Chambistas
Francisco Rodríguez lunes 25, Feb 2013Índice político
Francisco Rodríguez
Además de chambones, los panistas que durante 12 años se engolosinaron con los presupuestos públicos también resultaron chambistas. Así lo dijo reconoció su dirigente nacional, Gustavo Madero, quien ahora ve que su padrón de militantes y adherentes se adelgazó casi hasta la inanición, debido a que muchos de quienes participaron en las administraciones de Fox y Calderón se hicieron blanquiazules sólo por conveniencia.
Durante 12 años la administración pública federal fue asaltada por los panistas, que crearon puestos y más puestos -todos ellos con altos sueldos-, sin que ello sirviera para maldita la cosa.
Hace no mucho, el legislador David Penchyna informó que, de acuerdo con cifras oficiales, del 2006 al 2010 aumentó el gasto corriente del gobierno federal por un monto de 307 mil millones de pesos. Una fortuna que se fue por el drenajea a través del pago de salarios, bonos, seguros, oficinas, automóviles y todo tipo de prestaciones a los dizque funcionarios públicos.
Con los panistas, además, hubo un crecimiento de mandos superiores en el gobierno federal y que, por ejemplo, en el rubro de subsecretarios aumentó de 87 puestos que había en el 2001 a 335 en el 2010 (es decir, 291%) y que los mandos superiores crecieron de 4 mil 95 a 8 mil 217 cargos.
¿Se imagina usted el dispendio?
Y por si fuera poco, fallido.
Porque la creación de cargos y más cargos obedeció no nada más a darle chamba, salarios y cuantiosas prestaciones a los amigos, compadres y hasta a los cuates, sino que también tuvo una finalidad electorera que, cual se vio el primer domingo de julio, tampoco rindió frutos, habida cuenta de que el PAN descendió hasta el tercer lugar en las preferencias electorales.
En esta administración se emitió un decreto presidencial que promueve la austeridad en el ejercicio gubernamental. Un descabezamiento de posiciones, reducción de salarios y menos gastos operativos.
Sin embargo, la austeridad no basta. A ella debe sumarse la racionalidad y, sobre todo, la honestidad en el manejo de los recursos. La austeridad, por principio, debería de ser una característica de nuestra vida diaria. Vivimos en un mundo cuyos recursos son limitados y la opulencia de unos siempre genera carencia en otros. Esto es válido tanto en lo privado como en lo público. Sobremanera en lo público.
La austeridad y la honestidad no son cualidades políticamente neutras ni ornamentos exteriores a las personificaciones políticas, que pueden quitarse y ponerse según conveniencias de ocasión.
Los últimos 12 años han estado colmados de noticias sobre el despilfarro, la irracionalidad y la poca transparencia con que se manejan los fondos públicos. El énfasis se ha colocado en los altos salarios de funcionarios y servidores públicos y sobre si es necesario tanto puesto de trabajo para tan pocos resultados brindados
La austeridad ha sido el primer paso dado por la administración del presidente Enrique Peña Nieto. Esta no significa que nuestros funcionarios públicos van a andar vestidos con andrajos o subidos en las parrillas de los autobuses. Significa asignar el salario adecuado según la responsabilidad, garantizar que las personas contratadas sean las idóneas para el cargo y definir mecanismos de evaluación al trabajo desarrollado. Con ello, pues, muchos que se decían panistas ya son desempleados. Y ¡cuidado! Tal podría desatar a más delincuentes en las calles, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: El presidente Enrique Peña Nieto ofreció a Tabasco todo el apoyo de la federación para resolver el problema de falta de recursos económicos y la indagatoria por el “desfalco financiero”, presuntamente provocado por funcionarios del ex gobernador Andrés Granier que “desparecieron” más de mil 900 millones de pesos, aseguró el actual gobernador Arturo Núñez Jiménez