Hernán Cortés
¬ Augusto Corro martes 12, Feb 2013Punto por punto
Augusto Corro
En las interesantes clases de historia de México, uno de los nombres que más se nos grabó en la mente fue el de Bernal Díaz del Castillo. Los maestros apoyaban sus enseñanzas en esa obra importante de la conquista de México por los españoles encabezados por Hernán Cortés, cuyo título es la “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”.
Se trata de un libro que se puede leer desde dos puntos de vista: uno, como fuente de datos históricos apegados a la realidad y el otro como un simple relato de aventuras de expedicionarios en un nuevo mundo. De las dos maneras, se obtiene información interesante y apasionante.
Traemos a colación el tema, porque la semana pasada, el historiador Christian Duverger, presentó un libro en el que, para sorpresa de propios y extraños, nos explica que el autor de la “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España” no fue Díaz del Castillo, sino, ¿quien cree usted que fue el autor?, pues nada menos que el propio Hernán Cortés.
El descubrimiento de Duverger sobre la autenticidad del creador de la obra citada, desde mi punto de vista no cambiará el rumbo de nuestra historia. Ponerle el nombre del verdadero autor a un libro en nada variará la esencia del contenido. El tema central seguirá en el mismo tono.
La conquista de México fue un choque brutal entre dos civilizaciones diferentes; por un lado, la mesoamericana, es decir la nuestra, y por otro, la española, con otra visión del mundo. Eso quedó demostrado en los primeros enfrentamientos de las dos razas. Mientras las tribus locales usaban artefactos rústicos como armas, los extranjeros venían sobre caballos, formidables armas de guerra, además de arcabuces, cañones, etc., y principalmente las referencias históricas de los conquistadores Alejandro Magno y César. Es decir, con un sentido más avanzado de las estrategias bélicas.
Al contrario, las tribus indígenas no alcanzaron a tener la visión adecuada de la lucha para acabar con los invasores. Una oportunidad que perdieron por su misma incapacidad bélica, fue la de no arremeter contra Cortés y su ejército, menguado, cuando huían derrotados, tras los hechos conocidos como “La Noche Triste”.
En lo general, la conquista de México fue definitivamente una lucha dispareja. Si los españoles sufrieron en la guerra, esto se debió a su reducido número de soldados. Es decir, a Cortés le faltó gente para realizar más matanzas de indígenas.
Según el investigador Duverger, su interés principal era determinar quién es el verdadero autor de la “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”. Sus argumentos para decir que fue el propio capitán Cortés son válidos. Sin embargo, en nada cambiarán la historia de México.
Si efectivamente, Cortés es el autor, sin duda alguna le correspondía escribir la historia de sus andanzas como mejor le convenía. No en balde está la frase aquella de que los victoriosos escriben sus hazañas de acuerdo a sus intereses. La victoria de los españoles en la conquista del Nuevo Mundo fue un genocidio total. A la fecha, los mesoamericanos continúan su vida en condiciones infrahumanas.
Si Cortés fue el autor o no de la historia verdadera, lo único que traerá a cuento es la veracidad de lo relatado. El conquistador, protagonista único, estuvo en todos los hechos importantes de su incursión por territorio mexicano. Tuvo a su alcance información de primera mano para adornar su crónica. Los conocimientos que refleja en su libro, nos hablan de un historia real, llena de nostalgia.
Lo que está escrito en el libro sí ocurrió. Lo que nunca sabremos es cuántos secretos se guardó Cortés sobre la conquista, principalmente los relacionado con los hechos ignominiosos, aquellos, en los que la vida de los indígenas valía menos que cero, como la carnicería de Pedro de Alvarado en el Templo Mayor.