El recuerdo de Colosio
Ramón Zurita Sahagún lunes 25, Mar 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los 19 años del cruento asesinato de Luis Donaldo Colosio se cumplieron el pasado sábado y por primera vez en esos años, el priísmo no recurrió al abuso de la figura del malogrado candidato presidencial.
Se le rindió un homenaje, pero no asistieron las plañideras, ni mucho menos las “viudas” que tanta raja sacaron de su supuesto legado y que se beneficiaron a más no poder.
Es cierto que muchos de esos discípulos emigraron del PRI, otros pasaron a mejor vida política, pero la realidad nos muestra que desde esta nueva generación de gobernantes pocos de ellos conocieron o tuvieron una relación cercana con quien fue asesinado en Lomas Taurinas aquella trágica tarde del 23 de marzo de 1994.
Quien ocupa hoy la Presidencia de la República tendría a la sazón 27 años de edad y apenas daba sus primeros pasos en la actividad política.
Los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y de Hacienda, Luis VIdegaray Caso, conocieron, tal vez, a Colosio Murrieta por intermediación de sus entonces jefes políticos, Jesús Murillo Karam y Pedro Aspe Armella, pero sin poder establecer una relación directa con él.
Otros como Emilio Chuayffet Chemor, secretario de Educación Pública; Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada priísta en la Cámara de Diputados y Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores del tricolor, sí cultivaron una relación cercana con quien cayó abatido por las balas del arma de Mario Aburto.
De los actuales gobernadores priístas, Roberto Borge Angulo, Quintana Roo; Javier Duarte de Ochoa, Veracruz; Rodrigo Medina de la Cruz, Nuevo León; Roberto Sandoval Castañeda, Nayarit; Eruviel Ávila Villegas, Estado de México; Miguel Alonso Reyes, Zacatecas y Jorge Aristóteles Sandoval, Jalisco, apenas salían algunos de la universidad, mientras otros se encontraban en la preparatoria.
El “Niño Verde”, Manuel Velasco Coello, Chiapas, estaría iniciando la secundaria.
Los otros gobernadores del PRI como Egidio Cantú, Tamaulipas; Fernando Ortega, Campeche; Mariano González, Tlaxcala; Mario Anguiano, Colima; José Eduardo Calzada, Querétaro; Fernando Toranzo, San Luis Potosí; Rolando Zapata, Yucatán; Carlos Lozano, Aguascalientes y César Duarte, Chihuahua, no alcanzaban el nivel político necesario que les permitiera convivir cercanamente con el entonces dirigente nacional de su partido y candidato presidencial después.
Por eso, la figura de Colosio Murrieta se diluye en la bruma del pasado, su legado ya no es tan importante para su partido y se le recuerda como un personaje político que fue frenado en su ascendente carrera que lo ubicaba, como se estilaba en aquellos tiempos, en la antesala de la Presidencia de la República.
Son muchos los que especulan sobre el rumbo del país si Luis Donaldo Colosio hubiese ocupado la silla presidencial.
¿Sería el presidente de la transición como lo fue su sucesor Ernesto Zedillo. Se habría logrado la apertura democrática. Carlos Salinas sería el guía moral del priísmo. El PRI habría cambiado y dado paso a una nueva generación, como la actual. Se hubiese actuado en contra de Raúl Salinas de Gortari. Se habría evitado el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu. Se habría evitado el error de diciembre y la fuga de capitales?
Las interrogantes son muchas y las respuestas contundentes no existen, ya que se habla hipotéticamente de ello.
¿Fue el crimen de Colosio Murrieta, lo que desató la conciencia crítica de los ciudadanos y hasta de los políticos? Tal vez sí, porque el país se convulsionaba con el movimiento armado surgido en Chiapas, la infructuosa rebelión de Manuel Camacho Solís hacia la decisión de su partido de nominar un candidato presidencial que no fue él.
Quienes recuerdan aquellos aciagos días, concuerdan en que el panorama no era nada halagüeño para el candidato presidencial del PRI que enfrentaba en las urnas al panista Diego Fernández de Cevallos y al perredista Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Sin embargo, el rumbo de la campaña de Colosio Murrieta se enderezaba y pocas dudas habían sobre su victoria en las urnas, al contar el PRI con una máquina bien aceitada.
Quienes estábamos en Lomas Taurinas aquella trágica tarde del 23 de marzo fuimos impactados con el magnicidio, ya que resultaba la primera ocasión, en la etapa posrevolucionaria, en la que un candidato presidencial caía abatido por las balas de un asesino.
19 años después de aquel hecho reprobable y a unos meses de que el PRI recuperó la Presidencia de la República la figura de Colosio ya no resulta tan rentable para su partido.
FRENO A LA SIMULACIÓN: FCT
Al hacer un enésimo llamado a los actores políticos que se disputarán cargos de elección popular en Baja California a dejar de lado las diferencias y que el debate que se suscite sea el de las ideas, el precandidato del PRI al gobierno del estado, Fernando Castro Trenti, dijo que recordar a Luis Donaldo Colosio “debe ser de un duelo emergente, un duelo convertido en acción, en motor de cambio que nos evoca, nos motiva y compromete a enfrentar y recoger de esa escena fatídica, los sueños, las aspiraciones y las esperanzas de un pueblo que recamaba, entonces como hoy, una transformación urgente”.
Aseguró que rechazará todo acto de simulación, confrontación y engaños, que sólo conducen a la división y el encono, y reiteró que su propuesta será la del crecimiento y el progreso de Baja California.
El precandidato priísta afirmó categórico que no está de acuerdo con las campañas de desprestigio y que “si alguien quiere revolcarse en el lodo, que por su gusto lo haga”, en clara alusión a la guerra sucia que el ex gobernador Ernesto Ruffo desató en su contra.
Nota. En ocasión de la Semana Santa, dejaremos de publicar este espacio por unos días, reanudando el próximo dos de abril.