¿Un Papa para limpiar la Iglesia?
Roberto Vizcaíno jueves 14, Mar 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Su historia y origen indican que Jorge Mario Bergoglio, desde ayer Francisco , no tiene más opción que reformar la Iglesia
- El argentino es un Papa que hasta hace una semana viajaba en Metro y vivía en plena austeridad
- Tiene enfrente una estructura eclesiástica dominada por intereses muy mundanos y llena de pederastas
Las señales son muchas… ¿la Iglesia católica finalmente se decidió a cambiar?
Asediada por un mundo que viaja a una velocidad impresionante a través de internet y las redes sociales, que se burla de las sotanas y los hábitos largos, irreverente, multisexual, cada vez más crítico, que ya no soporta la pederastia ni quiere dejar pasar ni una violación más de menores por curas y purpurados, la cúpula católica no podía seguir comportándose como el avestruz.
Es quizá por ello que ayer dentro de la Capilla Sixtina entre los 115 electores ganó la nominación del argentino Jorge Mario Bergoglio, primer Papa latinoamericano, primer Papa jesuíta, primer jefe del Vaticano no europeo.
De 77 años Bergoglio, quien decidió llamarse Francisco I, fue elegido durante la tercera votación de los 115 cardenales reunidos en la Capilla Sixtina, en el segundo día del cónclave y es el primer jesuíta en ocupar ese encargo.
Tenían prisa.
Con ello se convierte también en el primer Papa latinoamericano y el número 265 de la Iglesia católica. Es entonces desde hoy, también el primer jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano no europeo.
Francisco Primero sucede así a Benedicto XVI quien anunció su renuncia al pontificado el pasado 11 de febrero y la hizo efectiva el pasado 28 de febrero.
Con su elección hoy hay dos Papas.
Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936.
El nuevo Papa fue mencionado ya anteriormente como uno de los posibles sucesores del Sumo Pontífice, tras la muerte del Papa Juan Pablo II, el 2 de abril de 2005.
El nuevo Papa argentino se presentó a la multitud eufórica reunida en la Plaza de San Pedro desde el balcón de la Basílica de San Pedro, para pedirles a los fieles elevar una oración por su antecesor, Benedicto XVI.
“Oremos por todo el mundo para que exista una gran hermandad, les deseo que este camino que hoy comienza dé frutos”, agregó.
Vestido de blanco les pidió además orar en silencio por él.
“Quisiera dar la bendición, pero antes les pido un favor, antes de que el obispo bendiga al pueblo, les pido que ustedes den una plegaria al Señor pidiendo una bendición para su obispo, y en silencio hagamos esta plegaria de ustedes por mí”, pidió.
Luego indicó:
“Mañana quisiera ir a rezar frente a la Virgen para que guarde a toda Roma. Gracias y buenas noches”, se despidió.
La fumata blanca que anunciaba que había Papa, surgió de la chimenea a las 19:06 horas, tiempo local. Con ello se indicaba que los 115 cardenales electores habían logrado una votación mayoritaria en favor de uno de ellos.
Pero, ¿quién es Bergoglio, hoy Francisco ?
El jesuíta de 76 años, es reconocido por su austeridad y su tendencia moderada y por una vida discreta.
Hijo de una familia modesta de Buenos Aires, cuyo padre, ferroviario, tenía antecedentes italianos, piamontés y su madre, era un ama de casa.
Acudió a la escuela pública para salir como técnico químico, y a los 22 años se unió a la Compañía de Jesús, donde obtuvo una licenciatura en filosofía.
Luego de pasar por la enseñanza privada, inició sus estudios de teología y se ordenó como sacerdote en 1969.
A los 36 años fue designado responsable nacional de los jesuítas argentinos, cargo que desempeñó durante seis años.
De ahí pasó a ser arzobispo de Buenos Aires, y primado de Argentina.
YA LO HABÍAN VOTADO
El argentino Jorge Mario Bergoglio había recibido ya muchos votos durante el cónclave que eligió el 19 de abril de 2005 a Benedicto XVI.
De buena salud y con antecedentes de reformador, Francisco se encuadra hoy como un Papa con un futuro de cambios dentro de un contexto donde la Iglesia católica atraviesa por uno de los peores períodos de su historia.
Su elección indica que se impuso la tercera vía al dejarse atrás la abierta disputa entre la poderosa curia italiana y la norteamericana.
