Descomposición social
¬ José Antonio López Sosa miércoles 19, Dic 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
A finales del año 2006 publicamos en este espacio una historia de un indigente en la zona de la Bahía de San Francisco, razones no claras de cómo en uno de los países más desarrollados del mundo la descomposición social avanza. A seis años de aquella historia fuimos testigos de la dramática matanza de niños en Connecticut, reproduzco de forma textual lo que en aquel momento redactamos:
28 de septiembre de 2006, PHOENIX ARIZONA.- En días pasados en el “bay area” (área de la bahía) de San Francisco se dio una de esas noticias que suelen ser parte de la costumbre en la zona de Oakland –cuya criminalidad no es rara y la fuerza de la costumbre los hace dejar de percibir las estadísticas tal como sucede en la Ciudad de México—, en este caso se trató de un crimen en Berkeley, es decir, no propiamente en Oakland aunque en aquella ciudad fue donde más se dejó escuchar.
Resulta que un par de irracionales jóvenes (Jarell Maurice Johnson de 19 años originario de San Leandro y Derell Lamont Morgan de 19 años originario de Berkeley) atacaron el 8 de febrero de 2005 a una indigente de 49 años llamada María King, quien falleció doce días después en el hospital donde era tratada por las heridas recibidas. Estos trogloditas, el caso especial de Johnson, había sido ya consignado varias veces por ataques a indigentes, lo cuál habla de un daño psicológico severo, pues no existe motivo racional para atacar a un indigente, él fue detenido al momento del crimen. Su pareja criminal (Morgan) fue capturado meses después y ambos están a punto de ser sentenciados, la pena corporal a la que estarán sujetos será de 15 años hasta cadena perpetua, dependiendo de la decisión del jurado instalado en Oakland.
Esta pudiera parecer la parte “roja” o “amarilla” de la nota, el reproducir en un medio de comunicación un crimen más de esos que no tienen aparentemente una razón de ser.
Lo que en este espacio quiero abordar va más enfocado al problema de la indigencia, es decir, el hecho de comprender que no todos los indigentes “nacieron indigentes” por así decirlo, por ello me centro en el caso de Maria King. Esta señora antes de ser indigente, era abogada titulada, escritora especialista en leyes en el estado de Illinois, acá en los Estados Unidos.
Resulta pues, que esta abogada tuvo una severa lesión de espalda al mover un escritorio lo cuál la hizo perder su empleo y eventualmente, mudarse a la “bay area” en el estado de California; tiempo después al quedar desempleada tuvo dos intentos de suicidio y tras un problema de índole personal en Oakland, optó por vivir en las calles.
¿Qué quiere decir esto?, que muchos de los indigentes que regularmente vemos en las calles, sobre todo en nuestra Ciudad de México, tienen un pasado distinto a la miseria y el “vagabundismo” El caso de los “niños de la calle” en México suele ser distinto pues ellos nacen ya siendo indigentes, sin embargo, buena parte de la población indigente –por así llamarla—pudo haber vivido en el pasado como usted o como yo, quizás la falta de atención médica, psiquiátrica o psicológica a tiempo –que es un problema de salud pública—los hubiere podido llevar a ese extremo.
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