Peña llegó al corazón de la zona zapatista
Roberto Vizcaíno martes 22, Ene 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Estuvo acompañado por 29 gobernadores y todo su gabinete para subrayar la presencia del Estado
- El programa que echó a andar es en sí una respuesta directa al levantamiento de 1994
- El combate contra el hambre no contempla el reparto de despensas, sino de servicios
Enrique Peña Nieto llegó ayer a Las Margaritas, a unos kilómetros de Comitán y de la frontera con Guatemala, justo a la entrada de la selva chiapaneca, el mismo corazón del territorio del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, ese que comanda el subcomandante Marcos y que el primero de enero de 1994 atacó bastiones del Ejército en esta zona para declararle la guerra al Estado mexicano, guerra que no ha terminado y que hoy sólo vive una larga tregua.
Y llegó ahí el mexiquense acompañado por su esposa Angélica Rivera, pero también de 29 gobernadores y todo su gabinete, el legal y el ampliado, para lanzar desde ahí el Programa Nacional contra el Hambre.
Al acto, que podía haber encabezado en cualquier otra parte de la República, asistieron unas 20 mil personas, en su mayoría indígenas provenientes de los 122 municipios de Chiapas y entre quienes se metió Peña Nieto al llegar ahí para confirmar su estilo personal de vincularse con la gente.
Ese recorrido en medio de la muchedumbre que lo saludaba a gritos, con reclamos de que fuera para allá o para acá, en una ola de sudor y humores que lo envolvió durante casi 40 minutos, recorrido en el que saludó de mano, abrazó a miles y sacó él mismo fotos con celulares, lo hizo acompañado de su esposa, a quien también los chiapanecos abrazaron y besaron.
Afuera, en los alrededores, el evento era resguardado por cientos de soldados debidamente pertrechados, que dejaron ver que la zona no es un campo de rosas para los miembros del gobierno federal y sus acompañantes.
Sin embargo, fuera de un críptico comunicado emitido por el Subcomandante Marcos, no hubo ninguna otra manifestación abierta, ostensible, del EZLN. Ningún pasamontañas o presencia de grupos de esa extracción.
Sin embargo todo ahí recordó la presencia del EZLN que el sábado 22 del pasado diciembre sacó a cientos de sus miembros en una marcha silenciosa por 5 municipios del estado entre los que estuvo precisamente Las Margaritas, y que todos asumieron como una advertencia del subcomandante Marcos, una especie de recordatorio: “un aquí seguimos”.
El reclamo central del alzamiento zapatista en enero de 1994 fue el que los indígenas tomaban las armas porque todo se les había negado, y porque entonces ya no tenían nada que perder.
Ayer Enrique Peña Nieto fue a darle a ellos y a otros marginados en México, especialmente a quienes además de pobres padecen hambre, una respuesta integral del Estado Mexicano, una respuesta que no sólo contempla garantizarles su acceso a los alimentos suficientes sino a una serie de servicios y asistencias que los saque de su condición de pobres y resuelva su problema a de hambre.
Acudió acompañado de todos los gobernadores y de su gabinete, para demostrar que Las Margaritas y Chiapas también es México, y un territorio donde hay presencia del Estado Mexicano.
Fue a decirle a Marcos y los miles de zapatistas, y en general a toda la población del estado, que reconoce su reclamo fundamental y que ese se solucionará a través de programas aplicados dentro del marco del Estado Mexicano.
Como un programa integral que comprende la aplicación de recursos y la acción no sólo de todas las dependencias federales, de los gobiernos estatales y municipales, sino de toda la sociedad, el anuncio lo pudo haber hecho Peña Nieto desde el patio central de Palacio Nacional.
Pero eso no es su estilo. El suyo es el de ser un Presidente que acude a los sitios donde está el problema.
Hace 10 días estuvo en zacatecas para echar a andar un programa contra la sequía que afecta también a otros 16 estados del norte del país.
Días después fue a Villahermosa para anunciar un Programa Nacional Hidráulico, que buscará evitar las inundaciones que se dan cíclicamente en el sureste mexicano.
Hoy le tocó acudir a Chiapas, a no sólo anunciar y echar andar el Programa Nacional Contra el Hambre, sino a dar un mensaje político, de recuperación no violenta ni armada de un territorio que no puede ser reconocido como una zona de exclusión para el gobierno mexicano.
PROGRAMA INTEGRAL
Por lo demás el Programa Contra el Hambre abre una nueva forma de atender viejos problemas.
A través de este programa su gobierno no sólo reconoce uno de los mayores problemas que puede asumir un gobernante: el que su pueblo sufra hambre.
La respuesta es no repartir alimentos, sino ir al fondo de lo que provoca esa situación.
Es así que el Programa Contra el Hambre no será asistencialista, es decir, no será populista ni operará bajo la lógica de entregar despensas o raciones de alimentos.
De acuerdo a estudios del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el Coneval y del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática, el Inegi, en México en este momento existen 7 millones 400 mil mexicanos que sufren de hambre permanente.
Hay quizá unos 25 millones más, que a veces no tienen qué comer.
Los 7 millones 400 mil mexicanos que sufren permanentemente de hambre, están localizados en 400 municipios del país., debidamente focalizados.
A ellos se les dará una atención inmediata pero con un programa integral que incluye presupuestos y programas de todas las dependencias federales y de todos los niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.
Este esfuerzo incluirá entonces una atención que lo mismo comprende la dotación de agua y luz, que escuelas, generación de empleo, infraestructura urbana, transporte y diversas alternativas de desarrollo.
“Hay que reconocerlo: en México, en pleno Siglo XXI, hay millones de mexicanos a quienes les faltan los alimentos necesarios y que viven en pobreza y bajo condiciones de hambre… Esa es la realidad lacerante y lastimosa del México del Siglo XXI”, indicó.
De ahí que este programa funcionará bajo cuatro ejes:
Primero. Será una Cruzada con orientación focalizada.
Segundo. Se corresponsabilizará a todas las dependencias y gobiernos locales.
Tercero. Será una estrategia social, que fortalece las capacidades productivas de las zonas de mayor marginación y pobreza.
Y cuarto. Involucrará la energía comunitaria y social de todos los mexicanos.
Instruyó a Rosario Robles a coordinar todos los esfuerzos de todas las secretarías federales en sus presupuestos y programas vinculados a este Programa y para que establezca acuerdos de coordinación con los gobiernos estatales y municipales. Con el mismo objetivo, que todos los esfuerzos y recursos vayan a una misma solución.
“Por eso es tan importante la colaboración de los señores gobernadores, del Jefe de Gobierno del Distrito Federal y de los Presidentes Municipales aquí presentes, porque combatir la pobreza nos demanda mayor coordinación de todos para evitar esfuerzos dispersos y que no logren revertir la condición de pobreza que se vive en varias partes del país.
“En pocas palabras. Se trata de que los esfuerzos conjuntos y alineados de los órdenes de gobierno y de las distintas dependencias del gobierno de la República se focalicen, se orienten a esas regiones, municipios, colonias, donde hay pobreza extrema y carencia alimentaria”, precisó Peña Nieto.
De igual forma responsabilizó a Robles a:
Primero. Lograr una amplia convocatoria social.
Segundo. Organizar los bancos de alimentos y de donaciones.
Tercero. Establecer, también, un fondo de trabajo solidario para aquellos que quieran destinar parte de su tiempo a esta gran Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Y Cuarto. Trabajar con especialistas en alimentación, nutrición y pobreza, a fin de asegurar que esta Cruzada esté alineada, también, al Programa Hambre Cero, al que han convocado las Naciones Unidas.