La necesidad de explicar
¬ Juan Manuel Magaña lunes 4, Feb 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
”Ya sea un accidente, una imprudencia o un atentado”, según el gobierno, todas éstas son líneas de investigación vigentes acerca del percance ocurrido en la Torre de Pemex, en el que hubo 36 muertos contados hasta el día de ayer.
La cifra la dio a conocer ayer el presidente Enrique Peña Nieto, quien al mismo tiempo informó que se mantenía la búsqueda entre los escombros de otras tres personas desaparecidas y reconoció que todavía no era posible conocer las causas que provocaron dicha tragedia.
Fue el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, quien dijera que ninguna de las líneas de investigación mencionadas será soslayada, puesto que al gobierno le interesa no dejar nada a la imaginación.
Desde el jueves por la noche se anunció la colaboración de peritos internacionales en las tareas de rescate y en las investigaciones subsecuentes. Y, según Murillo, a las pesquisas se invitará a observadores del Poder Legislativo.
Todo eso apunta, efectivamente, a permitir que la investigación de la tragedia no caiga en el secreto y que la sociedad pueda estar al tanto, mediante sus representantes en el Congreso, de las causas que produjeron daño a la principal empresa nacional, incluidas las víctimas mortales y lesionadas.
De entrada, la administración actual no cayó en el mismo proceder con que la anterior, la de Calderón, siguió desastres como el de la caída del jet en que murieron Juan Camilo Mouriño, ex secretario de Gobernación, José Luis Santiago Vasconcelos, subprocurador y toda la tripulación.
En dicho caso, ni siquiera fueron las autoridades judiciales las de la voz cantante; a la PGR se le hizo a un lado y fue la Secretaría de Comunicaciones la que se ocupó de casi todo, para al final informar con la discrecionalidad que quiso.
El resultado: nadie compró la idea de que aquello fue un accidente y más bien fijó una percepción de la truculencia con que Calderón se venía comportando con todo lo que hacía en su maldita guerra.
Cuando uno pregunta si se cree que Mouriño o Francisco Blake Mora (que fuera también secretario de Gobernación) murieron en dos accidentes aéreos, la gente suele contestar: “a esos los bajaron los narcos”.
Pemex es la más grande empresa mexicana y no sólo en un sentido económico. Debido a esa importancia estratégica es de suma importancia que se conozcan las causas de un siniestro -que nunca debió ocurrir- frente a una sociedad que ha vivido en constante alarma durante ya prolongados años.
”Ya sea un accidente, una imprudencia o un atentado”, de entrada no está mal, por duro que sea, no descartar ninguna de las hipótesis. Y menos mal será, por supuesto, que se dé a conocer toda la verdad.