región Mixteca.
Tal es el caso de lo ocurrido en Santa María Zaniza, un pueblo ubicado en la Sierra Sur oaxaqueña. En ese lugar, indígenas zapotecos encarcelaron al presidente municipal, Nemorio Martínez López, y al síndico Lucas Cruz, “por realizar obras en la región, sin consultar previamente a la comunidad”.
Los propios habitantes de Santa María Zaniza arrestaron a los mencionados funcionarios y los encarcelaron. Cuando escribía estas líneas llevaban más de 24 horas tras las rejas.
Una vez registradas esas acciones, algunas autoridades locales optaron por comunicar a los representantes del gobierno estatal, para que atendieran el caso. No lograr contactar a nadie. ¿Alguien sabe dónde localizar al gobernador Gabino Cué y a su corte de ineptos?
Es posible que Cué y sus huestes se encuentren reunidos con los maestros para destruir el nudo gordiano, o simplemente de vacaciones, o quizá en pleno descanso en alguna playa de fina arena blanca.
El hecho es que ninguna autoridad atendió a los indígenas, quienes procedieron a realizar una asamblea para ventilar el caso y se decida qué hacer con el presidente municipal y su incondicional.
Como señalamos arriba, Cué mostró su incapacidad para gobernar y dejó que los caciques se dedicaran en cuerpo y alma a hacer lo que más les conviene: robar, saquear el erario y ejercer su autoridad sin consultar a la población.
Un problema parecido ocurrió en el Istmo de Tehuantepec, donde las comunidades han mostrado su descontento por el desarrollo de la energía eólica. A nadie le agradó que de la noche a la mañana, sin ninguna consulta de por medio, las empresas extranjeras instalaran sus “molinos de viento”.
Igual que en Guerrero, en Oaxaca, el gobierno de coalición no ha podido gobernar. No le han encontrado la cuadratura al círculo: en ambos estados, el índice de pobreza es alto. Desde hace muchísimo tiempo, por no decir que siempre, la marginación social flagela a los indígenas.
La manera de gobernar con sus usos y costumbres ha permitido a los indígenas sobrellevar su miseria. Sin embargo, esa manera de vivir o les ha permitido salir de la pobreza. Esto los llevó a ser braceros permanentes. Su esperanza primordial es ir a trabajar a los Estados Unidos.
Retomamos el asunto para finalizar: Cué decepcionó a los oaxaqueños que esperaban ver tras las rejas a Ulises Ruiz Ortiz. ¿Pruebas del saqueo? El propio gobernador habló de ellas: con el tiempo las acusaciones de peculado se desvanecieron y colorín colorado… Conclusión: Ulises vive feliz en el reino de la impunidad.