¿Carro completo?
Ramón Zurita Sahagún martes 19, Mar 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Qué está pasando con el líder del PRI, César Camacho, que no se ubica en la realidad existente en el país. Desconoce lo que acontece o es que acaso su triunfalismo tienen que ver con lo que muestra en su papel de dirigente del partido gobernante.
Es acaso que Camacho Quiroz lanza sus proclamas triunfalistas como una motivación para que los electores le respondan en las urnas, haciendo caso del estímulo que representan sus palabras.
Para quienes conocen la realidad de los 14 estados en los que se celebrarán elecciones el próximo 7 de julio, el optimismo de César Camacho es exagerado.
Es verdad que el PRI ganó en la elección federal del año pasado y con ello recuperó la Presidencia dela República, pero también lo es que no consiguió mayoría en ninguna de las dos cámaras del Congreso federal, ni en la de Diputados y mucho menos en la de Senadores.
Tampoco ganó los siete estados en disputa, ya que recuperó Jalisco y Chiapas (con un candidato del Verde), mantuvo Yucatán, pero nuevamente sucumbió en el Distrito Federal, Guanajuato y Morelos y se añadió Tabasco, entidad que jamás habían perdido.
De esa forma, los priístas salieron más o menos empatados en cuanto a posiciones en los gobiernos estatales.
Sin embargo, para julio del presente año, el panorama no parece tan halagüeño, ya que en varios de los estados se auguran derrotas en las principales plazas en disputa.
Baja California es la única entidad en la que se elegirá a gobernador y la situación no está sencilla para los priístas, que van como retador del PAN, partido que gobierna la entidad desde hace 24 años.
Es decir, en cuatro elecciones para gobernador, el PRI no ha podido derrotar a los del partido blanquiazul y el actual proceso electoral se ve sumamente competido.
Los priístas compiten con un buen candidato (Fernando Castro Trenti), quien mantiene el control de la estructura partidista en el estado y consiguió el respaldo de los partidos del Trabajo y Verde, de algunos perredistas y hasta del dirigente estatal de Nueva Alianza, a pesar de que este último va en alianza con el PAN y PRD.
Baja California se advierte como un estado de alta competencia, en que habrá que esperar como se desenvuelven las campañas para hacer un pronóstico, ya que el abanderado de Acción Nacional (Francisco Vega de la Madrid) es un político con fuerte respaldo, dentro y fuera de su partido.
Además de Baja California, llaman la atención otros estados, especialmente los tres en que aliados el PAN, el PRD y los partidos de izquierda ganaron la batalla a los priístas que nunca habían perdido esas plazas.
Claro que en esta ocasión, en Puebla, Oaxaca y Sinaloa, no elegirán a gobernador, pero sí a diputados locales y presidentes municipales.
En Puebla será hasta el próximo 22 de marzo cuando se defina si van de la mano el PAN, PRD y Nueva Alianza, ya que de no hacerlo se abre una opción de triunfo para los candidatos del PRI. La alianza entre izquierda y derecha supera la del partido tricolor con el verde, pero compitiendo sin alianza, el PRI saldría adelante.
Oaxaca está más complicada para el priísmo que ha perdido todo, desde 2010, cuando Eviel Pérez Magaña cayó en las urnas ante el actual gobernador Gabino Cué Monteagudo, con la diferencia de que ahora no estará en las boletas el nombre del gobernador.
A eso apuestan los priístas, ya que en la elección federal del año pasado, el PRI perdió todo, ya que de las diputaciones en disputa solamente ganó un distrito de una docena en juego y las dos senadurías de mayoría quedaron en manos de los candidatos de izquierda.
Para los priístas, Sinaloa parece ser la entidad en que podrán recuperarse, ya que el propio gobernador Mario López Valdez es su mejor aval, pues su desastroso gobierno representa la mejor oportunidad para que el PRI se sirva con todo y muestre por qué no lo dejaron pasar como su candidato al gobierno estatal.
Los priístas tienen buenas cartas para los ayuntamientos y el Congreso local, aunque el pero que se les presenta es que el propio gobernador quiere regresar al PRI y busca incorporarse como militante a este partido.
En Veracruz se presentó una buena noticia para los priístas, ya que los partidos de izquierda y el de derecha no lograron concretar la alianza pretendida, por lo que enfrentarán resistencia de los simpatizantes panistas en la zona conurbada del puerto de Veracruz (Boca del Río, Medellín, Alvarado y Veracruz), el norte del estado (Poza Rica y Tuxpan) y de la izquierda en el sur del estado (Coatzacoalcos, Minatitlán, San Andrés), pero con grandes posibilidades para que el tricolor mantenga los ayuntamientos que actualmente gobierna. Quintana Roo, se presume, será sumamente difícil para el PRI, al igual que Tamaulipas, donde se escucha con más frecuencia la posible salida de Egidio Torre Cantú, un militante priísta que tuvo la suerte de ser proyectado como candidato por el asesinato de su hermano.
Chihuahua camina por la misma ruta, César Duarte no encuentra el sendero por el que podría caminar hacia un buen gobierno.
En Tlaxcala, su gobernador Mariano González Zarur comprueba que el pueblo lo rechazó en una primera ocasión por advertir que sería un desatino su gobierno. Coahuila es una papa caliente para el PRI. Aguascalientes, Durango y Zacatecas, son ejemplo de la mediocridad de sus gobernantes, aunque en el tercero de ellos, la alianza PAN con los partidos de izquierda puede echar a perder las celebraciones anticipadas del dirigente nacional priísta.