México real: en abrumadora pobreza
¬ Juan Manuel Magaña jueves 21, Feb 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
La quinta parte de los mexicanos, o sea unos 22 millones de ellos, vive con hambre.
Este es el resultado más verdadero y vergonzoso de lo que le han hecho a este país en los últimos 30 años. Digan lo que digan. Así se echen la bolita unos a otros.
Los datos son del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo oficial encargado de evaluar la política de desarrollo social, difundidos ayer. Se dicen fácil, pero en realidad son terribles.
Dichos de otra manera: uno de cada cinco mexicanos vive con hambre. La cantidad acumulada es comparable a la suma de la población total de Chihuahua, Jalisco, Guerrero y el Distrito Federal.
Cómo ha de ser en vivo la pobreza, para quienes nunca han volteado a verla, que habiendo concluido uno de sus últimos actos de campaña en uno de los pueblos más pobres de Guerrero, el líder Andrés Manuel López Obrador salió aterrado -éste sí acostumbrado a verla- y reconoció ante algunos de sus acompañantes que el problema es casi imposible de resolver.
No como vamos. Cuando en 1988 Carlos Salinas fue de campaña a un municipio empobrecido de Nuevo León pudo cerciorarse de que había mexicanos que bebían el agua de los charcos. Y de allá para acá esa situación ha empeorado.
Durante su sexenio, Vicente Fox fue con Josefina Vázquez Mota, más una comitiva de reporteros y una camioneta con borregos, a entregarle a una familia de Hidalgo la tarjeta número cuatro millones de un programa asistencial.
Comieron barbacoa, se tomaron la foto, el asunto salió en todas las primeras planas y la familia nunca pudo utilizar la mentada tarjeta. Así se las gastaba el de las botas.
Según el Coneval, sólo dos de cada diez mexicanos no son considerados pobres ni sujetos a alguna carencia relacionada con vivienda, educación, salud y acceso a la seguridad social.
Así que tenemos una quinta parte que vive bastante bien (no se diga los pocos que se han adueñado del país, que acentúan el abismo de desigualdad y que conforman una oligarquía); tres quintos que son pobres de alguna manera, y otro quinto que vive hambriento.
El México real es pobre. Los políticos de las últimas tres décadas sólo han producido pobres y discursos.
En todo ese tiempo han hecho creer que hacen su trabajo entregando despensas. El salario, cuando sube, lo hace dos pesos por año.
Los impuestos suben sólo bolseando a la gente menos pudiente. Al problema de la pobreza se le menciona por casualidad dos veces al año en televisión y se hace suponer que todo va bien con un simple Teletón.
La Cruzada Nacional contra el Hambre, anunciada el 21 de enero, quiere atender en una primera etapa a 7.4 millones de personas de 400 municipios, que carecen de ingresos para alimentarse adecuadamente.
Apenas una tercera parte del universo de mexicanos que, según el Coneval, se encuentran en esta situación. Pitágoras no falla. Así que más vale que acierten con los recursos y que se apuren. Porque luego aparecen como de la nada los brotes de ingobernabilidad y criminalidad en todo el país.