¿No que era un producto de Televisa?
Roberto Vizcaíno miércoles 13, Mar 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- De todos los calificativos posibles e impensables, Peña Nieto pasó a ser un político de Estado
- Las reformas educativa y de telecomunicaciones han puesto en su lugar a sus detractores
- Elba Esther Gordillo inicia hoy su tercera semana en prisión… el SNTE y el Panal no la extrañan
A Enrique Peña Nieto lo han llamado de todo, pero el argumento central ha sido el de que es un producto de Televisa.
En este contexto de sinrazón y desmesura, la académica Denise Dresser, quien cuenta con un currículum académico impresionante, es quizá el mejor ejemplo de los detractores de Peña Nieto.
Bajo el encabezado de “Modelo bombón”, escribió: “El copete acicalado. La sonrisa diamantina. La novia famosa. El gobierno dadivoso. La publicidad omnipresente. La pantalla alquilada. La alianza del guapo y los corruptos. Los componentes centrales del modelo de competencia política que el PRI construye y con el cual logra ganar. Los ingredientes fundamentales de la estrategia que el PRI despliega y con la cual logra arrasar. Una ecuación cuidada, perfectamente planeada: cara bonita + dinero + televisoras + publicidad + PRI dinosáurico = triunfo electoral… El modelo bombón. El modelo golden boy. El modelo Peña Nieto”.
En otra ocasión lo llamó “El Astro boy de Atlacomulco, una criatura concebida por la dinastía política más importante del país que ahora busca dominarlo de nuevo. El político Potemkin (en recuerdo de aquel gobernante que construía poblados de cartón para engañar al pueblo), producto de un entramado de intereses políticos y empresariales que combina la modernidad mediática para llegar al poder, con los viejos métodos para ejercerlo. El mexiquense metrosexual construido con carretadas de dinero…
“Enrique Peña Nieto, actor de un espectáculo continuo, perfectamente producido, escenificado y actuado en la pantalla más grande del país. El candidato de “El Canal de las Estrellas” que hasta novia le consiguió. El candidato que las televisoras hacen suyo y se encargan de edificar. Con promoción política disfrazada de infomercial; con paquetes publicitarios que incluyen la compra de entrevistas en los principales noticieros; con la cobertura de un romance que recibe más atención que la guerra contra el narcotráfico; con el silencio televisivo que se guarda sobre el caso de Atenco o los feminicidios en el Estado de México o cualquier tema controvertido que podría evidenciar las fauces del joven dinosaurio. Hay un Plan de Trabajo que Televisa ha puesto en marcha y cuyas instrucciones Peña Nieto sigue al pie de la letra: te doy la pantalla desde la cual propulsarte y me das una presidencia a la medida de mis intereses. Un trueque permanente de favores, dinero, gestión política a cambio de impunidad y promoción mediática.
“Como advierte Julio Scherer García, la fórmula Peña Nieto es sencilla: comprar el tiempo en la televisión, corromper y corromper, mentir y mentir, aprender que a los aprendices se les puede y debe aprovechar. Todo para apoyar al joven muñeco, atractivo por su presencia física, a costa de la inteligencia y la pulcritud moral. Todo para que el poder regrese a las manos de la mafia. Todo para que el PRI vuelva a Los Pinos”.
Llenos de adjetivos y afirmaciones impunes (guapo, cara bonita, modelo bombón, Golden boy, Astro boy de Atlacomulco, político Potemkin, metrosexual; candidato presidencial seleccionado, asesorado y adiestrado por personajes como Arturo Montiel, Alfredo del Mazo y Carlos Salinas de Gortari y ejecutivos de Televisa y muchas manos más; actor de un espectáculo continuo, perfectamente producido; candidato de “El Canal de las Estrellas”; joven dinosaurio, joven muñeco), los textos de la señora Dresser insisten una y otra vez que:
“Hay un Plan de Trabajo que Televisa ha puesto en marcha y cuyas instrucciones Peña Nieto sigue al pie de la letra: te doy la pantalla desde la cual propulsarte y me das una presidencia a la medida de mis intereses. Un trueque permanente de favores, dinero, gestión política a cambio de impunidad y promoción mediática”.
Pero la realidad deja en claro que artículos bien estructurados no necesariamente son ciertos ni irrebatibles por más que sus autores cuenten con todos los grados académicos posibles. Tampoco lo son las afirmaciones sin sustento lanzadas por adversarios como, por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador.
