El juego apesta
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 23, Ene 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Se ha hablado de falsificación de permisos de juego con apuestas mediante una red de corrupción que involucraba a funcionarios de la Segob en el sexenio anterior.
Se han manejado nombres probablemente involucrados en dicha red como el del ex subsecretario Abraham González Uyeda y del ex director de Juegos y Sorteos, Roberto Correa Méndez.
Se ha hablado de una licencia del 18 de diciembre de 1997 que autorizaba indefinidamente, como ninguna otra, sorteos de números o bingo en máquinas, cosa que estaba prohibida en ese momento.
Además, esa misma licencia fue utilizada por dos casas de apuestas: la UNO, de Miguel del Río Liquidano, y Big Bola, de Javier Rodríguez Borgio.
¿Y qué decía la Segob? Que el expediente de esa licencia estaba extraviado, lo que hacía suponer hechos de corrupción que tanto el subsecretario de Gobierno, Roberto Gil Zuarth, como el secretario de Gobernación, Francisco Blake, en aquel tiempo, debieron investigar a fondo.
Se ha señalado la probable causa de toda esta corrupción en el incendio del Casino Royale de Monterrey que cobró la vida de 52 inocentes.
Se dijo que se investigó, y sólo se cesó a funcionarios menores. Nada más. La autoridad simplemente volteó para otro lado.
Y ahora se vuelve a hablar de que el hoy senador Gil Zuarth, quien fuera secretario particular de Felipe Calderón y coordinador de campaña de la candidata panista Josefina Vázquez Mota, es señalado como parte de esa red de corrupción.
Una persona, por demás interesante, con familiares y relaciones políticas que llegan hasta la hermana de Calderón, llamada Talía Vázquez Alatorre se ha mostrado dispuesta a hacer garras al mentado senador, a quien acusa de haber recibido 800 mil pesos para interceder en la instalación de un centro de juego con apuestas en Querétaro.
Talía trae una oscura historia en la que se dice víctima de violación multitudinaria… por su propio marido y compañía, a quien ya refundió en la cárcel.
Y el dinero destinado al senador lo habría entregado este ex marido llamado Juan Iván Peña Neder, quien fuera coordinador de asesores del entonces subsecretario de Gobernación, González Uyeda, ganadero y dueño de la empresa Leche Doble Cero (ahora asesor del gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez), quien en su momento designó como director de Juegos y Sorteos a Roberto Correa Méndez.
También se dice que Correa Méndez es el personaje clave, el que está detrás de la licencia falsa con la que operan aquellas dos casas mencionadas al principio de este texto y detrás de la que fue entregada a Raúl Rocha Cantú para operar el Casino Royale de Monterrey, entre otras.
El asunto de las casas de juego no es nuevo, comenzó a agarrar vuelo desde tiempos de Salinas, pero fueron los panistas, visiblemente con Santiago Creel y Televisa, quienes dieron rienda suelta a una voracidad pocas veces vista cargada de ambición política, mediática o metálica.
Creel legó un reglamento muy permisivo, que fue perfeccionado por el gobierno de Calderón, que aprobó el 19 de octubre de 2012, ya de salida, un decreto en el que modificó dicho reglamento para autorizar a las casas de apuesta con permiso la operación de máquinas traga monedas.
Ahora se sabe que hay panistas ex funcionarios de gobierno que, con prestanombres, ya tienen su casita de juego. Y que ha nacido el gremio de los casineros, con suficiente dinero para financiar a candidatos que quieran comprar una elección. Todo esto, que apenas emerge, apesta.