Del plato a la boca
Ramón Zurita Sahagún lunes 26, Nov 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El nerviosismo es mayúsculo entre la clase política que ve transcurrir lentas las horas que faltan para la designación de los nombres de quienes formarán parte del regreso priísta a Los Pinos, de la mano de Enrique Peña Nieto.
El juego actual se llama “gabinetitis”, donde todos afirman traer información de primera mano sobre los hombres y mujeres que ocuparán las 16 secretarías del gabinete federal y las direcciones generales de empresas paraestatales y organismos de primer nivel del gobierno federal.
Las especulaciones son muchas y aunque todo mundo apuesta a los nombres ya definidos para las dos principales dependencias (Gobernación y Hacienda, Osorio y Videgaray), resulta sumamente atractivo conocer los demás nombres. Una cascada de apellidos suenan por todos lados, en donde se entremezclan personajes del pasado priísta, de los considerados como parte del nuevo PRI, de los que muchos ya se habían olvidado, tránsfugas de otros partidos y acomodaticios de siempre.
Hay de todo en esta ruleta de nombres, aunque valdría la pena analizar la forma en que seleccionará a sus colaboradores el Presidente Peña Nieto.
Entre la mescolanza de nombres se encuentran los de varios ex gobernadores del Estado de México (el propio Peña Nieto es uno de ellos), por lo que habría que ver si el nuevo Presidente de la República acomoda a los tres o por cuál se decide para que forme parte de su gabinete o si de plano elimina del primer círculo a los tres.
Se trata de Alfredo del Mazo González, Emilio Chuayffet Chemor y César Camacho Quiroz, con los que el todavía presidente electo mantiene una relación estrecha, razón por la que futurólogos los ubican en sendos cargos de primera línea.
Los tres tienen la energía suficiente para ocupar cargos de primer nivel, ya que dos de ellos fueron en el pasado parte de gabinetes presidenciales. Del Mazo con Miguel de la Madrid y Chuayffet con Ernesto Zedillo.
La decisión de Peña Nieto no será sencilla, ya que la relación entre aquellos no es nada afable. Del Mazo y Chuayffet se encuentran distanciados desde hace mucho tiempo y Camacho que fue, en el pasado, discípulo aventajado de Chuayffet, aunque dejó de serlo, para convertirse en un mordaz crítico.
Pero aquí surge otro problema adicional, ya que Alfredo del Mazo González, podría truncar la carrera de su hijo, Alfredo del Mazo Maza, quien es otro prospecto para el gabinete o para una dirección general de una dependencia importante.
Dos del Mazo en el gabinete suenan a mucho.
Otra de las interrogantes que surgen es sobre cuántas mujeres serán consideradas en cargos de primera línea.
Es cierto que dentro del equipo de transición se designó a varias mujeres, aunque ninguna de ellas parece contar con las medallas suficientes para ocupar una de esas vacantes.
Rosario Robles carga muchos negativos en su contra. Beatriz Paredes parece ser un cartucho quemado. Claudia Ruiz Salinas perdió el primero de julio la elección para senadora. María Esther Scherman es mejor en el Legislativo que dentro de la burocracia. Alma Carolina Viggiano, Paloma (Mercedes) Guillén y otras más, podrán ocupar de segundo nivel.
Ivonne Ortega Pacheco, María de los Ángeles Fromow y Marcela Velasco González, son nombres más sonoros para estar en la primera línea.
Otro de los cuestionamientos que se hacen algunos sobre la ubicación de los personajes es en torno a si serán, en mayoría, los mexiquenses los que ocupen los principales cargos.
La lista es amplia y en ella se encuentran inscritos Luis Miranda, Alfonso Navarrete, David Korenfeld, David Garay, Rodrigo Reina, Aurelio Nuño, Enrique Jacob, Juan José Guerra, Alejandro Nieto, Alejandro Murat, Gerardo Ruiz Esparza, Ricardo Aguilar, Luis Felipe Puente, Salvador y Benito Neme y Alfredo Castillo, entre otros.
Haciéndose presentes, otros priístas del pasado, unos lejanos y otros no tanto, como Francisco Labastida, José Antonio González Fernández, Liébano Sáenz, Manuel Ángel Núñez, Mariano Palacios, Humberto Moreira, asoman la cabeza y los más de ellos se volvieron clientes frecuentes de los comederos políticos o los sitios que visitan los personajes del momento.
Entre los gobernadores también hay nerviosismo, ya que varios de ellos se promueven como posibles integrantes del equipo de gobierno, unos para bien y otros para poder sacarlos del estado que mal gobiernan.
Rodrigo Medina, Nuevo León y Egidio Torre Cantú, Tamaulipas, forman parte de este grupo.
Algunos senadores y diputados, esperan ser colocados, aunque solamente se menciona a Jesús Murillo Karam, para una posición importante.
Hay quienes mantenían esperanzas de ocupar una posición de gabinete, aunque la secretaría en cuestión forma parte de las que desaparecen.
Otros como Enrique de la Madrid y Jorge Carlos Ramírez Marín, crecieron dentro del equipo de transición y albergan ilusiones de haber convencido para ocupar la titularidad de una dependencia.
Al presidente del PRI (Pedro Joaquín Coldwell) en campaña le corresponde, según la tradición priísta, una silla dentro del gabinete, aunque luego sean despedidos a la brevedad.
Otros como el rector de la UNAM, José Narro Robles, no se deja convencer para incorporarse a un cargo dentro del gabinete.
Sin embargo, son pocos los que saben, hasta ahora, los nombres de los colaboradores del próximo gobierno federal y se cuidan mucho de guardarlos, aunque hay quienes quieren lanzarlos al aire y llenarse la boca con las manifestaciones de su cercanía con el siguiente Ejecutivo federal.
Se habla de nombres sorpresa y el regreso de otros que en el pasado reciente formaron parte de los gobiernos que hoy son parte de la nueva docena trágica, compuesta por los fallidos gobiernos panistas.