El magisterio debe mejorar
¬ Augusto Corro martes 15, Ene 2013Punto por punto
Augusto Corro
El punto fino de la reforma educativa ameritará un buen control del magisterio. Y no sólo a través del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, sino de sus sempiternos opositores: La Coordinadora de Maestros. Es decir los que apoyan a Elba ESther Gordillo y los que la repudian.
Qué hacer entonces para que los cambios que se requieren en materia educativa, no se queden “empantanados” por las disputas magisteriales de índole sindical. Pactar con la maestra Gordillo o “acorralarla” y obligarla a dejar el mando de los mentores “oficiales”, podría ser la disyuntiva.
Y es que si bien, en el papel las reformas legales en el campo de la educación, aprobabas por todas las fuerzas políticas, son el primer paso para impulsar un verdadero proyecto de reestructuración educativa en el país, que permita elevar la calidad de la enseñanza en favor de la niñez y juventud nacional, es preciso que los maestros se involucren seriamente en este noble propósito.
De modo que la participación de los grupos sindicales en el plan de renovación educativa, será parte fundamental para el éxito o fracaso de cuanto se ha propuesto para sacar a la educación de su marasmo y hacer que en el corto y mediano plazos, nuestros educandos dejen de aparecer en las estadísticas mundiales como los menos preparados y por ende en condiciones de desventaja para incorporarse al mercado de trabajo.
Por eso debe aplaudirse que en el corto plazo, un instituto autónomo califique la preparación de los mentores y las plazas en los menesteres de la educación se ganen por méritos propios de los educadores y no mediante “amigismos” ni “compadrazgos” y menos aún porque alguien tiene dinero para pagar por un empleo que después desempeña con dudosa dedicación y un mínimo o casi nula preparación docente.
De tal suerte que en pos de un cambio en ese aspecto, indiscutiblemente hace falta comprometer a los dirigentes sindicales del magisterio, a efecto de que faciliten y no obstaculicen los mecanismos a adoptar en bien de una mejoría real en materia educativa.
Y para lograr que eso sea posible, aparte de pensar en nuevos medios para obtener ingresos económicos más sustanciosos con miras al financiamiento de los planes educativos, que incluyan la adquisición de mejores equipos pedagógicos, instalaciones escolares funcionales y modernas, es menester reconocer que a los maestros habrá que pagarles mejores sueldos y prestaciones, de acuerdo con el esfuerzo y la dedicación que sean capaces y estén dispuestos a demostrar en aras de que el nuevo programa educativo que se ponga en marcha, no se quede como en ocasiones anteriores en un gran proyecto con resultados mediocres.
Algo que en el pasado sucedió, en virtud a que los intereses políticos en curso, por lo que se puede deducir, optaron por dejar hacer y dejar pasar en asuntos sindicales del magisterio, en vez de crear las condiciones para que los sindicatos, ( dos como ahora existen o uno solo), a cambio de recibir apoyos institucionales a la vista de todos, se pudieran convertir en promotores y no boicoteadores de los planes para una mejoría educativa.
De ahí que sea pertinente, que a la profesora Gordillo y a los señores de la CNTE se los siente en una misma mesa para “leerles la cartilla”, a fin que cooperen sin excusa ni pretexto en la propulsión de la reforma educativa que el país reclama y si no lo hacen, que se les de “cuello” como diría aquel chino al que pescaron con una riqueza inexplicable entre sus manos, antes de mandarlo al reclusorio. Y la comparación es mera coincidencia. El caso es que el magisterio debe mejorar.