Los primeros cien
¬ Juan Manuel Magaña lunes 11, Mar 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Enrique Peña Nieto cumplió ayer cien días al frente del gobierno. Son días que pretenden decirle a la ciudadanía si el nuevo poder es capaz de cumplirle las promesas que le formuló en campaña o si de plano hay que dejar ese cumplimiento para un mejor momento.
Los mercadólogos dicen que la campaña es un enamoramiento, el triunfo es luna de miel, pero la vida a partir del poder es por lo regular desencanto, si no es que engaño, decepción y hasta divorcio. Tal como en un matrimonio, ¿no?
En fechas recientes, en el caso de Vicente Fox fue notoria -claro, hasta el momento de desencanto que empezó en esos cien días- la manera excesiva en que prometió: en 15 minutos arreglaría lo de Chiapas, la economía crecería un 7 por ciento, los amolados tendrían “vocho” y “changarro”, caerían los “peces gordos”, en fin. Bien se puede decir que su gobierno se pudrió al año sin que siquiera una de esas cosas hubiese por lo menos avanzado.
El caso de Felipe Calderón fue un poco distinto. Ese mintió deliberadamente para justificar la propaganda con la que una oligarquía lo iba a sentar en la silla a chaleco. Nomás llegó al poder y de inmediato hizo a un lado aquello de “presidente del empleo” para tratar de verse fuerte todos los días delante del espejo, con el Ejército en las calles.
Era tan poco lo que el “espurio” tenía que ofrecer, que la cuenta de los cien días se le hizo demasiado larga. Todos vimos cómo no pasaron ni 40 días cuando debió inventarse una especie de primer informe de gobierno para fingir que estaba a cargo. Después y sobre la marcha, se vería que el tipo no traía nada, ni a los 40 ni a los cien días, ni en sus seis penosos años.
Claro que en cien días no va a pasar todo lo que la gente espera o lo que le han ofrecido. Pero ese periodo es significativo porque, además de algún resultado importante, se verá si se han tendido las líneas que de verdad conduzcan a los resultados prometidos.
El llamado Pacto por México contiene varias de esas líneas y su primer resultado prometedor, que no práctico aún, es el de la reforma educativa. La cereza de ese pastelillo fue el encarcelamiento, en el día 89, de Elba Esther, que no sólo hizo las delicias de chicos y grandes, sino resolvió de un solo golpe mediático la cuestión de aprobación de los primeros cien días de este todavía nuevo gobierno.
Por eso, hay que ser realistas y no engañarnos, pues todavía vamos para largo, dado el tamaño de los problemas de México. Ahí está como ejemplo más claro el asunto de la violencia y el crimen organizado en México.
La más reciente noticia nos habla de que en los primeros tres meses de este sexenio, el gobierno registró 3 mil 157 homicidios dolosos “relacionados a delitos federales”. En diciembre se reportaron mil 139 casos, en enero mil 104 y en febrero, 914. Es decir, la violencia ahí sigue en forma preocupante, aunque se nos dice que febrero ya reportó la cifra más baja de muertos en los últimos 40 meses.
Dentro del periodo de los cien días ocurrió la lamentable y condenable explosión en Pemex, sobre la que aún no se dice cuáles fueron las verdaderas causas ni se ha castigado a responsable alguno.
Y aún está pendiente, creo yo, el momento en que este gobierno se decida a tomarle cuentas al anterior, en virtud del desastre y la corrupción heredadas. Por ahora, no hay más que contar.