El nuevo PRI y los impuestos
¬ José Antonio López Sosa lunes 4, Mar 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Cuando el origen ideológico de una institución te impide cambiar de opinión o de rumbo sobre temas trascendentales lo más prudente -considero- es llevar a cabo un análisis profundo de ambos contenidos, de las variables y sobre todo, del interés público si esa institución va orientada precisamente hacia ese rumbo. El nuevo PRI lo que hizo fue modificar sus estatutos para evitar contradicciones entre sus bases como partido y las decisiones de gobierno que pretenden tomar en su regreso al Ejecutivo federal.
Más allá de la cuestión interna del PRI (que es de interés público por ser un partido político en el poder, pero que compete únicamente a los priístas y a quienes hayan votado por ellos), el tema del Impuesto al Valor Agregado (IVA) extensivo a alimentos y medicinas está en la agenda ciudadana del país.
Si bien es cierto que tenemos a más de la mitad de la población del país en pobreza, también debemos destacar que no todos los alimentos que se expenden a lo largo y ancho de nuestro territorio pertenecen a la canasta básica o bien, son accesibles a ese sector más vulnerable de la población.
No es lo mismo gravar el huevo, la leche y el jamón de pavo -por citar un ejemplo- que el foie gras de pato, el jamón serrano y el queso roquefort, a pesar que todos son alimentos exentos de IVA al día de hoy.
En efecto, la tasa debiera ser diferenciada y no a todos los productos, no resultaría un acto de justicia social gravar con el 16 % de IVA a todos los alimentos, desde la tortilla hasta las ciabattas.
Ahí radicará la negociación en las comisiones del Congreso, ahí realmente probaremos que tanto representan a sus votantes los diputados -independientemente del partido político de procedencia- y será una prueba para saber la cercanía tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo a la verdadera problemática nacional.
El impuesto en medicinas es mucho más complicado porque atentaría contra la población más vulnerable: los adultos mayores. Son ellos quienes estadísticamente padecen mayor cantidad de enfermedades crónicas que requieren medicamentos de por vida, si analizamos las condiciones económicas de este grupo poblacional, nos encontramos con que la mayor parte de ellos forman parte de este núcleo de población en pobreza, que verían encarecidos sus mermados ingresos en caso de aprobarse el impuesto a medicamentos.
En fin, el tema de los impuestos a alimentos y medicinas dará para mucho a lo largo de los siguientes meses. El tema en paralelo y que es necesario para recobrar un poco de la credibilidad perdida por los contribuyentes es el cobro de impuestos a las grandes empresas y empresarios. En tanto el Servicio de Administración Tributaria (SAT) siga empeñándose en no dar a conocer a los beneficiarios de créditos fiscales millonarios en las dos últimas administraciones, en tanto la Secretaría de Hacienda no recaude hasta el último peso a esos grandes empresarios, el contribuyente cautivo -como somos la mayoría de los ciudadanos- difícilmente creeremos en un cambio hacendario o fiscal en beneficio del país.
Como dice la frase trillada, que pague más quien más tiene, luego entonces que paguen los grandes empresarios, los grandes consorcios y todos esos magnates que se esconden bajo el cobijo del SAT y han recibido millonarios beneficios en créditos fiscales, eso en lo inmediato subsanaría parte de la recaudación antes de promover y pensar en un IVA generalizado en alimentos y medicinas.
lopez.sosa@mexico.com
@joseantonio1977
www.formulaconfidencial.com.mx