El “angelito” Aguirre
¬ Augusto Corro viernes 22, Feb 2013Punto por punto
Augusto Corro
En los últimos días se agudizaron los problemas de seguridad en Guerrero. La entidad está en el ojo del huracán por la ineptitud del mandatario estatal.
En el estado costeño, el mandatario estatal Ángel Aguirre no ha podido brindar tranquilidad a la sociedad que gobierna.
La guerra entre los carteles de la droga hizo de Acapulco una de las ciudades más peligrosas del mundo. La delincuencia organizada (o no) impuso en ese puerto la ley de la selva. Los asesinatos forman parte de los hechos diarios.
La corrupción, impunidad y extorsión por parte de los grupos delincuenciales llegaron para quedarse (como se dice en la radio) en Guerrero.
Uno de los últimos eventos fue el de la violación de un grupo de mujeres españolas que intentaron vacacionar en las playas acapulqueñas.
Sin embargo, lo anterior son unas cuantas rayas del tigre de la inseguridad. La gravedad del conflicto real se encuentra en la denominada zona de la Costa Chica, que incluye parte de Guerrero y Oaxaca.
Ante la ausencia u omisión de las autoridades para combatir a los grupos del crimen organizado o simplemente bandas de delincuencia común, los propios ciudadanos optaron por formar sus propias policías para detener y castigar a los delincuentes.
En medio de su incapacidad, el gobernador Ángel Aguirre no ha comprendido el paso que dieron los guerrerenses para ahuyentar la violencia y la inseguridad.
Con esa actitud, la participación de las autoridades oficiales, es decir la fuerza pública, fue anulada. Son las policías comunitarias ( grupos de auto defensa) las que se encargan de perseguir y detener a los maleantes del fuero común o federal, como ya ocurrió. Los ciudadanos armados suplieron a las policías y en algunos sitios se convirtieron en jueces.
Finalmente los ciudadanos y sus policías comunitarias entregaron a los presuntos delincuentes a las autoridades legalmente establecidas.
El hecho de que sea la propia ciudadanía la que realice las funciones que por obligación le corresponden ejercer al gobierno, es algo muy grave. Las razones son múltiples, por ejemplo, se ignora hasta qué punto se respeta la ley.
¿Cualquier hijo de vecino se puede convertir en policía, juez y parte? Se supone que las sociedades civilizadas tienen códigos de leyes, de conducta, de convivencia, etc., que se han forjado a través de los años, con un fin incuestionable: la aplicación de la justicia.
Por lo que ocurre en Guerrero se tiene la impresión que no existe gobernador, que cada quien en su sector hace lo que le dicta su regalada gana.
El gobernador Ángel Aguirre no ha podido cumplir con la responsabilidad que le encomendaron sus paisanos. ¿A qué está dedicado el mandatario estatal que ha sumido a Guerrero en esa espiral de violencia?
¿Qué hacer en esos casos? La respuesta se encuentra en las cúpulas del poder político donde ya se escuchan voces que condenan la pésima administración del guerrerense a quien le plantean la máxima de Martí en el sentido de que “si no puede que renuncie”.
La incapacidad de las autoridades para combatir al crimen organizado está más que demostrada. ¿Qué espera a los guerrerenses? La lista de errores del gobernador Aguirre es larga y empezó a integrarse desde que llegó al poder.
No olvidar que en una acción represiva del gobierno estatal dos estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa perdieron la vida cuando se manifestaban en la Autopista del Sol.
En fin, urge que en la cúpula del poder se tomen las medidas correspondientes para sacar a Guerrero del abismo delincuencial en el que lo mantiene la ineptitud del “angelito” Aguirre. ¿Alguien tiene la receta?
Feliz fin de semana.