Elección veracruzana
Ramón Zurita Sahagún miércoles 19, Dic 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Uno de los estados que resultan políticamente más atractivos de los 14 que realizarán comicios locales el año próximo es Veracruz, donde se renovarán los 212 ayuntamientos y el Congreso local.
Después de Baja California, que elegirá a gobernador, alcaldes y diputados locales, el proceso electoral de Veracruz resulta el más atrayente, por la importancia que tiene esa entidad en todos los aspectos: económico, político y poblacional.
Veracruz es la tercera entidad del país con mayor número habitantes, después del Estado de México y Distrito Federal y en ella se concentran riquezas, tales como el petróleo, la agricultura, industria, turismo y el principal puerto del país.
La disputa por el poder político es férrea y da cuenta de ello lo cerrado de los recientes comicios, tanto estatales, como federales, donde el PRI se ha mantenido como el principal partido, aunque en algunas ocasiones perdió algunos de los principales ayuntamientos.
Fue bajo la dirigencia estatal priísta de Miguel Ángel Yunes Linares, cuando el PRI perdió sus principales bastiones, incluido el puerto de Veracruz, la capital Xalapa y otros ayuntamientos como Córdoba, Orizaba, Tuxpan y Coatzacoalcos.
Y aunque tardó varios trienios en recuperar el puerto de Veracruz, los priístas se han consolidado en la principal población del estado y por dos trienios consecutivos gobiernan, así como las principales ciudades, entre las que se ubican Coatzacoalcos, Minatitlán, Poza Rica, Córdoba, Tuxpan, Xalapa y la emblemática Boca del Río.
Esta última población se convirtió en el centro de la disputa entre priístas y panistas, ya que se convirtió en el feudo de la familia del ahora panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Fue el priísta Salvador Manzur quien rompió con la hegemonía familiar panista en la zona conurbada de Veracruz y ahora los priístas se preparan para mantener en su poder la plaza.
La disputa por el control político no será sencilla, aunque los momios arrancan favorablemente para el PRI.
Y es que dentro del PRI se mantiene la cohesión de sus militantes y un liderazgo de sus principales activos, desde el gobernador Javier Duarte de Ochoa, pasando por el presidente del partido, Eric Lagos.
Contrario a ello, dentro de Acción Nacional se muestra una disputa por el control del partido, donde los panistas tradicionales no coinciden en el liderazgo que pretende establecer el ex priísta Yunes Linares.
Desde que perdió en las urnas el gobierno del estado, Miguel Ángel Yunes intentó erigirse como el controlador de la franquicia veracruzana del partido blanquiazul.
Apenas, el domingo pasado un grupo respaldado por Miguel Ángel Yunes Linares estuvo a punto de los golpes con simpatizantes de otro panista, abriendo la posibilidad para que los tricolores sumen más seguidores. Yunes pretende mantener a Domingo Angulo en la dirigencia y sus opositores lo acusan de haber falsificado documentación para mantenerse en el cargo
Pero si a ello se suma el descontrol que priva dentro del partido a nivel nacional y el decrecimiento de su militancia, se advierte un panorama desolador para el partido que llegó a gobernar en el pasado reciente los principales ayuntamientos del estado.
La situación para el panismo es complicada por las razones expuestas arriba, aunque la de los partidos de izquierda es todavía más enredada.
El nacimiento de la corriente obradorista de Morena amenaza con romper la estructura de la izquierda, ya que el nuevo partido se montaría dentro del Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, que en Veracruz tiene una presencia histórica.
De ir juntos los partidos de izquierda, aliados con Morena, podrían formar un frente interesante, aunque difícil de remontar la diferencia que mantiene con el partido tricolor.
Eso sí, la izquierda podría desplazar a Acción Nacional como la segunda fuerza estatal, como ya lo hizo en el pasado reciente.
Los priístas saben que manteniendo la unidad de su militancia y realizando una buena selección de candidatos a los cargos de elección popular, podrán transitar, no sin algunos sustos, con rumbo a la victoria de sus abanderados.
Para los tricolores el reto es grande, aunque los resultados de la pasada contienda electoral federal los posiciona como la primera fuerza estatal, con amplias posibilidades de conservar y hasta ampliar su presencia en municipios y dentro el Congreso del estado.
POLÍTICOS, EN PELIGRO
Los días recientes se incrementaron los atentados contrae políticos, algunos vigentes y otros en receso, pero que por coincidencia fueron candidatos a cargos de elección popular en épocas recientes.
San Luis Potosí, Chiapas y Michoacán han dado cuenta de este recrudecimiento de la violencia en contra de activos políticos, los que sin distingo de partidos o militancia, han sufrido los estragos de la delincuencia.
Ante este panorama, toma mayor importancia el llamado del presidente Peña Nieto para hacer equipo ante el crimen.
La estrategia diseñada por el Ejecutivo federal y la aprobación de los recursos para ese propósito podrán contribuir al freno de los actos violentos que no se han detenido con el cambio de sexenio.
Es cierto que la ola delictiva descendió, pero no lo suficiente como para mostrar un cambio, pero también lo es que la estrategia apenas fue diseñada y se requiera de tiempo para que ofrezca resultados.
Por lo pronto, podemos decir que hay actitud, deseos y planificación para que el país deje de ser ejemplo de la violencia mundial y evitar que muchas familias sufran los estragos de los ilícitos.
Las cifras dadas a conocer por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio y el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, son aterradoras.
Por un lado, se multiplicaron los grupos violentos, y por el otro, los asesinatos son la segunda causa de muerte en el país.