Hoy, frente a la iniciativa de reforma de telecomunicaciones, cabe preguntarles a la señora Dresser y al resto de los detractores de Peña Nieto: ¿Pues no que el mexiquense era el producto de Televisa?, ¿No que era el muñeco, títere de la “mafia” en el poder?, ¿No que había sido ungido para proteger los intereses de los monopolios?
VIENE POR LA HISTORIA
Aquí no somos poseedores de la verdad. Nuestro análisis a veces falla. Pero sobre todo intentamos no dejarnos arrastrar por la sinrazón, por odios o posiciones absurdas y sin sustento. La mayoría de las veces apoyamos nuestras reflexiones en antecedentes y hechos probados.
Por ello en este mismo espacio no hace mucho comentamos que todo indicaba que Peña Nieto había llegado a la Presidencia no para buscar riquezas, sino historia.
Lo ha dicho explícitamente: quiere ser el mejor presidente de México. Apenas lleva 102 días de los 1,191 de su mandato y sus acciones y ritmo indican que quizá lo logre.
Por lo pronto ha echado abajo las afirmaciones de la señora Dresser y sus seguidores, de que es un producto de Televisa. Tampoco lo es de los ricos-ricos de México, esos que AMLO y sus pejeadictos encuadran dentro de la “mafia” en el poder.
Hasta ahora lo que ha demostrado es que en lugar de echar fuera de Los Pinos al PAN, lo mantiene ahí, a su lado, y que además ha metido a Palacio Nacional, a la toma de decisiones de su despacho, al PRD.
Al firmar, apoyar y aceptar el Pacto por México, Peña Nieto confirma y valida que la suya es una Presidencia Democrática. Es, en los hechos, lo más cercano a un “cogobierno”.
No requirió de una reforma política o constitucional profunda como lo habían planteado otros, para compartir y socializar el poder presidencial concentrado en su persona.
Ya de este “cogobierno” salió la reforma educativa, que no es poca cosa, que va a impactar la mentalidad y formación de las nuevas generaciones de mexicanos para capacitarlos y lanzarlos a competir en el mundo global y posicionar a este país entre los más avanzados del orbe.
Ahora de esa misma alianza sale la de telecomunicaciones que acabará con los monopolios del área (entre ellos el de Emilio Azcárraga de Televisa y supuesto dueño de Peña Nieto, según la señora Dresser y compañía), y que abrirá un mundo de posibilidades y apoyos para el beneficio de millones y millones de mexicanos, ya no se diga para la modernización y enriquecimiento del país.
Por ahí mismo ya se trabajan otras como la de energía y la hacendaria y fiscal integral, que verá entre otras muchas cosas lo del aumento y homologación del IVA.
Por lo que se advierte, estas otras reformas continuarán disminuyendo el poder de los monopolios y terminando con las prebendas de que gozaron durante décadas los más pudientes en México.
Todo indica que con la hacendaria y fiscal no sólo terminarán los regímenes de excepción para las grandes empresas y sectores privilegiados del dinero, sino que se estrecharán los márgenes y se le darán “poderosos dientes” a los organismos de control y regulación fiscal, para obligarlos a participar más dentro de un justo reparto de la riqueza nacional.
En ese “cogobierno” llamado Pacto por México ya entendieron que todos, sin importar ideologías y defensa de intereses partidarios, están dentro de Palacio Nacional, que no hace falta que uno de ellos sea Presidente para poder compartir el gobierno, porque Peña Nieto ya lo hizo.
DOS SEMANAS
Ayer se cumplieron dos semanas de Elba Esther Gordillo en la cárcel. De ser noticia principal ha pasado a la sección de breves: apenas una mención y adiós.
Que si catearon su casa de Coronado, que si a su nieto que operaba como su agente inmobiliario le negaron el amparo, que si su ex marido –el secretario de finanzas del SNTE durante decenios, y quien le transfería los millones de dólares– no aparece, que si ya sus cómplices soltaron la lengua y detallaron cómo fluía el dinero, etc, etc.
Hasta hoy nadie ha movido un dedo para defenderla. No hay maestros en la calle protestando por su detención. El SNTE camina sin sobresaltos sin ella y el Panal se apresta a participar en las elecciones de este año sin mayores contratiempos.
Ella inicia su tercera semana en prisión. ¿Le gritará a sus celadores como lo hacía a sus colaboradores?