Norberto se ve nervioso
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 20, Mar 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
En la curiosa galería de personajes que en México han caído en el descrédito se encuentra el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México.
Su nombre debe figurar junto al de Elba Esther Gordillo y por supuesto al de Carlos Romero Deschamps, Carlos y Raúl Salinas, Emilio Azacárraga, Lorenzo Servitje, Claudio X González, Martha Sahagún y Vicente Fox, el gober precioso Mario Marín, Humberto Moreira, Felipe Calderón, Genaro García Luna y René Bejarano.
Es decir, su nombre es parte de la descomposición de un status quo que de 30 años para acá se cayó a pedazos. Cada quien de los mencionados ha hecho una contribución en dejar a este país como está, y algunos podrían seguirla teniendo.
Y Norberto Rivera, en su caso, ha hecho una gran mancuerna con el padre Marcial Maciel, otra de las grandes figuras de esa galería, en la demolición de su ámbito institucional: la iglesia católica mexicana. Pero para él la reciente renuncia de Benedicto XVI y la elección de un nuevo Papa, debieron ser un auténtico vía crucis.
Sus pecados quedaron expuestos en la inesperada publicidad que le dan todos aquellos que le acusan de proteger a curas pederastas en la iglesia mexicana.
Unas 30 mil firmas se reunieron para pedirle que no fuera al cónclave en el Vaticano en calidad de cardenal elector, pues no le consideraban digno de ello. La nota tuvo resonancia internacional.
Y todo porque el asunto de la pederastia y abuso sexual en que incurren curas mexicanos se suma a un fenómeno que se hizo universal: la incontinencia sexual de un clero reprimido en el mundo globalizado. Probablemente por los siglos de los siglos eso ha ocurrido. La diferencia es que antes no se sabía al mismo tiempo lo que ocurría en Roma, Canterbury, Sao Paulo, California y Puebla, por así decirlo.
El caso es que la misma globalización de un par de eventos -renuncia y elección de papa- pusieron a Norberto Rivera en el reflector, sin que él lo deseara y al parecer sus sucesivos movimientos han estado dictados por el nerviosismo.
Por ejemplo, la Arquidiócesis Primada de México informó hace unos días que ayer, martes, cuando Francisco inició su pontificado en Roma, el presidente Enrique Peña Nieto y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, le harían una invitación oficial para que visite México. Pues ni que fuera vocero del gobierno, ¿no? Pero no sólo daba una noticia apresurada, sino la impresión de que Norberto se trata de cubrir bajo el manto papal o gubernamental en la delicada situación en que se encuentra. Me explico:
Supongo que Norberto no sabe si ha dejado de ser uno de los intocables en el país, ni cómo va a reaccionar el Papa Francisco frente al problema de la pederastia.
Por eso parece asumir un juego defensivo que consiste en pretender taparse alternativamente detrás del Papa o del Presidente y hasta del jefe de Gobierno, para seguir presentándose como un hombre de influencias. Del gobierno mexicano no se ha escuchado pronunciamiento alguno acerca del problema no resuelto sobre Marcial Maciel y el encubrimiento de que es acusado Norberto. Pero esto último es ventilado legalmente en EU y en cuanto haya un desenlace la autoridad de aquí no podrá ignorarlo.
Del Papa Francisco no sólo hay una gran esperanza sino una enorme presión para que su respuesta sea enérgica en este y los otros asuntos a los que Benedicto XVI ya no le quiso entrar, pero bien que los dejó expuestos. Así que cuando las cosas caigan por su peso, que Dios agarre a Norberto confesado.