Calderón ¿con cuerda suficiente?
¬ Augusto Corro miércoles 19, Dic 2012Punto por punto
Augusto Corro
Como si su sexenio hubiera sido un ejemplo de administración, el panista Felipe Calderón Hinojosa se niega a abandonar los reflectores públicos.
Su actividad política se traduce en apariciones políticas, ya sea en el acto de refrendo de su militancia partidista, como en reuniones con miembros distinguidos de su partido. En el presente, Acción Nacional vive los peores momentos de su historia, luego del pésimo gobierno de Calderón.
La crisis interna de esa organización política favorece la lucha de grupos que amenazan con hundir más al PAN.
Por un lado se encuentra Calderón y el equipo de ex funcionarios que lo acompañó durante su administración; por el otro lado, aquellos encabezados por Gustavo Madero, adversarios políticos naturales del michoacano. Entre ellos se disputan el poder en Acción Nacional. ¿Quién será el vencedor? Si no llegan a un acuerdo que evite el divisionismo interno, todo hace suponer que Calderón llevará todas las de perder.
Su derrota será una repetición de lo ocurrido en los comicios de julio. La mayoría de los panistas no quiso saber nada de Calderón. Su fallida guerra contra la delincuencia organizada fue el eje de rechazo al gobierno panista.
La historia todo mundo la conoce. Acción Nacional no logró una participación digna en las elecciones de julio y cayó al tercer lugar. A partir de esa derrota, los principales dirigentes panistas se rasgaron las vestiduras y optaron por la refundación o reconstrucción de su partido.
A leguas se notaba que había necesidad de hacer una organización política nueva, lejos de Calderón.
Sin embargo, los adversarios políticos del michoacano no lograron sacudirse al ahora ex presidente.
Así tendrá que seguir la pugna por el poder panista frente a un Calderón debilitado políticamente.
No es lo mismo actuar como presidente de la República, con todo el poder que esto implica, que como un ex mandatario con una cola de acusaciones suficiente para no vivir tranquilo, menos conciliar el sueño.
Por ejemplo, el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, aseguró que denunció ante la Corte Internacional de La Haya al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, a cuyo gobierno responsabilizó de la muerte “de más de cien mil mexicanos” en la lucha antinarco.
Si realmente los cosas resultan como lo plantea Moreira Valdés, a Calderón le faltará tiempo para defenderse. Como dato cultural, le informamos que el primero que saltó al ring para defender a su patrón, fue el inefable Juan Molinar Horcasitas, sí, aquel funcionario que cobraba como director del IMSS, cuando ocurrió el incendio en la guardería infantil ABC, en Sonora, en el que perecieron 49 niños alcanzados por el fuego y el humo.
Con esa carga en los hombros y con ese defensor no habrá carta de recomendación que avale la buena conducta del michoacano. ¿O sí?
Sin duda, los panistas lo pensarán dos veces para volver a darle un voto de confianza a Calderón. Las razones son más que obvias.
LAS CRISIS EN LAS CÁRCELES
Habrá de transcurrir un tiempo considerable para que las cárceles dejen de ser centros de saturación de internos. La sobrepoblación de reos no permite el desarrollo normal de las actividades en las prisiones: hacinamiento, inseguridad y corrupción son los elementos básicos privan en esos lugares. Para terminar con los problemas en los reclusorios se necesitan nuevas leyes.
Por ejemplo, el jefe de gobierno en el Distrito Federal, Miguel Angel Mancera, señaló “que con la implementación del sistema acusatorio, que deberá estar listo a más tardar en 2016, se tendrá que replantear la intervención penitenciaria en la capital.” También dijo el funcionario, se buscarán otras medidas sustitutivas de la prisión preventiva como el uso de brazaletes, así como el hecho de que los presuntos culpables podrán seguir sus procesos en libertad.
En fin, la saturación de internos en las prisiones exige una solución inmediata. Entre otras cosas se debe revisar el expediente de personas que purgan condenas por delitos que no cometieron. Para estas personas inocentes recluidas el infierno que se vive es doblemente aterrador.
Ante dicha desorganización que existe en los centros penitenciarios, también se plantea la privatización de los mismos. ¿La administración de la justicia en manos de la iniciativa privada? Suena a algo descabellado, pero podría ocurrir. ¿Usted qué opina amable lector?