Dead Can Dance fascina a El Plaza Condesa
* Especiales, Espectáculos jueves 29, Nov 2012- Este jueves 29 de noviembre ofrecerán otro concierto en el Auditorio Nacional

Estrellas internacionales como Madonna, Prince, Peter Gabriel, Sting y Seal, entre otros, han confesado que la música de Dead Can Dance los ha influenciado de manera significativa a lo largo de su trayectoria. (Foto de OCESA/Yunuén Velázquez).
Entre ritmos de rock gótico, dark wave, post-punk y world music, “la muerte bailó” hipnotizada por las voces e instrumentos del dúo australiano Dead Can Dance, durante el concierto íntimo que ofreció en esta capital.
Brendan Perry y Lisa Gerrard fascinaron a sus fans mexicanos durante dos horas con cantos y salmos en los que abordan temas ancestrales y místicos.
Luego de que el percusionista David Kuckhermman abriera el recital con el instrumento suizo handpan y con la pandereta de origen libanés denominada Riq, Dead Can Dance subió al escenario de El Plaza Condesa para entregar “Children of the Sun”.
Entre el público hubo quienes llegaron a la usanza dark y otros a lo gótico a fin de unirse al baile de los muertos cuando comenzaron los primeros acordes de “Anabasis” y “Rakim”.
Astrid Williamson, David Kuckhermann, Jules Maxwell, Dan Greeson y Richard Yale fueron los artistas que acompañaron a la banda de culto, tocando instrumentos como guitarra, bajo, batería, xilófonos, teclados, panderos, yang ch´in y bouzouki irlandés.
De esta forma, lograron transportar a los asistentes a otras dimensiones mediante “Kiko” y después “Agape” con esas fusiones de música renacentista y tribal.
A capela o con música a su alrededor, Lisa, imponente sobre el escenario, de semblante pálido y apacible, logró “hipnotizar” a los presentes, llevándolos al éxtasis musical. Algunos mantenían cerrados los ojos, mientras que otros permanecían atentos a cada movimiento de la ejecución.
“Amnesia”, “Nierika”, “Sanvean”, “Opium” continuaron en el repertorio retomando las tradiciones y ritmos de pueblos africanos y otros del Medio Oriente.
También se dejaron oír con “The Host of Seraphim” del disco “The Serpent´s Egg”, de 1988 y con “Ime Prezakias”. Básicamente el recorrido musical aterrizó en cada uno de los álbumes de la agrupación y tomó de ellos lo más relevante.
Estrellas internacionales como Madonna, Prince, Peter Gabriel, Sting y Seal, entre otros, han confesado que la música de Dead Can Dance los ha influenciado de manera significativa a lo largo de su trayectoria, y es que a través de sus letras se refieren al dolor y la nostalgia, pero también hacen un recorrido por la eternidad y la belleza.
Después de “Dreams Made Flesh”, Brendan y Lisa hicieron una pausa, pero ante la solicitud de una más, regresaron al escenario con “Song to the Siren”, de Tim Buckley y despedirse con “Rising of the moon”.