Lozano, Levín y Di Costanzo
Ramón Zurita Sahagún miércoles 9, Ene 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Fernando Antonio Lozano Gracia se convirtió en 1994 en procurador general de la República, generando sorpresa por su designación dentro del primer gabinete de Ernesto Zedillo Ponce de León.
Se dijo, en aquel entonces, que era una concesión otorgada a Diego Fernández de Cevallos, rival en las urnas del priísta Zedillo Ponce de León.
Lozano Gracia fue soportado dos años como titular de la PGR, sin importar todos los errores cometidos en su gestión.
Fue el primer experimento realizado por los gobiernos priístas de ceder espacio a la oposición dentro de las altas estructuras gubernamentales.
Lozano Gracia pasó sin pena ni gloria por la administración pública federal y ni siquiera el ascenso del PAN al poder lo hizo regresar a las estructuras gubernamentales.
Y es que la fortuna del ya ex procurador cambió radicalmente, ya que se convirtió en uno de los principales abogados del país, con un despacho exitoso y socios de prosapia.
Óscar Levín Coppel, reconocido priísta, con diversos cargos dentro de ese partido y varias incursiones dentro del Legislativo, siempre con las siglas del tricolor, es el antecedente directo de un militante de oposición dentro de la Condusef.
Bajo la presidencia del entonces panista Vicente Fox Quesada, Levín Coppel fue incorporado como titular de Condusef, gestión en la que estuvo por tres años (2003-2006).
La incorporación de Mario Alberto no es una gracia que concede el actual Ejecutivo federal a un partido opositor, toda vez que éste se separó de todo tipo de militancia.
Por eso, las historias de los tres personajes en cuestión distan de ser iguales y mucho menos del mismo nivel, aunque provocan urticaria entre los puristas de la política.
Di Costanzo es una figura sumamente polémica, principalmente por provenir del movimiento de izquierda que más ha polemizado con el PRI.
La diferencia entre unos y otros nombramiento es que el primero (Lozano Gracia) mantenía su militancia dentro de Acción Nacional, el segundo (Levín Coppel) sigue siendo priísta y el tercero (Di Costanzo) no tiene filiación con ninguno de los partidos de izquierda y hasta rompió con Andrés Manuel López Obrador, de quien fue secretario de Hacienda del gobierno “legítimo”.
También hace diferencia que el cargo del panista forma parte del gabinete presidencial y el de titular de la Condusef no.
Ambos, tanto Lozano como Levín y Di Costanzo fueron diputados federales representado al PAN, el primero, al PRI el segundo y al PT, el tercero, todo ello antes de colaborar con un gobierno proveniente de una ideología contraria a la suya.
Lozano disfruta de una inmejorable situación profesional, después de su paso por la administración pública federal, Levín continúa cosechando cargos públicos luego de su colaboración en un gobierno ajeno a su partido y de Di Costanzo habrá que esperar para saber su futuro.
EL RETO DE MORENA
No podía ser de otra manera, Andrés Manuel López Obrador inició su gran cruzada por el registro de su criatura, llamada Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), siendo el primero en afiliarse.
Lo demás será un nuevo recorrido a nivel nacional del tabasqueño para buscar cubrir las cuotas que piden las autoridades electorales para otorgar el registro condicionado y permitirle al organismo competir en los comicios federales del 2015.
La meta, según Martí Batres, presidente del naciente partido, será alcanzar la cifra de un millón 500 mil afiliados al partido, una cantidad que quintuplicaría la de militantes con los que cuenta Acción Nacional, el partido que gobernó al país durante 12 años.
El anuncio de la campaña de afiliación y la solicitud de registro para Morena provocó reacciones de todo tipo, como las de Luis Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD, el que consideró que saldrán del PRD, para afilarse a Morena, los más radicales.
Y es que los dirigentes de los partidos de izquierda temen una desbandada de perredistas, petistas y Movimiento Ciudadano para pasar a formar parte del nuevo partido político.
Sin embargo, se prevé que para los comicios locales de 14 estados -que tendrán lugar el 7 de julio próximo- los activos de Morena formen alianza con esos mismos partidos, los que prestarían sus siglas para competir por los cargos de elección popular.
De acuerdo con lo presupuestado por los dirigentes de este partido, Morena tendría la capacidad para integrar sus propias bancadas en el Congreso federal, ya que supera entre sus activos las cuotas de cinco senadores y cinco diputados, para formar sus propias coordinaciones, aunque tiene la limitante de que no es partido con registro.
Por eso, los simpatizantes o militantes de Morena esperarán los tiempos prudentes para hacer su traslado de uno a otro lado.
La duda que salta es sobre el rumbo que seguirán los distintos gobernadores de izquierda:
Graco Ramírez Garrido, Morelos, se mantendrá dentro del PRD, ya que su corriente (Chuchos) mantiene bajo control los órganos de dirección del partido, es la más numerosa y él mantiene una marcada distancia con Andrés Manuel López Obrador.
Ángel Aguirre Rivero, Guerrero, su cercanía es con Marcelo Ebrard y seguirá la misma ruta que el ex jefe de gobierno.
Gabino Cué Monteagudo, Oaxaca, es militante del Movimiento Ciudadano.
Arturo Núñez Jiménez, Tabasco, es militante del PRD, aunque en su entidad el movimiento lopezobradorista es casi religión, por lo que tendrá que hacer acopio de su inteligencia para poder moverse en terrenos fangosos.
Los cuatro gobernadores de izquierda lograron la victoria mediante una alianza entre todos los partidos e incluso Gabino Cué la hizo más amplia con el respaldo de Acción Nacional.