Se buscan corresponsables
¬ Juan Manuel Magaña lunes 19, Nov 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Nomás no para el horror. Apenas iniciado el sexenio, Calderón se puso una casaca muy holgada de militar y se fue a Michoacán para iniciar, sin consultarle a nadie, su dizque guerra al narco. Él solito lo decidió y metió al país en una violencia indescriptible que no para.
Ahí mismo, en Michoacán, fue encontrada muerta esta semana la ex alcaldesa de Tiquicheo, Michoacán, María Santos Gorrostieta Salazar.
Ya había sobrevivido a dos atentados, en uno de los cuales murió su primer esposo, y ella estaba bastante consciente de que era así como todo podía acabar para ella.
En los últimos días, los diputados han hecho reclamos al gobierno por la gran violencia que se vive en el país. Y Calderón mandó a Poiré a decir que el Congreso ha sido corresponsable de la guerra antinarco, pues según él avaló la política contra el crimen.
Hasta censuró a aquellos partidos que buscan “chivos expiatorios” por la inseguridad.
Se le olvida que su jefe llevó esa guerra fracasada a Michoacán y nomás hay que ver en qué va. Que les diga a los deudos de la ex alcaldesa que parte de la culpa de lo que pasó la tiene el Congreso.
El relato es escalofriante: “María Santos desapareció el lunes, salió de su casa temprano para llevar a su hija pequeña al colegio, poco antes de las 8:30 de la mañana.
“Subió a la niña a la camioneta blanca que utilizaba y manejaba personalmente. Sus otros dos hijos ya se habían ido a la escuela.
“En el trayecto de una transitada avenida del norte de la ciudad de Morelia, se le cerró otro vehículo y ahí, a la vista de los transeúntes, la bajaron dos sujetos a empellones y patadas.
“Alcanzó a suplicar que dejaran tranquila a su hija y accedió casi voluntariamente a subirse a un auto color negro de vidrios polarizados. Nadie pudo hacer nada para ayudarla. Su pequeña se quedó llorando en la camioneta, observando por última vez a su madre con vida”.
Después del segundo atentado que sufrió, la hoy asesinada escribió: “lucho día a día para que de mi mente se borren las imágenes de horror que he vivido, y que otros, sin merecerlo ni esperarlo, han padecido también…”.
Ese es parte del horror que Calderón, y sólo él, desató por buena parte del país. La otra parte está en los reportes que han hecho grupos de afectados por la violencia y que van surgiendo copiosamente en este fin de sexenio.
Activistas de diversos colectivos hicieron un balance en el que lamentan que con Calderón haya sido atroz la situación de los derechos humanos en el país, pues aumentaron las desapariciones, la tortura y las ejecuciones extrajudiciales a manos de las fuerzas del orden.
Pero dice Poiré que hay corresponsables. Ya veremos.