Barack Obama, segundo periodo presidencial
¬ Augusto Corro martes 22, Ene 2013Punto por punto
Augusto Corro
Barack Obama inició su segundo periodo presidencial en Estados Unidos con el agobio de problemas nacionales e internacionales. En el exterior se encuentran los conflictos de Medio Oriente y en el interior el control de armas y una reforma migratoria.
Armas y migración son dos temas que atañen directamente a México. El primero porque la venta incontrolable de armamento termina en los grupos de la delincuencia organizada con los resultados que todos conocemos.
Debido a las recientes masacres en aquél país, principalmente la ocurrida en una escuela de Newtown, el propio Barack Obama se comprometió en revisar las leyes para limitar el uso de armas. No será fácil, la sociedad estadounidense tiene una preferencia especial por la posesión de rifles y pistolas.
La facilidad para adquirir todo tipo de armamento en EU benefició directamente a los carteles de la droga en México. El auge del narcotráfico en nuestro país tuvo el apoyo de los contrabandistas de armas, delito que no ha podido controlarse.
A lo anterior habría que agregar las fallidas operaciones de las autoridades estadounidenses para seguir a los contrabandistas y determinar quién recibe el armamento. Ya sucedió con Rápido y Furioso, un operativo fracasado que proveyó con miles de armas a los cárteles de la droga.
Así pues, el panorama para Barack Obama se ve complejo en el renglón del control de armas, debido a los intereses de grandes grupos influyentes que no aceptan ningún cambio a la ley, con el propósito de reducir la venta de armas y como consecuencia el número de actos delictivos como las matanzas en algunos sitios de aquél país.
El otro punto se vincula con el problema migratorio. Son millones de mexicanos los que esperan una nueva ley de migración que les reconozca su condición de ciudadanos estadounidenses. La reforma integral sobre migración que prometió en 2008 aún está por realizarse.
En tanto, el flujo de braceros mexicanos a EU continuará inalterable con los ingresos de ilegales y las deportaciones correspondientes. A pesar de la vigilancia fronteriza, siempre habrá un lugar por donde pasar, porque la necesidad de trabajo y la pobreza no se detienen ante los obstáculos materiales.
A pesar de la situación económica de EU que se encuentra en condiciones difíciles, los mexicanos siguen con la idea de que en aquél país podrían realizar el anhelado “sueño americano”.
Como señalamos arriba, el narcotráfico se incrementó en los últimos años en México y en otros países latinoamericanos. En el vecino país creció el consumo y en el presente su sociedad es la mayor consumidora de estupefacientes en el mundo.
Sin embargo, el tráfico de drogas en EU no tiene las repercusiones fatales en la gente, como sí ocurre en los países que sirven de puente o de proveedores de las sustancias tóxicas. Nos referimos a los más de 80 mil personas muertas en la guerra contra la narcodelincuencia que organizó Calderón.
Aquella frase de que en el terreno de la droga México pone los muertos y EU los consumidores, habla de una desigualdad en la lucha contra los cárteles de las drogas. ¿Barack Obama tendrá el interés de tratar el tema en sus prioridades? Algún día lo sabremos.
El Plan Mérida una especie de ayuda de EU a México para el combate a las drogas es insuficiente. Así lo han manifestado las autoridades mexicanas en su oportunidad. Claro, la ayuda material es importante, pero también interesan las políticas que tiendan a reducir el número de víctimas en la lucha por las plazas y las rutas de la droga.
¿Es la legalización de las drogas un camino para terminar con la lucha sangrienta de los cárteles? En algunos estados de la Unión Americana el ya se aceptó el uso de la mariguana para los fines que todos conocemos, no solo como medicina. ¿Qué sigue? Barack Obama tiene la palabra.