No ganaron los romanos ni los neoyorquinos y en cambio la mayoría de los prelados decidió optar por un cardenal con edad y fuerza física y moral que pudiera trascender a los europeos y los estadounidenses.
De acuerdo a algunos cardenales indiscretos, se sabe que en la sucesión de Juan Pablo II, Bergoglio se levantó en la Capilla Sixtina y pidió a sus compañeros de cónclave no seguir votando por él para darle curso al nombramiento del cardenal Ratzinger.
Jorge Mario Bergoglio contaba entonces con 70 años de edad. Ayer su destino finalmente lo alcanzó. Hoy, a los 77 se llama Francisco I y es el nuevo Papa.
Quienes le conocen hablan ya de que será un Papa reformador. Su vida y origen religioso, el de jesuíta, lo ubican como uno de los cardenales con más carácter.
Ricardo Corleto, agustino recoleto, quien está de paso por Roma, afirma: “es un hombre tan honrado y tan íntegro que ni siquiera el gobierno de Kirchner pudo encontrar mancha alguna en su vida, a pesar de haberla buscado con suma diligencia”.
Este jesuíta íntegro, afecto al diálogo, por demás sencillo y absolutamente austero, viajaba hasta la semana pasada en metro y autobús por Buenos Aires. De una personalidad consistente, sin duda inteligente, espiritual, de requerirlo, no pararía en someter o reformar a fondo a la poderosa Curia Romana… y a las del resto del mundo católico.
Francisco sabe sin duda que la Iglesia desde ayer bajo su mando requiere de una cirugía a fondo, que le restituya la credibilidad social tan afectada por los escándalos de pederastía, de juegos de poder y los escándalos del Vatileaks.
El comentario del cardenal Kasper, tan respetable como el nuevo Papa, dice que “la Iglesia necesita transparencia y colegialidad… (y afirma que hay que) sacarla del cerco del centralismo romano”, es una explicación de por qué el cónclave se decidió por Bergoglio.
Con el Papa argentino, afirman, la Iglesia no sólo podría ganar un reformador en el momento indicado, sino a un conductor fiable, con experiencia, decidido, de los que no les tiembla el pulso, “limpio” y con agallas para terminar la limpieza que no pudo o no le dejaron hacer a Benedicto XVI : en el IOR, banco vaticano, y la Curia. Un nuevo Roncalli del cono sur con raíces turinesas. Un jesuíta para reformar la Iglesia”.
¿Cómo va a repercutir todo esto en la estructura eclesiástica mexicana?
Sin duda, vienen cambios. No me imagino al cardenal Rivera Carrera, con su rebosante soberbia, con su actitud de nuevo rico, tan afecto a marcar distancias, rodeado de guaruras y tan gustoso de usar autos caros, intentando ajustarse a la imagen de austeridad de Bergoglio o Francisco .
Tampoco logro visualizar al ex obispo Onésimo Cepeda, con su puro y su gusto al tequila y las corridas de toros, a las comilonas con altos políticos, a quien se le pierde la mirada tras los traseros de bellas mujeres, entrándole al nuevo estilo papal de Francisco .
El hecho de que el nuevo Papa sea latinoamericano, argentino, de que hable español y culturalmente sea tan cercano, tendrá un efecto en México y en el resto del continente.
El que sea por primera vez jesuita, marcará sin la menor duda una distancia con las cúpulas católicas latinoamericanas.
No debe extrañarnos verlo pronto en México, en otras naciones del continente, metiéndose a fondo en la atención de los escándalos que predominan entre los prelados latinos.
Claro que fue una sorpresa esta elección papal. Se quería, pero realmente no se esperaba. El conservadurismo, los enormes intereses que mueven las estructuras cupulares de esta Iglesia, no abonaban a la esperanza.
Pero los cardenales dieron “el paso” y hoy tienen un Papa con las características ya descritas.
El contexto en el que llega Francisco no le deja más espacio al nuevo Papa que el de la reforma, de aplicar el bisturí, de meter mano para ir a otra cosa.
Ojalá y no ocurra lo que pasó con Albino Luciani, el Papa Bueno, Juan Pablo 1, quien con apenas 33 días de papado fue encontrado muerto en su cama el 28 de septiembre de 1978, en circunstancias no aclaradas.
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100 días…|Trizas