El PAN y las ausencias
¬ Augusto Corro lunes 18, Mar 2013Punto por punto
Augusto Corro
Fracasó el primer intentó por revivir al Partido Acción Nacional (PAN). En su Asamblea Nacional, la ausencia de delegados obligó a la dirigencia a clausurar la reunión y esperar mejores tiempos. Sin embargo, se logró concretar una reforma que cimbra las bases del partido: el dirigente del PAN será elegido de forma directa por los militantes y no a través de un Consejo Nacional, como ocurría.
Tal vez esa decisión fue la que alcanzó a salvar, un poco, la fallida reunión panista que sirvió para que se enfrentaran nuevamente los seguidores de Calderón y del actual líder partidista, Gustavo Madero.
Por cierto, la aprobación del nuevo estatuto fue considerada como un triunfo de los panistas de a pie, aquellos cuya militancia es real y esforzada y siguen al partido desde hace muchos años.
A diferencia de los arribistas, oportunistas y derivados que llegaron al PAN y fueron designados a cargos públicos que aprovecharon para medrar hasta que se cansaron.
No solamente esto, sino que también se distinguieron por su ineptitud para entender y resolver los problemas de México.
Ahora nuestro país se encuentra sumido en conflictos cuya solución tardará años en llegar. El legado calderonista de violencia, impunidad y muerte fue lo peor que dejó al nuevo gobierno. Salir de esos embrollos no será fácil.
La tarde del sábado fue una derrota total para el dirigente Madero. Se manifestó su incapacidad política para controlar a los delegados. Le faltó colmillo al líder. Seguramente ya aprendió a una asamblea se llega con todo ganado o no se hace la reunión. Todos sabemos que la recuperación política del PAN será difícil, porque son muchos los argumentos que actúan en su contra. Entre otros, aquél que se grabó en la sociedad mexicana: los panistas no saben gobernar.
El docenato panista no hizo más que agudizar los problemas sociales que flagelan a las clases más necesitadas. La pobreza, una de ellas. El número de pobres rebasó los 50 millones. El número de desempleados también creció en millones. El comercio informal se desbordó.
Pero lo que más agravó la compleja situación que vivían los mexicanos, fue la guerra fallida contra la delincuencia organizada. Un lucha que afectó a la sociedad siempre víctima de las pésimas decisiones gubernamentales.
Todo lo anterior llevó al PAN a una derrota mayúscula, como lo dijo en su oportunidad Madero, pues se necesitaba no ver, ni oír, para votar por los candidatos blanquiazules. A lo anterior habría que sumarle la ambición política de los dirigentes panistas que dividieron el partido. Independientemente de la fragmentación partidista, dos son las facciones que sobresalieron: calderonistas y maderistas. Este último tiene las características de un líder fracasado. ¿Alguien sabe de algún triunfo político de Madero?
Llegó a la dirigencia panista por el dedazo tradicional de Calderón y “la sirvienta le resultó respondona”.
Madero creyó que podría hacer lo que le viniera en gana, pero su novatez no le permitió derrotar a su patrón. El partido resintió los efectos de esa lucha que nadie ganó.
En los comicios de julio, el PAN sufrió una derrota apabullante. Del primer lugar que mantuvo en las elecciones presidenciales, cayó a un tercer sitio. Y, por lo que hemos visto, ahí seguirá hundido.
A la reunión mencionada no asistieron panistas distinguidos como Calderón, su esposa Margarita Zavala, Diego Fernández de Cevallos y Fox. Este último autoexcluido del partido blanquiazul.
Por cierto, Josefina Vázquez Mota sí asistió a la asamblea. Se pronunció como un factor de unidad en Acción Nacional. Pues sí, es lo que le faltará al partido si quiere sobrevivir. Que la verdad sea dicha: no se sabe cómo. Los propios delegados abandonaron el barco.