¿Otra raya al tigre?
¬ Augusto Corro viernes 1, Feb 2013Punto por punto
Augusto Corro
El ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier, tendrá que responder al manejo despilfarrador del erario durante su administración. Eso esperan los tabasqueños.
Para empezar, el tabasqueño dejó una deuda al estado que supera los diez mil millones de pesos. ¿Por qué ese endeudamiento si Tabasco recibía las participaciones económicas federales puntualmente?
Como hemos comentado en otras ocasiones, los gobernadores, de todos los signos políticos, lograron préstamos de miles de millones de pesos que tendrán que pagar los gobernados durante muchos años.
La nula rendición de cuentas de los funcionarios públicos ha permitido que la corrupción en los gobiernos estatales forme parte de las acciones cotidianas.
¿Nadie se interesará en llevar ante la justicia a Andrés Granier para que explique, por lo menos, el desfalco en qué dejó al estado?
Según los funcionarios del nuevo gobierno, encabezado por Arturo Núñez Jiménez, “la entidad fue objeto de un “descomunal saqueo”.
¿Será Andrés Granier el primer ex gobernador juzgado y enviado a prisión por el manejo indebido del erario? ¿Acaso correrá la misma suerte de sus colegas Ulises Ruiz, Mario Marín, Amalia García y Leonel Godoy entre otros que dejaron vacías las arcas públicas y no pasó nada? Esta es la gran pregunta. ¿Son tan grandes los compromisos políticos que los delincuentes salen bien librados? En Puebla y Oaxaca se espera aún que los ex mandatarios Ulises Ruiz y Mario Marín, respectivamente, sean juzgados y enviados a la cárcel.
El gobernador Gabino Cué solamente se concretó a denunciar las irregularidades del gobierno de Ulises Ruiz sin fincar una responsabilidad contra el ex gobernador. Algo detiene a Cué que no le permite actuar y cumplir con las demandas que le plantearon los oaxaqueños: cárcel a Ulises.
Volvemos al tema inicial, el caso del ex mandatario Andrés Granier que se despachó con la cuchara grande con un nepotismo, que quiso ocultar, pero que benefició directamente a su hijo Fabiancito.
Cuando todavía gobernaba Tabasco, Andrés fue criticado por los privilegios que disfrutaba su vástago, como el de tener una oficina en la casa de gobierno, la Quinta Grijalva, para tratar asuntos relacionados con la función pública.
Así pues, sin ser funcionario estatal su injerencia en el gobierno era tal que se daba el lujo de nombrar a directores administrativos en las dependencias del gobierno. Representaba, impunemente, al poder tras el trono.
Por otra parte, las autoridades tendrán que investigar un sinnúmero de denuncias sobre las propiedades de Andrés Granier y su familia, así como de la vida de reyes que se daban, sin limitación económica alguna en sus viajes por diferentes partes del mundo.
Quienes han seguido las inversiones de Fabiancito, señalan que este sujeto compró un apartamento en un edificio en condominio en Miami, Estados Unidos. También se informó que en Cancún es dueño de un hotel, denominado El Pueblito, que pagó por conducto de prestanombres. La lista de propiedades del vástago es larga.
Ahora solo queda esperar las determinaciones que tomará el nuevo gobierno de Arturo Núñez Jiménez. ¿Cabrá el borrón y cuenta nueva? ¿Otra raya más al tigre de la corrupción y la impunidad?