Día del Trabajo
Ramón Zurita Sahagún lunes 3, May 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Sentados en un restaurante del sur de la Ciudad de México, Carlos Aceves del Olmo y Joaquín Gamboa Pascoe, desayunaban luego del breve festejo del Día del Trabajo.
El senador y el dirigente nacional de la CTM se encontraban lejos del glamour que se le imprimía a los festejos de este día en el pasado y evocaban esas fechas, principalmente los tiempos en que Fidel Velázquez organizaba desfiles majestuosos, mediante los que los trabajadores le manifestaban su amplio respaldo a las políticas presidenciales.
Durante esos lejanos tiempos no importaba la dureza de la situación económica, lo raquítico de los salarios, los trabajadores eran obligados por los dirigentes de los sindicatos a asistir al magno desfile, con su dirigente máximo al frente.
Largas horas duraba el evento y el episodio se repetía en cada uno de los estados, con largas filas de trabajadores desfilando, sin importar el descontento generalizado hacia las políticas laborales.
Ese control de los sindicatos y esa mano dura han desparecido en apariencia, aunque sobreviven algunos sindicatos donde la lealtad y el respaldo se mantienen mediante presiones, miedos o chantajes.
La CTM dejó de ser la gran central obrera que fuere durante largas décadas y hoy solamente un puñado de sindicatos le dan vigencia. Del centenar de diputados federales, solamente le quedan menos de una docena y en el Senado de la República, su presencia se reduce a la del mencionado Aceves del Olmo.
El deterioro de la CTM es tan grande como lo es el desprestigio de sus dirigentes y de actos de masas a los que convocaba en el pasado, ahora se restringen a celebraciones breves y poco asistidas.
La del sábado tenía como propósito mostrar algo del poderío que le resta a la central obrera, aunque su mayor muestra de fuerza fue la presencia de la dirigente nacional priísta, Beatriz Paredes Rangel, y de poco más de 2 millares de fieles cetemistas.
El mitin celebrado en el Zócalo contrastó notablemente con el festejo realizado por la CROC que encabeza Isaías González, el que contó con la asistencia de miles, que disfrutaron de una gran fiesta en el Foro Sol, con comida, bebida y baile.
Por eso, Aceves del Olmo y Gamboa Pascoe prefirieron disfrutar de las delicias yucatecas lo más alejados que pudieron del sitio de la celebración del día de los trabajadores y cambiar impresiones sobre el cada vez más sombrío futuro de la otrora poderosa central obrera.
Y es que de la fuerza y control que ejerció en el pasado la Confederación de Trabajadores de México durante seis décadas, no queda absolutamente nada, los principales sindicatos se encuentran ajenos a ella y la constitución de otras centrales obreras desplazó a la CTM, como la principal organización de trabajadores en México.
Lo cierto, es que quien mantuvo a la central vigente fue Fidel Velázquez y que a la muerte del eterno dirigente la influencia de la misma disminuyó con la llegada de Leonardo Rodríguez Alcaine, pero a la desaparición de éste y la consiguiente llegada de Joaquín Gamboa Pascoe, el derrumbe fue mayúsculo, principalmente por la molestia del dirigente petrolero, Carlos Romero Deschamps, quien consideraba como propia la herencia del cargo que le fue otorgado al veterano dirigente de los trabajadores del Distrito Federal.
El derrumbe de las viejas estructuras sindicales corporativistas desplazó también la celebración del uno de mayo, donde pocas ocasiones se producían brotes de inconformidad y los que existieron fueron acallados con fuertes sanciones y violencia.
El lanzamiento de algunos petardos en la puerta de Palacio Nacional y en uno de los balcones de ese recinto en la administración del presidente Miguel de la Madrid, así como exclamaciones de protesta por los bajos salarios y las escasas prestaciones surgidas en varios de los desfiles fueron simples ecos de la inconformidad de la clase trabajadora que era obligada a asistir a esos eventos ante la amenaza de ser sancionada con uno o más días de salario si se ausentaban.
Hoy las cosas no son distintas, el reclamo es generalizado por el constante desempleo presentado desde el inicio del nuevo siglo y la amenaza de una nueva Ley Federal del Trabajo que no satisface los requerimientos y las necesidades de los trabajadores mantiene en alerta a la clase trabajadora que ve pasar con indiferencia el día en que en Chicago decenas de miles de trabajadores salieron a las calles en el lejano 1886 para exigir mejores condiciones de trabajo y la institucionalización de la jornada laboral de ocho horas.
*La diputada federal del Partido Convergencia, Laura Arizmendi Campos, propuso la reforma del artículo cuarto constitucional para garantizar que toda persona o colectividad tenga derecho a al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo humano.
El derecho al agua es una necesidad de la que carecen actualmente 13 millones de mexicanos en diversos estados del país, principalmente en entidades como Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, dijo la legisladora que consideró que el derecho al agua es indispensable para vivir dignamente, por lo que debe ser suficiente y adecuado.
*Finalmente, perredistas y panistas no se pusieron de acuerdo en Quintana Roo y cada uno presentará su propio candidato al gobierno del estado, con lo que se disolvió la pretendida alianza estatal.
De esa forma, los partidos de izquierda, Convergencia, PT y PRD, irán con Gregorio (Greg) Sánchez Martínez como su abanderado, en tanto que Acción Nacional postula a Alicia Ricalde.
La coincidencia entre Sánchezy Ricalde es que ambos son alcaldes con licencia. El primero de Benito Juárez (Cancún) y la segunda de Isla Mujeres, que son municipios separados solamente por el ferry y por las preferencias ideológicas de unos y otros hacia la izquierda y la derecha, respectivamente.