Jalisco, cambios de aires
Ramón Zurita Sahagún viernes 1, Mar 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Tres sexenios tuvieron que pasar para que el PRI recuperara el gobierno de Jalisco. Fueron 18 años de administraciones estatales panistas, en las que no se reflejó el cambio ofrecido, cuando menos en la percepción ciudadana, que mandó al partido gobernante hasta el tercer lugar en los comicios de julio del año pasado.
Alberto Cárdenas Jiménez, Francisco Javier Acuña Ramírez y Emilio González Márquez fueron los candidatos postulados por el PAN que vencieron, sin grandes apuros, a los priístas Eugenio Ruiz Orozco, Jorge Arana Arana y Arturo Zamora Jiménez.
Jalisco vivió los últimos años de los gobiernos priístas una especie de infierno, ya que se vio asediado por los infortunios y el crecimiento de la violencia.
La explosión en Guadalajara de 1992, con más de 200 muertos y 15 mil personas sin hogar; el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo; la balacera en la discoteca Christine, son algunos de los hechos relevantes que llevaron a los ciudadanos de Jalisco a retirarle el apoyo al partido que los había gobernado durante 65 años.
Sin embargo, los gobiernos panistas no respondieron a las expectativas ciudadanas, aunque, eso sí, descendió la violencia.
Con el poder, los grupos panistas entraron en confrontación y Alberto Cárdenas no se congratuló con la candidatura de Ramírez Acuña, como éste tampoco lo hizo con la de González Márquez y la rebatinga por los espacios de poder llegó a francos enfrentamientos. El ascenso al poder de Felipe Calderón Hinojosa provocó júbilo en una de las corrientes panistas poderosas, ya que fue el propio gobernador Ramírez Acuña el que promovió su destape como candidato, auxiliado por su fiel escudero Abraham González Uyeda.
Al triunfo de Calderón Hinojosa fueron recompensados, Ramírez Acuña se convirtió en secretario de Gobernación -catalogado como el más débil de los últimos años- y González en poderoso subsecretario, que subsistió a la salida de su jefe y amigo.
Pero en Jalisco ya se había instalado el grupo del nuevo gobernante, Emilio González Márquez, quien mantenía distancia con quien por breve tiempo fungió como el coordinador del gabinete presidencial.
El deterioro del PAN era evidente, tanto que para los comicios de julio del año pasado, el partido estaba plenamente desdibujado y fue relegado hasta la tercera posición estatal, por un PRI rubicundo y una izquierda fortalecida por un candidato joven y dinámico, con propuestas atractivas para la ciudadanía.
Pero el paso del PAN por el gobierno estatal de Jalisco es cosa del pasado y ahora asume el gobierno de nueva cuenta el Partido Revolucionario Institucional, mediante la figura de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Se trata de un político de una nueva generación, que ya fue dirigente juvenil de su partido, alcalde de Guadalajara y que ahora a los 39 años deberá mostrar cuáles serán los puntos elementales de su propuesta política que podrá desarrollar.
Sus principales promesas de campaña son: firmar 3 mil compromisos ante notario público, de los que cumplirá 500 cada año hasta culminar su sexenio.
Reducir 50% su sueldo como gobernador y a sus secretarios de gabinete. Destinar 30% de los recursos del Fondo Metropolitano a obras de movilidad no motorizada, priorizando el uso de la bicicleta y zonas peatonales.
Dar continuidad al Sistema de Tren Eléctrico Urbano. Trabajar en una agenda ambiental enfocada en la reducción de contaminantes como el bióxido de carbono.
Robustecer la conservación de la reserva de la biosfera de Manantlán. En materia de seguridad, reformar al Poder Judicial y proponer un nuevo esquema de elección de jueces y magistrados y darle autonomía a la Procuraduría General de Justicia. La primera decisión del nuevo gobernante fue atinada, ya que invitó al senador Arturo Zamora Jiménez como secretario de Gobierno.
Se trata de un político con altas calificaciones como jurista y además notario, quien compitió como candidato priísta hace seis años y fue víctima de una descalificación, por supuesto tratos con la delincuencia, versión que dejaron correr hasta el triunfo del candidato del PAN. La jugada fue calificada de sucia y armada desde los altos círculos de gobierno, ya que Zamora Jiménez punteaba las encuestas y se daba como hecho, la recuperación del gobierno de Jalisco por parte del PRI.
Zamora es un reconocido académico que fungió como alcalde de Zapopan, realizando una destacada labor y luego compitió por el gobierno de Jalisco, siendo víctima de la burda y sucia acción que le costó perder la elección.
Con amplias posibilidades de competir nuevamente, Zamora prefirió dejar el espacio para el entonces alcalde de Guadalajara, Aristóteles Sandoval y pugnar por el Senado de la República, el que consiguió con amplia ventaja.
Ahora se prepara para ser el secretario de Gobierno, aunque dejará un hueco en la fracción del PRI, donde se encargaba de los asuntos jurídicos y era una pieza elemental en los trabajos legislativos de su fracción.
En este sentido, Zamora Jiménez ofreció buscar consensos en los temas centrales de la agenda del gobernador que rinde protesta el día de hoy. ”Percibo que hay ánimo de consenso en Jalisco, es necesario respetar y mantener el diálogo. No me queda duda de que hay condiciones para mantener una buena comunicación. Yo estaré siempre al pendiente de cumplir cabalmente con el gobierno de Jalisco”. Así, a sus 57 años, Zamora Jiménez llevará las riendas de una renovada Secretaría General de Gobierno que mantiene algunas funciones, aunque, con la reforma a la administración pública estatal aprobada por el Congreso el domingo pasado, no tendrá que llevar la agenda estatal de seguridad interior. Es una baja lamentable en el engranaje de Emilio Gamboa Patrón.