El susto de Mancera
Ramón Zurita Sahagún lunes 10, Dic 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Todo quedó en un simple susto, pero el trago fue sumamente amargo, para Miguel Ángel Mancera y sus acompañantes.
El avión en que viajaba el jefe de gobierno del Distrito Federal en compañía de otras tres personas (el senador Luis Armando Melgar, el ex gobernador de Chiapas, Jorge de la Vega Domínguez y el recién nombrado director de Comunicación del gobierno del DF, Fernando Macías), sufrió una descompensación en pleno vuelo.
Había despegado diez minutos antes del aeropuerto de Toluca (en vuelo privado), con destino a Tuxtla Gutiérrez, cuando un tronido alertó a los pasajeros y desde tierra se dieron las instrucciones pertinentes, para que el avión regresara al punto de partida. Por fortuna, no pasó nada y todo quedó en el simple anecdotario, pero la impresión fue lo suficientemente grande, como para que el Jefe de gobierno no olvide el inicio de su gobierno, que ha sido sumamente complicado. El avión, propiedad de Servicios Aéreos Milenio, del diputado local de Puebla, Ricardo Urzúa Rivera, fue devuelto a tierra para su revisión.
Mancera y sus acompañantes fueron situados en otra aeronave, una Fooker, para ocho pasajeros, donde con simpatía narró el incidente.
Finalmente, el jefe de gobierno del Distrito Federal y sus acompañantes llegaron a su destino y pudieron asistir al evento en que Manuel Velasco Coello asumió el gobierno chiapaneco.
Tal vez por eso, o, por la simpatía que despierta, Miguel Ángel Mancera, fue objeto del aplauso más fuerte de cuántos asistieron al recinto, seguido del senador Luis Armando Melgar y el diputado Manlio Fabio Beltrones, según registro del aplausómetro. La toma de posesión de Manuel Velasco Coello, fue un evento insípido, donde el nuevo gobernante se pasó casi 40 minutos de su discurso presentado a sus “amigos” (así los llamó), para que, después, en menor tiempo hablará de sus propuestas como gobernante.
Velasco Coello llega al gobierno de Chiapas como la luz de la esperanza, luego de que los dos gobiernos anteriores fueron un total fracaso y que la entidad se encuentra sumida en una fuerte crisis financiera.
El nuevo gobernador de Chiapas tiene un gran arrastre entre la población, debido a que se muestra (todavía) como un político cercano a la gente, con una gran pujanza, derivada de los 32 años de edad con que cuenta. Pertenece al Partido Verde (es el primer gobierno estatal que encabeza uno de sus militantes) y su triunfo en las urnas fue arrollador. Es el segundo de la dinastía que gobierna Chiapas, ya que su abuelo el afamado médico, Manuel Velasco Suárez lo hizo de 1970 al 76.
Sin embargo, no es lo mismo fomentar promesas de campaña que llevarlas al plano de la realidad. La ventaja que tiene el nuevo gobernador de Chiapas es que cuenta con un gran poder de convocatoria, como dan cuenta los asistentes a su toma de posesión.
Es cierto que llegaron 18 gobernadores, pero la mayoría de ellos solamente pasan lista de asistencia, se toman la foto y se regresan en sus aviones privados a su lugar de procedencia.
Algunos de ellos como el de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes, se levantaron a los 25 minutos de inicio del evento, luego de ser presentado hasta en dos ocasiones. Otros como Francisco Olvera, Hidalgo; César Duarte, Chihuahua; Carlos Lozano, Aguascalientes y Mariano González, Tlaxcala, aguantaron cinco minutos más, antes de abandonar el recinto de toma de posesión. Eso sí, los demás se mostraron estoicos y soportaron el aluvión de nombres que desgranaba Velasco Coello.
Sin embargo, el evento concentró un importante número de empresarios de primera nivel: Alberto Saba, Miguel Alemán, Ramón Chedraui, la familia Miguel, Tony Macías, Jaime Camil, Olegario Vázquez Raña, Antonio Leonardo y Ramiro Garza Cantú, entre otros.
Con estos empresarios participando con inversiones en esa entidad, Chiapas podría iniciar su repunte, luego de una docena trágica ocasionada por los gobiernos de Pablo Salazar y Juan José Sabines, respectivamente.
Lo curioso de esto, es que los ex gobernadores no asistieron al evento, como sí lo hicieron otros ex mandatarios, como Jorge de la Vega Domínguez, Absalón Castellanos, José Patrocinio González Garrido, Eduardo Robledo Rincón, Julio César Ruiz Ferro, Roberto Albores, entre otros que fueron citados en el discurso, aunque Ruiz Ferro, estando presente no lo fue.
Tuxtla Gutiérrez registró la tarde del sábado, la mayor concentración aérea de su historia, ya que 70 aviones privados llenaron la pista de aterrizaje y los pasajeros hubieron de esperar más de una hora dentro de los aviones para el despegue paulatino. La gran concentración de personas ajenas a esa entidad causó algunos inconvenientes menores a la población, aunque fueron rápidamente subsanados.
Sin embargo, lo que llama poderosamente la atención es el estilo que pretende imprimirle a su gobierno el nuevo mandatario, quien anunció un programa de austeridad y recurrió al gastado recurso de bajar los salarios al 50 por ciento, incluido el suyo. Esa decisión no alegró en forma alguna el rostro de los políticos y de los burócratas que se encontraban presentes.
Mucho menos el saber que Manuel Velasco no anunció su gabinete, antes de la toma de posesión y los funcionarios del gobierno de Sabines Guerrero seguían en sus respectivos cargos, aunque, tal vez, fue la alegría que le dio al nuevo gobernante asumir su encargo.
EL TRIUNFO DE MÁRQUEZ
Por fin, el boxeador Juan Manuel Márquez pudo vencer, en forma contundente, a quien se había convertido en su “coco” su compañero de profesión, Many Pacquiao. La dosis que le proporcionó fue la del nocaut, de manera inobjetable y la referencia de esto es que Márquez dedicó el triunfo al presidente Enrique Peña Nieto.