PRD, ¿el más vulnerable?
¬ Augusto Corro miércoles 5, Dic 2012Punto por punto
Augusto Corro
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) corre graves riesgos de debilitamiento político. Aunque la izquierda es la segunda fuerza política en México, sus problemas tradicionales no le permiten consolidarse.
Su fortaleza temporal, se ve menguada por las disputas del poder. Todos buscan ser líderes y, obviamente, encumbrar a sus grupos.
Luego de los comicios recientes (julio) la fuerza de la izquierda empezó a diluirse. En las Cámaras de Diputados y Senadores la unidad no es efectiva. Se tiene la impresión de que en la primera oportunidad ocurrirá una mayor división entre los legisladores perredistas. Por ejemplo antier, los diputados Gerardo Villanueva y Rodrigo Chávez anunciaron su separación del PRD.
Anteriormente, Andrés Manuel López Obrador decidió dejar el partido del sol azteca, después de ocupar los cargos más importantes en esa organización política.
Además, de ese partido recibió el mayor apoyo para participar como candidato presidencial en las dos últimas ocasiones.
Finalmente, el tabasqueño tuvo que abandonar al PRD porque se volvió incompatible la relación de él, con la directiva formada por “Los Chuchos”: Jesús Ortega y Jesús Zambrano.
También, porque está entregado a la formación de su nuevo partido: Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
La salida de López Obrador del PRD provocó también una desbandada de militantes amarillos que los dirigentes perredistas no quieren reconocer. Martí Batres, uno de los pilares de la izquierda perredista renunció al partido, ahora es el presidente de Morena.
“Los Chuchos” se distinguen por sus maniobras dictatoriales al frente del PRD. Inexplicablemente se han mantenido en el poder. Tan es así, que el propio López Obrador optó, definitivamente, por hacerse a un lado.
Sin embargo, tienen una piedra en el zapato: René Bejarano “El Señor de las Ligas” que cada vez se fortalece más al interior del PRD. Esta condición de fuerza de Bejarano tarde o temprano producirá más divisionismo.
En el presente, un sinnúmero de corrientes políticas buscan adueñarse del PRD porque cuenta con la armazón de partido. No es lo mismo empezar de cero, que utilizar la estructura, aunque se encuentre dañada. Se supone que uno de los interesados en reanimar al PRD es el propio Marcelo Ebrard Casaubon. En su búsqueda por la presidencia de la República echará mano de lo que tenga más cerca y seguro para realizar sus proyectos políticos.
Solo que hay un simple obstáculo: Miguel Angel Mancera, quien a partir de esta fecha tomará posesión como nuevo jefe de gobierno en el Distrito Federal.
Mancera, toda una revelación en la contienda electoral, obtuvo una votación copiosa como candidato, sin tener su registro como militante de algún partido.
El triunfo en los comicios pasados se debió a que logró la mayor cantidad de votos que cualquier otro candidato de izquierda en el Distrito Federal. El futuro de Mancera nadie lo sabe. Todo dependerá de su gestión al frente del gobierno capitalino. ¿Qué tanto apoyará a Los Chuchos? ¿Buscará otra opción?
Otra sangría que sufre el PRD es también la salida de sus filas de René Arce, uno de los perredistas más aguerridos, que bajó las banderas del sol azteca y controló la delegación de Iztapalapa.
René y su hermano Victor Hugo Círigo se pelearon con “Los Chuchos” y decidieron fundar un nuevo partido: Concertación Mexicana (CM). En esta aventura, los izquierdistas van de la mano con Manuel Espino, exdirigente nacional del PAN. En este caso, los hermanos René y Víctor Hugo tienen una presencia importante en Iztapalapa, en otra ocasión uno de las baluartes del perredismo. El partido amarillo perdió un número considerable de militantes.
La izquierda mexicana no logra avanzar porque son los mismos líderes políticos empeñados en no avanzar. No logran ponerse de acuerdo para vivir sin divisionismos.
Detienen el encono y el enfrentamiento en temporada de elecciones. Luego vuelven a sus luchas marcadas por sus ambiciones personales.
Volvemos al principio: El PRD cae en el terreno del partido más vulnerable porque “Los Chuchos” únicamente sirven a sus ambiciones particulares. No son dignos de fiar. Algún día los perredistas les exigirán cuentas. Eso suponemos.