El avión
¬ Juan Manuel Magaña viernes 18, Ene 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Periodísticamente, las asociaciones se dan en automático. Los Boeing 787 presentaron ayer fallas. El hecho repercutió en Japón, Polonia, Etiopía, Chile y Estados Unidos, lo que equivale a decir en todo el mundo. Y los focos rojos se encendieron sobre la compra prevista de un nuevo avión presidencial en México.
Resulta que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) ordenó la noche del miércoles suspender los vuelos del avión más nuevo y tecnológicamente más avanzado de Boeing, hasta que se resuelva el riesgo de incendio en sus baterías.
La orden fue sólo para los seis Boeing 787 que opera United Airlines, la única aerolínea estadunidense con esos aviones, pero otras empresas y autoridades de otros países hicieron lo mismo.
Las dos mayores aerolíneas de Japón suspendieron los vuelos de los 787 antes que Estados Unidos, tras un aterrizaje de emergencia. Hubo fallas en las baterías de litio, que parecen destilar un fluido corrosivo que podría provocar incendios. Y eso hizo surgir de inmediato la preocupación mundial sobre la seguridad de las aeronaves de pasajeros Boeing 787.
Ayer, la reacción fue como de contagio. La Agencia Europea de Seguridad Aérea ordenó a todas las aerolíneas de la región dejar en tierra estas aeronaves, mientras que el gobierno indio ordenó suspender los vuelos de sus seis Boeing.
Ethiopian Airlines anunció que sus cuatro Boeing 787 se quedarán temporalmente en tierra y ordenó realizar inspecciones como medida de precaución. La aerolínea polaca LOT anunció lo mismo. En Chile, la aerolínea LAN suspendió “temporalmente” vuelos de tres aeronaves por recomendación estadunidense.
Antes de que se dieran los hechos, el secretario estadunidense de Transporte, Ray LaHood, había reiterado ante los periodistas que consideraba seguro este tipo de avión. Sin embargo, cuando se conocieron detalles sobre fallas en dos baterías en un lapso de 10 días, la FAA decidió tomar medidas.
Bueno, pues precisamente un Boeing modelo 787, según proyecto de la Secretaría de la Defensa Nacional, sería el que compraría el gobierno de México para sustituir al actual avión presidencial.
Se trata de un aparato único en el mundo, pues existe un solo prototipo del que se ha dicho que garantiza un grado de seguridad no ofrecido por ningún otro avión de este tipo. Es un “búnker con alas”, se dijo. ¿De veras?
La asociación es natural y como se dijo al principio, muy periodística. La preocupación debe ser lógica. ¿Cómo deberá reaccionar ahora el gobierno? ¿Comprar o cancelar? He ahí el dilema. Por lo menos lo debe pensar.
Por supuesto, el asunto también es politizable. Ya “El Peje” pidió cancelar la compra del avión presidencial debido a estas fallas de origen, lo que de paso ahorraría al erario más de 6 mil millones de pesos. Es claro que el asunto debe ser meditado y eventualmente, para decirlo en términos relacionados, aireado.