¿Qué vamos a celebrar? (I)
¬ José Antonio López Sosa jueves 20, Dic 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Llega la época decembrina y convergen una serie de fenómenos sociales que parecieran llenarnos la vida, de alegrías y felicidad, sí, una felicidad que aún no logro entender en el contexto que los medios de comunicación y el “marketing directo” inculcado desde nuestra infancia por buena parte de las familias mexicanas en torno a la navidad y al fin de año.
Las celebraciones decembrinas, como es conocido, tienen orígenes diversos, es decir, no necesariamente se centran al nacimiento de Jesús que es la razón más conocida o bien, la más popularizada.
Existen diversos tipos de celebración en torno a estas fechas que tienen un origen pagano o bien, de otro tipo de creencias que no necesariamente son la cristiana o la católica. Debemos ser cuidadosos y notar que parte de estas creencias se han convertido en tradiciones añejas, por lo que ahora son cultura, partiendo del concepto que la cultura es todo aquello creado por el hombre.
Tenemos ejemplos claros que son muy particulares de nuestro país como las “posadas”, los nacimientos, el folclor gastronómico de la época que cuando viaja uno de un país a otro, cambia por completo.
Este no resulta un problema de gravedad, al contrario, resulta una tradición cultural más tal como lo es la celebración de los fieles difuntos, donde la exposición mística de nuestros pueblos es el eje central de dichas celebraciones.
Insisto en que convergen una serie de fenómenos porque particularmente la navidad no representa exclusivamente esta celebración mística, en ella intervienen diversos factores que desde mi punto de vista, juegan con las emociones de las personas prácticamente coartando.
La libertad de pensamiento, insistiendo y convenciendo –que es lo peor—que esta época del año es tiempo de frases tan trilladas como “dar”, “compartir”, “perdonar”, “fraternizar”, “convivir”, entre muchas otras. ¿Por qué necesariamente en esta época del año se insiste en la fraternidad y en el alto sentido humanitario? mientras los demás meses del año nos fomentan rivalidad, odio, revanchismo, es decir, una competitividad mal entendida que busca la lucha sin cuartel de unos contra otros, de pronto el mensaje cambia y después que nos ponen de cabeza a pelearnos entre ciudadanos nos instruyen como un imperativo categórico a exponer nuestros instintos de bondad, o más bien nuestros sentimientos porque sigo dudando que el ser humano tenga bondad de forma instintiva, más bien resulta de forma aprehendida y no en todos los casos.
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