No soslayar
Ramón Zurita Sahagún martes 5, Mar 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Finalmente los maestros se decidieron a ir a paros en diversos estados del país.
Lo hacen con la finalidad de protestar por la reforma educativa recién aprobada, ya que se trata de mentores pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Son tres las entidades que, por lo pronto, resienten los efectos del paro, pero se trata de estados en que la CNTE tiene su mayor presencia. Michoacán, Oaxaca y Chiapas, son esos estados en que el defenestrado liderazgo de Elba Esther Gordillo no afecta ni para bien ni para mal, en las decisiones de los profesores.
Y es que la llegada de la profesora chiapaneca a los altos mandos magisteriales se debió a un problema similar, donde, los profesores ajenos a la corriente del SNTE exigían sus propios espacios, a lo que Carlos Jonguitud Barrios se negaba.
Claro que la caída de Jonguitud no se debió exclusivamente a las marchas y paros de los adversarios del SNTE, ya que detrás de eso se encontraban las manifestaciones de rechazo al candidato priísta en la campaña presidencial de 1988.
Sendas rechiflas en eventos de campaña en San Luis Potosí y Puebla, sellaron el destino del dirigente magisterial de aquel entonces y el surgimiento de la figura de la profesora Gordillo Morales.
Durante más de 23 años, Gordillo Morales se sostuvo en la dirigencia nacional del sindicato con mayor número de agremiados de América Latina, acumulando mayor poder, conforme transcurría el tiempo. En esa época se consolidó la presencia de la CNTE en varios estados del país y hasta en la ciudad de México, donde su presencia rebasa la de los integrantes del SNTE.
Con todo y ello, el sindicato que encabezó Elba Esther Gordillo Morales es el más numeroso, ya que sus integrantes son, por mucho, más numerosos que los que comandó Elba.
La reacción de los sindicalizados no ha sido la esperada por los altos mandos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pero tal vez sí la esperada por el gobierno federal.
Desde las altas esferas políticas se analizaron todos los escenarios, ante la posibilidad de que el gobierno federal actuara como lo hizo.
Los maestros reunidos en Guadalajara (donde la propia Gordillo Morales llegaría) no reaccionaron violentamente, ni efectuaron protestas o paros por la acción judicial en contra de su líder vitalicia.
De manera ponderada, los maestros del SNTE refrendaron el liderazgo de su dirigente Juan Díaz de la Torre, quien inició ya su período como presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
El nuevo dirigente acusó a quienes en los últimos cuatro años han denostado la imagen de los maestros, calificó tales acciones como “un crimen”. De igual forma criticó la reforma educativa, que aseguró debe empezar desde las Escuelas Normales, porque de otra forma sólo será “gasta millones y millones de pesos”. Negó que el SNTE sea un “poder fáctico” y por el contrario le pronosticó larga vida.
Hasta ahora todo transcurre en los terrenos de la normalidad en lo que respecta a las reacciones magisteriales por lo sucedido con la profesora Gordillo Morales.
Y es que mucho temor provocan los largos liderazgos de los dirigentes sindicales, cuando cuentan con la fuerza de sus agremiados, pero ya está comprobado que no sucede nada, cuando los liderazgos son demasiado largos y los trabajadores sindicalizados se encuentran cansados de los tiempos en que un dirigente se sacia del poder. Elba Esther no es la primera que constata que sus agremiados no responden conforme a lo esperado, ya que lo mismo sucedió con su antecesor en el cargo, Carlos Jonguitud Barrios y hasta con otro dirigente sindical que se eternizó en el cargo, aunque no de manera formal, ya que él designaba a los dirigentes, manteniendo el férreo control del organismo.
Joaquín Hernández Galicia ejerció el poder en el sindicato petrolero durante décadas en que designaba a sus hombres de paja y los relevaba a su conveniencia.
La famosa “Quina” se consideraba un hombre poderoso y con recursos económicos elevados que le permitían actuar de la forma en que lo hacía. Su caída fue estrepitosa, sin que se produjera ninguno de los actos que fueron advertidos dentro de la soberbia de su poder.
Un dirigente cercano a la propia “Quina”, Sebastián Guzmán Cabrera, relegado en Minatitlán, Veracruz, fue prontamente habilitado como sucesor de Salvador Barragán Camacho, el hombre de paja de Hernández Galicia.
Compadres y amigos de casi toda la vida, Guzmán Cabrera y Hernández Galicia se encontraban enfrentados por diferencias en los manejos del sindicato, por lo que se consideró que resultaba el idóneo para suplir en el liderazgo real a quien controlaba cargos, cuotas, dinero, plazas y manejo sindical dentro del sindicato petrolero.
Poco tiempo duró en la encomienda Guzmán Cabrera, ya que dejó el espacio para que arribara Carlos Romero Deschamps, quien desde entonces (década de los noventa) se mantiene en el liderazgo sindical.
En el caso del SNTE no hubo necesidad de buscar a un adversario o enemigo interno de la profesora Gordillo Morales, ya que Juan Díaz de la Torre, el dirigente vigente se acopló al nuevo proyecto, sin que los maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación lo objetaran.
Las cosas dentro del SNTE parecen marchar por el rumbo correcto, mientras que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación busca los espacios necesarios para dejar constancia de su oposición a la reforma educativa, pero no entra en la defensa de la profesora Gordillo Morales.