Elba no se explica sin Calderón
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 13, Mar 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Hace unos días, buena parte de la opinión pública debió haber visto informaciones francamente escandalosas relacionadas con Elba Esther y Felipe Calderón. De seguro, sin embargo, esos observadores fueron anestesiados por el alud de noticias que les cayó encima sobre la muerte de Hugo Chávez, los preparativos del cónclave y la tan cacareada reforma a las telecomunicaciones.
Pero no hay que dejarla pasar más. En otras ocasiones, hemos dicho que Calderón y la maestra son como siameses, porque no se explica la existencia de uno sin el otro. Veámoslo de esta manera: a la Gordillo la puso Salinas donde hay, Zedillo la mantuvo ahí, Fox pagó su promiscuidad política, pero Calderón desarrolló de plano con ella una relación de dependencia enfermiza.
Y ahí están las consecuencias. Una de las informaciones recientes nos dice que los gobiernos panistas entregaron más de 11 mil millones de pesos al sindicato de la maestra, dizque para cuatro programas de estímulos y prestaciones.
¿Se imaginan? Calderón se la pasó diciendo todo el sexenio que no tenía un centavo para los pobres aunque su situación, juraba, le dolía en el corazón. Y todavía se dio el lujo de mandar a la pobreza a algunos millones más de ciudadanos.
Lo que dieron Fox y Calderón a Elba Esther no es otra cosa que el equivalente a una tercera parte de lo que apenas se va a invertir en la Cruzada Nacional Contra el Hambre: 11 mil millones de 30 mil 600 millones de pesos. De ese tamaño su crimen.
Se supone que los programas que se iban a pagar con esa enorme suma tenían que ver con la carrera magisterial, las tecnologías educativas y de la información, financiamiento a vivienda y también a capacitación. Nosotros ya sabemos que en nada de eso se distingue el magisterio y, en cambio, a Elba Esther la metieron al bote porque, apenas le rascaron tantito, las autoridades se dieron cuenta del mal uso de unos 2 mil millones de pesos. Y eso nos dio una ligera idea de para dónde se ha usado todo ese montón de dinero: aviones, yates, departamentos de lujo aquí y afuera, y cualquier cantidad de costosos placeres sibaritas para ella y la familia.
Otra de las informaciones que mencionaba al principio indica que en los últimos cinco años la Secretaría de Educación Pública consintió al sindicato de Elba Esther con otros mil 180 millones de pesos como “apoyos y aportaciones” por “única vez” a la dirigencia para el pago de uno de sus congresos sindicales, campañas de comunicación sobre la Alianza por la Calidad de la Educación, y hasta para fomentar la cultura y los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución.
¿Qué nombre se le puede poner a eso?
Esos recursos —independientes al dinero de las cuotas que entrega el gobierno federal al gremio— los recibieron los entonces secretarios generales del SNTE, Rafael Ochoa Guzmán y Juan Díaz de la Torre, además del titular del Colegiado de Administración y Finanzas de la organización, Francisco Arriola Urbina, ex esposo de Gordillo Morales.
Para abreviar. Ya la maestra está en el bote y es para todo efecto práctico un cadáver político. Pero, ¿y a Calderón no le piensan hacer nada por tanta inmoralidad? Fue él quien dispuso así de los recursos de los contribuyentes. Y Josefina Vázquez Mota que no se haga, pues bien que está su firma en los “convenios”.