Premio al padre Solalinde
¬ Augusto Corro jueves 13, Dic 2012Punto por punto
Augusto Corro
El sacerdote Alejandro Solalinde recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos 2012.
Ha sido una distinción a todas luces muy merecida si analizamos la situación de peligro en la que se encuentran los defensores de los derechos humanos en México.
La propia historia del padre Solalinde ha sido un viacrucis, un camino lleno de obstáculos que ha sorteado con valentía e inteligencia.
Todos sabemos que en varias zonas de nuestro país, la violencia forma parte de las actividades cotidianas. El sureste se encuentra entre las regiones donde mayores injusticias se denuncian. La frontera sur y los estados como Tabasco, Chiapas, Veracruz y Oaxaca funcionan como trampas mortales contra aquellos indocumentados que se atreven a pisar suelo mexicano.
Los extranjeros (centroamericanos la mayoría) se convierten en víctimas de las bandas de narcos o de las autoridades, quienes los detienen, torturan, extorsionan, secuestran o asesinan. El padre Solalinde decidió actuar como protector de los indocumentados y su actitud no ha sido fácil. Recientemente, el sacerdote tuvo que estar una temporada en el extranjero debido a amenazas de muerte que recibió por la defensa, constante, de las víctimas de las bandas de delincuentes.
El presbítero coordina el albergue “Hermanos en el Camino” en Ixtepec, Oaxaca. Las instalaciones empezaron a funcionar en febrero del 2007. En ese centro se proporciona ayuda a los indocumentados, quienes encuentran posada, alimento, atención médica, etc.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reconoció la acción destacada del padre Solalinde en la promoción efectiva y la defensa de los derechos fundamentales. El presidente Enrique Peña Nieto entregó el premio mencionado al presbítero Solalinde, en una ceremonia efectuada el lunes pasado, en la residencia oficial de Los Pinos.
DESPLEGADO EN DEFENSA DE CASSEZ
En desplegado aparecido ayer en el diario Reforma, intelectuales y Organizaciones No Gubernamentales, exigen justicia para la francesa Florence Cassez, quien se encuentra en la cárcel.
Cassez “ha cumplido siete años de estar injustamente privada de su libertad, sentenciada a 60 años de prisión por la supuesta comisión del delito de secuestro”, señalan en el escrito firmado, ente otros, Jorge Castañeda, escritor y analista político; Miguel Carbonell, investigador de la UNAM: Lydia Cacho, periodista y escritora; Luis González Plascencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF; y Javier Sicilia, escritor y activista social.
Los defensores de Cassez acusan que se fabricaron pruebas en contra de la francesa desde la Agencia Federal de Investigaciones y la Secretaría de Seguridad Pública federal, con la anuencia de altos mandos de la Procuraduría General de la República. Como todo mundo sabe, Genaro García Luna, el ex poderoso jefe de la policía federal, tiene una vela muy grande este asunto. ¿Se inicia el cobro de cuentas a García Luna?
LA DESPISTOLIZACION
Es posible que el nuevo gobierno de Miguel Angel Mancera incluya estrategias que erradiquen problemas añejos. Uno de estos es el relacionado con la despistolización de los capitalinos. Luis Wertman, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad, informó que se incrementó el número de personas lesionadas con armas de fuego.
Luego exhortó a las autoridades del Distrito Federal (DF) a reforzar los programas de despistolización. Este tema es tratado temporalmente. Es decir, resurge unos días o meses y luego se olvida.
Se tenía la impresión de que el programa del gobierno de intercambiar armas por objetos funcionaba positivamente; pero algo ocurrió que terminó la permuta. Quizá el incremento de la delincuencia orilló a los propietarios de armas a pensar de diferente manera y optaron por no desprenderse de sus pistolas.
El hecho es que el uso indiscriminado de las pistolas produce heridos de bala hasta en los lugares menos imaginados. Recientemente, en una sala de cine, un niño pereció al ser alcanzado por un proyectil de un arma disparada imprudentemente.
La bala salió de una de las pistolas que los parroquianos utilizan para sus festejos: en vez de estallar cohetes, truenan balas. ¿Cómo convencer a los ciudadanos a que entreguen sus armas si cada día es mayor el número de asaltos en casas, a transeúntes, etcétera? Luis Wertman también dijo que el delito de secuestro se incrementó 13.5 por ciento en el DF.