El enfoque de la responsabilidad social de las empresas
¬ Edgar Gómez Flores jueves 29, Abr 2010Letr@s Ciudadanas
Edgar Gómez
Las empresas forman parte importante de los agentes económicos de las naciones. Entre otras cosas, porque son éstas las que otorgan preponderantemente empleos a las personas, sirven de inversión para sus accionistas; asimismo financian a la ciencia y tecnología para hacer más eficiente el desarrollo de sus productos o la prestación de sus servicios. Por otro lado, las empresas tienen una vocación la cual se puede resumir en la maximización de los beneficios económicos. En este sentido, las empresas toman distintas decisiones relacionadas con el incremento de sus ingresos o la reducción de costos.
Es importante resaltar que la maximización de beneficios se lleva a cabo en un contexto de restricciones de toda índole (presupuestales, legales, ambientales, sociales, entre otras). Por lo que los empresarios deben ingeniar mecanismos que les permita lograr el mayor beneficio en cumplimiento de dichas restricciones aun cuando se tengan que eludir algunas de éstas. En este orden de ideas, es importante profundizar en una de estas restricciones que se refiere a la “responsabilidad social de las empresas” la cual, para estos efectos definiremos como “la aceptación de los empresarios de la afectación que tiene su actividad en el entorno y por ende su compromiso con el desarrollo de la comunidad donde participa”. Es así que los empresarios en esa vocación económica, en un ambiente de restricciones y adicionalmente con presiones de los mercados o de los propios accionistas por lograr un precio por acción aceptable; en los últimos años han identificado en el concepto de responsabilidad social una actividad adicional que les agrega valor.
En este tenor, es importante identificar los caminos que puede tomar este concepto (y que ya se ha manifestado de esta forma) al entrar en la vida de estas organizaciones: Primero, existen algunas empresas que han privilegiado su vocación económica y al hablar de Responsabilidad Social, han encontrado un nicho de mercado que les permite posicionar su imagen ante la comunidad (nacional o internacional). Es por esto, que se han desarrollado distintas estrategias que buscan entregar beneficios marginales a la ciudadanía a cambio de transformar su imagen ante la opinión pública. En este grupo de empresas se encuentran aquéllas que han formado distintas fundaciones (Televisa, TV Azteca, Telmex, Wal Mart, etc.) con el único fin de dar la cara social de su organización, aun cuando las actividades que realizan dichas fundaciones no tengan relación con sus actividad preponderante.
Por otro lado se identifican aquellas empresas (las menos) que han encontrado verdaderamente la vocación social en su vocación económica. Esto quiere decir que han identificado en su actividad preponderante el apoyo que la sociedad necesita para llevar a cabo los cambios necesarios que apoyen su desarrollo (integral y sustentable). Algunas empresas, en este contexto, trabajan por mejorar la calidad de vida de sus trabajadores o reducen la emisión de contaminantes a la atmósfera, o reducen la descarga de aguas residuales contaminadas. Todas estas actividades benefician a su entorno, pero como consecuencia de una mejora de la gestión de sus procesos sustantivos.
Estimados lectores, es importante hacer hincapié a las empresas que su responsabilidad social empieza por su actividad preponderante. Es imposible que una empresa como Televisa impregne a nuestros niños y jóvenes de información “chatarra”, pero por otro lado encabece un Teletón, el cual es una actividad que tiene más tintes mediáticos que de verdadero compromiso social. Asimismo pasa con la otra televisora (Azteca), la cual cuenta con una fundación que lleva a cabo distintos eventos “sociales” (recolección de juguetes, apoyo a personas con discapacidad) pero a su vez se burla del sentimiento colectivo cuando intenta en alguno de sus programas, de tinte “populachero”, contactar a la niña Paulette en una sesión espiritista. Esto, queridos lectores no es Responsabilidad Social.
Adicionalmente, algunas empresas hablan de redistribuir la riqueza a través de sus programas asistencialistas. Sobre esto, considero que debemos enfatizar a las empresas que la responsabilidad social no es reemplazar al Estado de sus obligaciones. Para esto, la redistribución de la riqueza, el Estado Mexicano ha creado los mecanismos adecuados que lo aseguren. Con una tasa del 30% del impuesto sobre la renta corporativo, una tasa del 10% para participar a los trabajadores de las utilidades de las empresas y otros ordenamientos legales que está de más enumerar; la empresas apoyarían de mejor manera en la redistribución de la riqueza. Sin embargo, quieren venderle a la sociedad que sus acciones, relativas a la dádiva, reemplazarán su obligación social y legal, la cual es su verdadera responsabilidad social.
Por todo esto queridos lectores los invito a que valoremos las acciones de las empresas en cuanto a su responsabilidad social. Sin embargo, generemos presión para que la misma se haga en su entorno económico y en el cumplimento de los mandatos legales que les corresponde. Para esto, tomaré la frase de un buen amigo… es bueno ser bueno, pero no es suficiente.
Distinguido Edgar Gómez:
Su columna acerca de «El enfoque de la responsabilidad social de las empresas» me parece muy objetivo y el siguiente párrafo tiene mucha certeza, lo cual me encataría que lo analizaran aquellas familias que viven «enajenadas» con la televisión y que cada vez hacen que funcionen menos nuestro cerebro. Lo felicito por tan buen artículo y se lo digo como padre de familia, hijo, jefe de una microempresa, amigo y lector.
Reflexionemos en el siguiente texto, sobre todo para aquellos que sostienen aquella farsa llamada «Teletón».
Es imposible que una empresa como Televisa impregne a nuestros niños y jóvenes de información “chatarra”, pero por otro lado encabece un Teletón, el cual es una actividad que tiene más tintes mediáticos que de verdadero compromiso social. Asimismo pasa con la otra televisora (Azteca), la cual cuenta con una fundación que lleva a cabo distintos eventos “sociales” (recolección de juguetes, apoyo a personas con discapacidad) pero a su vez se burla del sentimiento colectivo cuando intenta en alguno de sus programas, de tinte “populachero”, contactar a la niña Paulette en una sesión espiritista. Esto, queridos lectores no es Responsabilidad Social.