Y las cárceles, ¿cuándo?
¬ Augusto Corro martes 18, Dic 2012Punto por punto
Augusto Corro
Las cárceles mexicanas son verdaderas bombas de tiempo debido a la sobrepoblación de internos. Problema más que suficiente para convertir los reclusorios en infiernos.
No se necesita ser un estudioso del sistema penitenciario para saber que los reclusos viven en condiciones infrahumanas.
Lo grave de la situación es que las autoridades saben lo que ocurre y nadie tiene interés real en resolver los gravísimos problemas. Si existe alguna ley para la rehabilitación de los delincuentes, pocos saben de ella.
El constante incremento en la población penitenciaria rebasó, hace mucho tiempo, la posibilidad de aplicar las políticas de reinserción social.
La inseguridad en las prisiones representa un problema mayúsculo porque predomina la ley del más fuerte.
En las cárceles, las luchas por el poder interno siempre arrojan saldos sangrientos.
El denominado autogobierno en las prisiones ha servido para fortalecer a los grupos de poder que se apoyan en grupos delincuenciales. Así, todos los conflictos propician que la corrupción surja como el eje principal en la vida interna de las penitenciarias.
Debido al hacinamiento, los reclusos tienen que pelear por un espacio para dormir, conseguir alimentos, etc.
(Hay unas fotografías que muestran las condiciones en que duermen 40 reos en una celda para cuatro).
El dinero juega un papel importante en esos sitios, pues los celadores cobran por las visitas ordinarias y las íntimas; por la introducción de comida, por protección, etc.
EL ZÓCALO
El historiador Miguel León-Portilla dijo que el Zócalo capitalino es el corazón de la ciudad y no un circo donde se puedan montar cualquier tipò de espectáculos.. ¿Usted qué opina amable lector?
El tema se podría analizar desde varios puntos: el histórico, el social, el político y el uso práctico del espacio.
Estos dos últimos son los renglones se que tomaron en cuenta. El político para que las autoridades del DF organizaran sus festivales, exposiciones, etc.; y en lo práctico, para aprovechar el espacio que, aparentemente, solo serviría de paso para miles de transeúntes.
Tal vez, lo que llama más la atención es la pista de hielo que se monta año con año en la temporada de fiestas decembrinas. Curiosa decisión de las autoridades de estimular el patinaje sobre hielo, en un país tropical.
Es como si el gobierno de Canadá instalara pabellones gigantescos con clima tropical en temporada de invierno, con el propósito de practicar futbol o voleibol playeros.
Quizá porque yo nací en tierra caliente no se me dio eso de patinar sobre hielo y que el asunto de las pistas de agua congelada me tiene sin cuidado, no me preocupa que el Zócalo funcione como circo.
Aunque creo entender la postura del maestro León-Portilla, sus conocimientos sobre historia le dan otra visión del uso que se le debe dar al Zócalo.
Claro, estimado lector, aquí en este espacio, es la que vale.
LA VOLUNTAD PRESIDENCIAL
A raíz de la matanza de niños en Newton, Estados Unidos, el presidente Barack Obama dijo la noche del domingo que EU debe cambiar para evitar tragedias como la del viernes.
“Ya no podemos tolerar esto. Estas tragedias deben terminar y, para terminarlas, debemos cambiar”, señalo el funcionario. Sin lugar a duda, las declaraciones de Obama serán dignas de tomarse en cuenta. No deben repetirse.
Como le informamos ayer, doce niñas y ocho niños fueron asesinados por un demente en las instalaciones escolares.
Nos satisface que Obama asuma esa actitud de mandatario consciente de los males que aquejan a su país.
Sin embargo, no será fácil que el cambio se realice de la noche a la mañana. Son muchos los interesados que se opondrán a reformar las leyes que permiten la compra y posesión indiscriminada de armas.
Se necesita algo más que el deseo de Obama para que desaparezca el fantasma de las matanzas en el territorio estadounidense.