La tortura
¬ Augusto Corro viernes 23, Nov 2012Punto por punto
Augusto Corro
En seis años de gobierno panista, la delincuencia vivió sus mejores momentos en México: las organizaciones criminales y las propias autoridades aprovecharon la oportunidad para regresar a las épocas de la barbarie.
¿De qué manera se podría entender el salvajismo de los sicarios o la tortura llevada a nivel oficial por parte de los representantes de la ley?
El daño físico a los detenidos en los interrogatorios se convirtió en un asunto cotidiano.
La guerra contra la delincuencia organizada propició que los derechos humanos fueran pisoteados impunemente.
Ante la impotencia de derrotar al enemigo, las policías se fueron por el camino más fácil para ellas: la tortura.
El gobierno de Calderón se caracterizó por el incremento en la violación de las garantías individuales.
“Los casos de tortura crecieron 500 por ciento y aumentaron de forma exponencial las desapariciones forzadas y las detenciones arbitrarias”, dijo, ante senadores, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva. También el ombudsman informó que dicha comisión investiga “2 mil 126 casos de desapariciones forzadas y se tiene registro de 24 mil 91 personas reportadas como extraviadas o no localizables. En los últimos cinco años se emitieron 12 recomendaciones por estos hechos”. (“La Jornada”, 22 de noviembre 2012).
De lo anterior se desprende que las autoridades nunca tuvieron el contrapeso que las obligara a detener la tortura, desapariciones forzadas y todo tipo de atropellos contra la sociedad. Es de entenderse que culpables o inocentes son sometidos a los interrogatorios violentos de las fuerzas del orden.
Las 12 recomendaciones giradas por la CNDH no es nada en comparación con el número elevadísimo de delitos llevados a cabo por las autoridades.
La misma declaración del ombudsman suena como un reclamo fuera de tiempo. ¿Por qué la CNDH no asumió una actitud más exigente, más comprometida con las víctimas?
Plascencia Villanueva ya forma parte de esa cadena de titulares de la CNDH que han brillado por su inutilidad.
El respeto a los derechos humanos no se le dio al gobierno panista de Calderón.
LOS PERIODISTAS
Uno de los gremios más afectados en el sexenio panista fue el de los periodistas. Como nunca en la historia de México murieron tantos comunicadores. El martes 14 de noviembre, en Tehuacán, Puebla, fue asesinado a balazos el reportero Adrián Silva Moreno, cuando regresaba de cubrir una información sobre el robo de combustible. Con la muerte de Silva Moreno suman ya siete los periodistas asesinados en el presente año.
Lo anterior llevó a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a considerar que la violencia contra los periodistas en México ha alcanzado “un nivel intolerable”.
Sin embargo, no hay nada que hacer ante las autoridades para que se interesen por la defensa de los periodistas y de la libertad de expresión.
Las nuevas leyes y las asociaciones para defender a los comunicadores no han funcionado. Es total la impunidad de los asesinos de periodistas.
De qué sirve que organismos internacionales exijan al gobierno mexicano la protección de los periodistas si es el primero en desatender las recomendaciones.
Los tiempos difíciles para el ejercicio del periodismo seguirán porque la impunidad favorece a quienes agreden a los periodistas. En la cárcel no se encuentra ningún sujeto que haya agredido a comunicadores.
Feliz fin de semana.