El aguinaldo
¬ Augusto Corro martes 11, Dic 2012Punto por punto
Augusto Corro
Los trabajadores mexicanos se encuentran encadenados a sus deudas. Sus salarios de hambre difícilmente permiten el ahorro real que produzca riqueza.
Así, cada año, cuando reciben su aguinaldo, este no es más que un paliativo para amortiguar los efectos de una deteriorada economía familiar. Todo mundo debe dinero, es esclavo de los bancos por las tarjetas de crédito y departamentales; gente que carga la deuda de sus préstamos hipotecarios y los pagos de las mensualidades de seguros; y son muchos los que tienen que comprar medicinas permanentemente para sus tratamientos porque padecen hipertensión arterial o diabetes.
Ante ese sinnúmero de deudas de nada sirve el aguinaldo anual que reciben los trabajadores. No es necesario recurrir a los sesudos análisis económicos para saber que los trabajadores viven una crisis eterna, porque los salarios, en la gran mayoría son de hambre, como se dice coloquialmente.
Una gran mayoría de las personas que recibirán los beneficios del aguinaldo ya tienen destinado este beneficio para saldar sus deudas, como señalamos arriba; otros, con un poco más de posibilidades económicas, guardaran un poco de dinero para enfrentar la tradicional cuesta de enero.
Sin embargo, no toda la gente disfrutará de un aguinaldo. Son millones de personas que viven en el trabajo informal y millones también que están desocupados.
Esa prestación de ley es limitada, propia de una sociedad en la que no se han podido superar las discriminaciones y las injusticias.
¿A cuánto asciende el porcentaje que se aplica al aguinaldo que reciben los obreros de salario mínimo? Se trata de una retribución económica de unos cuantos pesos, que dicho sea de paso se trata de una burla total.
Por cierto, con base en los sueldos raquíticos que ganan los trabajadores en México, los economistas ya vislumbran un mejor futuro para México. ¿En qué consiste esto? En que Estados Unidos empieza a no ver en China la mano de obra barata para sus proyectos empresariales. Los mexicanos estamos más cerca de EU y la mano de obra regalada podría ser el detonante para una nueva etapa de “prosperidad” en México. El círculo vicioso de explotación al trabajador volvería a empezar.
En este mes de diciembre también quedará listo el nuevo salario mínimo para el 2013. En la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, donde se encuentran representados gobierno, patrones y trabajadores. ¿De qué sirve esa comisión de nombre tan rimbombante? De nada.
Está claro que nos referimos a una comisión donde gobierno y representantes del sindicalismo se ponen de acuerdo para beneficiar al sector patronal. Este es el único beneficiado cada año cuando se trata de incrementar sueldos a la clase obrera. Más de un dirigente sindical se ha pronunciado por la desaparición de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM), pero no ha sido escuchado. Ni pensarlo. ¿Cómo dejar sin trabajo a los parásitos de la CNSM?
Volvemos al principio. No nos incomoda la repartición del aguinaldo. Lo que nos incomoda es que esa prestación de ley sea raquítica y que no represente una posibilidad de ahorro.
En un país sumido en la miseria, no existe la manera de superar las condiciones de pobreza. No se puede juntar un dinero extra, cuando todo alrededor es una elevación constante de los precios en los artículos de la canasta básica, por ejemplo. Con los aguinaldos de diciembre, un tanto por ciento de los trabajadores empezarán a saldar las deudas del “Buen Fin” de noviembre.
Otro porcentaje invertirá en los pagos para sacudirse, por lo menos unos días, a esa plaga de cobradores bancarios nefastos y abusivos. Y a otros más, el aguinaldo servirá para un ahorro relativo que les permita disponer de un dinero para comprar gasolina.
De todas maneras es sano recomendarle que lo poco o mucho que reciba de esa prestación de ley, le de usted, amable lector, un uso adecuado. No se deje llevar por el espejismo de los anuncios o las promociones engañosas de toda clase de artículos. Busque la manera de ahorrar aunque sea un poquito. No se arrepentirá. Recuerde que de grano en grano llena la gallina el buche.