¿Cordero quemó ya a Emilio?
Roberto Vizcaíno lunes 10, Dic 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El desafío de ECA no es contra Gamboa, sino que expone la debilidad de Enrique Peña Nieto
- ¿Qué futuro tiene el Pacto por México con firmantes que sabotean al gobierno?
- Dicen que EPN podría darle un cargo a Gamboa para quitarlo del Senado, y poner otro negociador
Percepción es realidad. Y en política lo que parece ser es muchas veces más importante que lo que es.
Hoy en el Senado de la República la percepción es que Emilio Gamboa no puede sacar adelante los proyectos importantes de su partido, y menos los del presidente Enrique Peña Nieto.
En todos los casos, quien se lo ha impedido es Ernesto Cordero, quien pese a su inexperiencia política, legislativa y de gobierno, ha logrado alinear a sus intereses no sólo a la fracción del PRD, sino a la de sus archienemigos del PT y Movimiento Ciudadano. Lo ha hecho en apenas 3 meses y frente a Gamboa.
Emilio simplemente no ha podido anular a Cordero.
Los hechos exasperan a no pocos colaboradores, amigos y cercanos del yucateco, sino que comienza a trascender en el círculo de Peña Nieto la duda de si mantener a Emilio en la coordinación de los senadores del PRI, es una buena decisión.
Viene una cadena de iniciativas por demás importantes para el nuevo régimen, y es hora que Ernesto Cordero y sus sorprendentes aliados de la izquierda mantienen atoradas las iniciativas de reforma administrativa y la de la Comisión Nacional Anticorrupción, ambas propuestas por Peña Nieto.
El jueves de la semana pasada Cordero logró que Gamboa y sus priístas hicieran el ridículo de tomar la tribuna de la Cámara de Senadores… para cantar desde ahí el himno nacional… ¿¿¿y???. Fue la primera vez que ocurría.
Se habló entonces de llamar a un notario que diera fe de la supuesta deficiente actuación del panista como presidente de la mesa, y de iniciarle un juicio político y hasta de destituirlo.
La cuestión es que Gamboa, de 62 años y con al menos unos 35 de experiencia en los altos niveles del poder –inició su carrera como auxiliar del titular de Programación y Presupuesto en 1980 para pasar de ahí a ser secretario particular de Miguel de la Madrid como secretario de esa área y luego en la Presidencia de la República; director después del Infonavit, IMSS, Fonatur, Lotería Nacional y titular luego de la SCT y subsecretario de Gobernación, senador en dos ocasiones y diputado federal–, considerado como un negociador político nato, da la impresión de ser burlado por Cordero y los otros a cada paso en sus gestiones dentro del Senado, donde ocupa la presidencia de la Junta de Coordinación Política.
El problema insalvable para él ha sido el manejo de los grupos:
– La fracción del PRI suma 54 senadores, su aliado el PVEM tiene 7 y el panal 1.
– El PAN comandado por Cordero representa 38 senadores, el PRD 22, el PT 5 y el Movimiento Ciudadano 2.
– Los primeros suman 62 senadores y los segundos 66 de un total de 128 legisladores.
Es así que el grupo dirigido por Cordero se impone una y otra vez al de Gamboa mientras que el yucateco no ha podido convencer a 3 senadores del otro grupo para que se sumen a su fracción o la del Verde y así lograr ser mayoría, ni ha logrado influir en el rompimiento de los senadores de izquierda con los de la derecha.
Así, Cordero, con sus 42 años de edad (20 menos que Gamboa) y con apenas 10 años en la política –en los cuales ha sido director de Banobras, subsecretario de Energía, subsecretario de Hacienda, secretario de Desarrollo Social, secretario de Hacienda, precandidato a la presidencia de la República por el PAN–, mantiene a raya no a Gamboa, sino a Enrique Peña Nieto y sus iniciativas.
De ahí la interrogante de si el yucateco podría pasar a algún cargo público en los próximos días o semanas, para dejar el campo libre a otro coordinador que pudiera emprender una estrategia más efectiva contra Cordero y sus aliados.
