Omisos o ineptos
¬ Augusto Corro martes 29, Ene 2013Punto por punto
Augusto Corro
Varios son los gobernadores que no le encuentran la cuadratura al círculo en materia de seguridad.
Por ejemplo, al mandatario estatal de Guerrero, Ángel Aguirre, diariamente le aparecen nuevos obstáculos que superar.
En algunas regiones de la mencionada entidad, los propios habitantes optaron por formar sus propios grupos de autodefensa.
Prefirieron velar ellos mismos por su seguridad que depender de la fuerza pública que difícilmente alcanza a brindar seguridad en un estado, donde la violencia resulta incontenible.
Los guerrerenses tienen mucho tiempo de vivir en la zozobra y el terror. El mismo puerto de Acapulco ha sido sometido a la violencia.
Ante la espiral de violencia en Guerrero, las autoridades se pierden en declaraciones contra los criminales, que en nada ayudan a amortiguar el índice delictivo.
La falta de elementos de la fuerza pública en la entidad mencionada con el fin de proteger a los ciudadanos fue determinante, para que los propios guerrerenses formaran sus grupos de autodefensa.
¿Y el gobernador? Pues Ángel Aguirre anda en la grilla, mientras en Guerrero cada vez se hace más difícil la convivencia, debido a las agresiones de los grupos delincuenciales. En Morelos, la situación es muy parecida a la que se registra en el vecino Guerrero. El gobernador, Graco Ramírez, tampoco encuentra la brújula.
Los hechos violentos convirtieron a esa entidad cercana al Distrito Federal en una zona casi prohibida.
Es decir, que los cárteles de la droga se apoderaron de esa región a la que hicieron un imperio de corrupción e impunidad.
Importantes capos de la droga sentaron sus reales en Cuernavaca y en poblados circunvecinos.
Recientemente, cuando Graco Ramírez llegó al poder, prometió toda clase de esfuerzos para controlar la espiral de violencia. Nada de eso ha ocurrido.
Ayer, decenas de personas, entre ellas familiares de víctimas de la violencia en la entidad, iniciaron una caravana hacia el Distrito Federal para exigir justicia. Miguel Ángel Rosete, uno de los abogados de los parientes de las víctimas, dijo:
“Partimos a la ciudad de México en busca de justicia, bajo el clamor de una sociedad vulnerada por la ausencia de justicia en la entidad y la omisión en el actuar”. Entre los hechos ocurridos en Morelos, se encuentran desapariciones y homicidios. Entre éstos se encuentran los casos de Jessica Cerón y Viridiana Morales, ambas desaparecidas.
Ángel Aguirre y Graco Ramírez prefieren dedicarse a la grilla barata y a los discursos demagógicos, sin atender las necesidades de justicia de sus gobernados. Del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, sobra decir que sigue en la misma situación.
Por ejemplo, las autoridades neoleonesas se encuentran con una nueva masacre en su estado.
Nos referimos a los integrantes del grupo musical Kombo Kolombia, desaparecidos el viernes pasado cuando fueron a cumplir un compromiso en el municipio de Hidalgo, Nuevo León.
Veinte personas en total (16 miembros del conjunto musical) fueron víctimas de la delincuencia organizada. Se informó que el grupo musical fue privado de su libertad por un comando.
El domingo, las autoridades encontraron en un pozo los cadáveres de varios músicos. Esto se debió a que uno de los integrantes del grupo musical logró escapar y denunció los hechos ante las autoridades. También se refirió al sitio donde fueron arrojados los cuerpos sin vida.
La policía rescató los cadáveres del pozo. Por la tarde del lunes, los familiares de la agrupación Kombo Kolombia acudieron a las instalaciones del Servicio Médico Forense a identificar a las víctimas.
A todo esto, el gobernador Rodrigo Medina, convertido en vocero de las tragedias, se concretó a confirmar la muerte de los músicos.
Los mencionados mandatarios estatales son ejemplos innegables de que en sus administraciones no se cumple con los principios básicos de brindar seguridad a sus gobernados. Sin embargo, seguirán en el poder a pesar de sus grandes omisiones e ineptitudes.