Los restos del naufragio
¬ Augusto Corro miércoles 13, Mar 2013Punto por punto
Augusto Corro
Luego de su derrota mayúscula en los comicios de julio, el Partido Acción Nacional (PAN) realizará su Asamblea Nacional Extraordinaria para rescatar los restos del naufragio. Los blanquiazules se encuentran en la lona tras su rotundo fracaso. No sólo perdieron la Presidencia de la República, sino que a duras penas alcanzaron a ubicarse en el tercer lugar de la contienda política. La reunión mencionada se efectuará los días 16 y 17 del presente mes. En la debacle panista intervinieron diversos factores, entre otros, las pugnas internas en esa organización. Ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo para apoyar a su candidata presidencial. Josefina Vázquez Mota tuvo que valerse de sus propios medios para enfrentar a sus opositores.
Desde un principio, el divisionismo no pudo ser controlado por el único con capacidad de hacerlo: Felipe Calderón. No tuvo el empeño necesario para ordenarle a la dirigencia panista que se le entregara todo el dinero destinado a la campaña. Según declaró la propia afectada, siempre estuvo escasa de recursos económicos.
UNA DERROTA ANUNCIADA
En un supuesto juego democrático, los precandidatos a la Presidencia se rebelaron contra el dedazo del presidente, quien se inclinó a favor de Ernesto Cordero, quien se desempeñaba como titular de Hacienda. Este no pudo ganarle a Vázquez Mota y se inició el caos en el PAN.
Se acentuaron las diferencias entre el presidente del partido, Gustavo Madero y el entonces mandatario Calderón, por una sencilla razón, sus ambiciones por adueñarse del partido. El primero decidió enfrentarse a su jefe y la rencilla creció hasta llegar a la situación que se vive en estos momentos: un PAN desorientado y dividido.
La derrota mayúscula provocó el escándalo, la desesperación y las críticas acres contra aquellos blanquiazules señalados como responsables del fracaso político. El propio Calderón fue acusado como uno de los auspiciadores de la debacle, debido a que no apoyó como se esperaba la candidatura de Vázquez Mota. Todo porque su delfín Ernesto Cordero no pudo levantar su candidatura.
Mientras se acostumbraban al caos, los principales dirigentes blanquiazules decidieron investigar las causas de su derrota. Acordaron tomar las medidas necesarias para que los errores no vuelvan a repetirse. Es decir, buscar que el PAN funcione con nuevas ideas que llevarán a cambiar los estatutos para que funcione mejor el partido. En el presente, Gustavo Madero ya tiene en su poder un proyecto de reformas a los estatutos mencionados, que según los panistas, con ellos intentarán revivir a su partido, ahora en franca agonía.
Por lo pronto, los panistas descubrieron que los trapecistas políticos, los advenedizos e improvisados le hicieron mucho daño al partido y que en los nuevos estatutos, esos maromeros negativos no tendrán acceso al PAN. Se evitará que la organización se use como trampolín político.
UN NUEVO LEMA
Con las reformas también se propondrá el nuevo lema del PAN: “Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos”.
Por cierto, la debacle panista empezó a generarse desde el 2000, cuando Fox arribó a la Presidencia de la República. El sí fue un verdadero trapecista que aprovechó la buena fe de los panistas que nada pudieron hacer para controlarlo. El guanajuatense hizo a un lado a los blanquiazules y con sus propios amigos (recordar la asociación Amigos de Fox) consiguió llegar a Los Pinos. Desperdició, pues, su capital político. Luego, con las peores artimañas de la “democracia” le dejó el poder a Calderón, quien montado en su soberbia optó por desatar una guerra contra el crimen organizado, con el propósito de consolidar su figura presidencial. El sexenio calderonista fue catastrófico. Ese enfrentamiento del michoacano contra los cárteles de la droga dejó un saldo de más de 70 mil personas muertas, miles de desaparecidos y el tejido social destrozado. Razones estas más que suficientes para echar al PAN del gobierno. La espiral de violencia que heredó Calderón continúa y no será fácil erradicarla.
Claro, los panistas cometieron muchos errores mientras gobernaban, pero la principal falla, sin lugar a dudas, fue la irresponsabilidad de Calderón, quien no supo gobernar y se negó a escuchar los consejos para cambiar la estrategia de su guerra contra la delincuencia. Ojalá y Calderón hubiera leído y reflexionado sobre el posible nuevo lema de su partido que pugnará: “Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos”. El michoacano gobernó al revés.