El escenario que se da hoy en el Senado de la República, ha derivado en varios análisis que advierten que el presidente Enrique Peña Nieto y su equipo de transición, hoy convertido en su primer círculo de gobierno, podrían haber cometido un gran error al ir a un Pacto con opositores que ahora los colocan contra la pared en el Congreso, y que encarecen su participación dentro de una serie de acuerdos de los cuales ellos también serán los principales beneficiarios.
El caso es que estos opositores le marcan el rumbo al gobierno de Peña Nieto y además le imponen sus decisiones dentro de las iniciativas que pasan por sus manos en el Senado.
Ya ocurrió con la reforma laboral y ahora mismo pasa con la reforma de la administración pública y con la Comisión Nacional Anticorrupción.
En los próximos días se verá cómo estos opositores tramitan los presupuestos de ingresos y egresos para ser aplicados en el 2013.
BELTRONES, EFICIENTE
Las debilidades y desaciertos en el Senado cobran mayor fuerza ante el manejo por demás eficiente de Manlio Fabio Beltrones en la Cámara de Diputados.
En un escenario más complicado por el número de actores –en el Senado hay 128 legisladores y en la Cámara de Diputados hay 500–, el sonorense ha logrado conducir las negociaciones de cada iniciativa en forma en que se aprueban sin el mayor conflicto.
Destaca lo que Beltrones hizo con las reformas laboral y de la administración pública. La primera pasó y salió en dos ocasiones por el pleno de los diputados en la forma en que se preservaron los intereses del tricolor.
En la segunda, todo el trámite duró apenas unas 30 horas.
Pero lo más importante lo hizo Manlio Fabio el día 1 de diciembre, al lograr que Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón llegaran hasta la tribuna sin más problemas que unos cuantos gritos, algunas mantas y pancartas para rescatar así una ceremonia central en la vida del presidencialismo mexicano.
Ese día, Beltrones alineó no sólo la actuación de la bancada del PAN, sino la de la mayoría de los miembros del PRD. La fracción del PRI actuó como un muro de contención frente a unos 30 diputados rijosos y bullangueros del PRD, PT y Movimiento Ciudadano simpatizantes o dependientes de Andrés Manuel López Obrador, quienes simplemente no pudieron ni desviar el acto ni detenerlo.
Para significar lo que ocurre en una y otra cámara, Beltrones mismo enfatiza que en San Lázaro sí salen adelante las reformas.
PRESUPUESTO SOCIAL
En esta misma dinámica y luego de que el secretario de Hacienda Luis Videgaray entregó el viernes a los diputados el paquete de proyecto presupuestal, el sonorense indicó que su fracción buscará aprobar un presupuesto que active el mercado interno y optimice el uso de recursos en programas de beneficio social.
Eso se logrará, aclaró, sin aplicar nuevos impuestos ni déficit público, y con claridad en las reglas de operación, para elevar la capacidad financiera del gobierno para iniciar la gran transformación del país a la que ha convocado el presidente Enrique Peña Nieto.
“Confiamos en que dentro del plazo establecido, tendremos un paquete económico que consolide las finanzas públicas y permita reasignar recursos a los proyectos y decisiones del nuevo gobierno, bajo los lineamientos presupuestales que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, expondrá este lunes 10 de diciembre, ante las comisiones legislativas de Presupuesto y Hacienda”, indicó Beltrones.
Los priístas, representación legislativa del partido en el gobierno, considerando además la incertidumbre que prevalece en la economía global y en la estadounidense, “habremos de contribuir a la integración de un paquete económico que fortalezca el mercado interno a través de una fuerte inversión en infraestructura de desarrollo y reglas de operación que garanticen flexibilidad, transparencia y resultados en el ejercicio del gasto público… se trata de preservar la solidez de las finanzas públicas y de aprovecharla para generar mejores niveles de competitividad, bienestar social, empleo y crecimiento económico”, precisó.
Es precisamente en este contexto en el que se mueven las fichas en una y otra cámara, y es por esto mismo que es posible que Emilio sea enviado, insistimos, a un cargo público dentro del gobierno de Peña Nieto, como una medida para lanzar otra estrategia de negociación que asegure la aprobación de las reformas que quiere y necesita Enrique Peña Nieto.