Tropezaron con sus mentiras
¬ Juan Manuel Magaña viernes 25, Ene 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Felipe Calderón y Genaro García Luna deben responder por el desastroso caso Cassez.
Por ellos se cayó el caso. Por ellos a las víctimas de secuestro no se les ha hecho justicia.
Por ellos la televisión mintió y se quedó envilecida.
Ellos fueron los responsables de que el caso se cayera a pedazos. Veámoslo desde el ángulo de los policías que mandaron a declarar; al estudiarlo yo lo descubrí: El montaje ocurrió la mañana del 9 de diciembre de 2005. Si resultara que los policías dijeron la verdad, las horas que mencionaron ofrecen una frontera de tiempo inicial para la acción posterior de la televisión. Es decir, las 4:00, 4:30 ya nos están dando una referencia sobre la que después vendría la acción de la televisión.
Es obvio que si apenas entre las 4:00 y las 4:30 de la mañana los presuntos secuestradores Israel Vallarta y Florence Cassez salían del rancho y luego eran detenidos, la policía no estaba todavía en posición de invitar a la televisora a una cobertura en vivo.
La idea tenía que sopesarse por lo menos un rato, además de que se supone había otra prioridad: dijeron que Israel Vallarta había dicho que debía regresar al rancho para proteger a los secuestrados de otros secuestradores.
Según se relata, la policía pidió apoyo a las 4:30, mismo que llegaría una hora 45 minutos después, es decir, las 6:15 horas al lugar de la detención.
Mientras, en algún momento después de las 4:30, el reportero informa, según él al conductor de Primero Noticias, que la policía le pondrá algo noticioso para ese programa.
Otra versión, y no necesariamente excluyente, dice que Eduardo Arvizu, jefe de información de Noticiarios Televisa, entra como a las 5:00 de la mañana a la oficina del conductor para comentarle el mismo ofrecimiento por parte de la Policía Federal.
Desde luego, como en cualquier asunto noticioso prometedor, esa madrugada se ejecutó de inmediato la operación de cobertura. Se envió una unidad de transmisión satelital y al reportero, junto con un equipo de producción para poder transmitir.
Como la finca Las Chinitas, el lugar de la cita, está al lado de la carretera federal a Cuernavaca, las maniobras de llegar, instalarse y transmitir, es decir, tender el cableado, buscar el satélite, levantar la señal, hacer pruebas de video y audio, se llevarían como mínimo una hora.
Es una operación que normalmente se lleva ese tiempo, o sea, las 6:00 de la mañana más o menos para estar in situ, si nos basamos en que a las 5:00 se estaba tomando la decisión de ir a la cobertura.
Pero resultó que ya instalados y después de mucho intentar, el equipo enviado reportaba a la cabina, mientras el noticiario ya estaba al aire, que del lugar no salía la señal, y así entonces dieron más de las 6:30 de la mañana.
Por lo menos tres cuartos de hora estuvieron los enviados de Primero Noticias frente al portón de la finca batallando para poder transmitir, sin conseguirlo y sin ningún hecho aun que reportar.
Según los testimonios de los policías, los mismos que ya habían cambiado su primera versión -antes habían dado las 5 y 5:30 como horas de referencia-, los refuerzos solicitados a las 4:30 llegaron hasta las 6:15 al lugar, distante del rancho Las Chinitas, donde supuestamente fueron detenidos Vallarta y Cassez.
Es entonces cuando se dirigen al rancho para el rescate de los secuestrados, lugar al que llegan, como ellos mismos relatan, a las 6:30.
Dicen que en ese momento Israel Vallarta les abrió la puerta. Es decir, no entran con violencia, ni va detrás de ellos la televisión o la prensa para registrar la operación.
Y este es el asunto que no encaja en la reconstrucción. Se supone que ya estaban los enviados de Televisa desde las 6:00 horas frente al portón y nadie vio llegar a los federales.
Tampoco nadie invitó ahí, en ese momento, a reportero alguno a transmitir un operativo que estuviese ocurriendo “en vivo”.
Si el testimonio policiaco fuese cierto, lo más seguro hubiera sido que la cámara de Televisa, que ya desde ese momento estaba “tirando” hacia el portón, es decir, enfocándole, habría registrado cualquier escena que hubiese estado enfrente (llegada del operativo, entrada a la casa). Pero no ocurrió así.
Como se ve, se trata de un fenómeno de invisibilidad que no tiene manera de encajar en la realidad.
La versión choca de frente con la del operativo “en vivo”, pues el testimonio policiaco describe cosas que nunca se encontraron con la televisión, como el hecho de que a las 6:30 de la mañana llegaron los policías al rancho e Israel Vallarta les abrió la puerta, para así entrar, comenzar el operativo, e indicarles dónde estaba el cuarto de los secuestrados.
El testimonio describe, además, una realidad completamente distinta a la del operativo “en vivo” que comienza a trasmitirse en Primero Noticias a las 6:46 de la mañana.
Por si no bastara, al ampliar su declaración, estos agentes sostuvieron que desde que entraron al rancho hasta que salieron, en compañía de las víctimas ya rescatadas, ninguna televisora había hecho acto de presencia.
Si las cosas hubieran sido como en el relato policiaco, desde las 6:30 se hubiera desatado el operativo esperado y la televisión hubiese podido cuando menos grabarlo, dadas las dificultades que a esa hora tenía para levantar su señal. Los hechos hubieran sido totalmente distintos.